Los socialistas asumen que TV-3 quede en manos nacionalistas
La reforma de los medios p¨²blicos choca con las cuotas de partido
?Es posible que en ¨¦poca de gobiernos del PSOE el director general de RTVE sea un profesional af¨ªn al PP? O al rev¨¦s, que un periodista filosocialista est¨¦ al frente de la propia RTVE, la televisi¨®n valenciana o la gallega en etapas de gobiernos del PP. Eso tan dif¨ªcil de imaginar est¨¢ a punto de suceder en la potente radiotelevisi¨®n de la Generalitat.
Los nacionalistas exigen que TV-3 sea m¨¢s que una televisi¨®n en catal¨¢n
Todo indica que el periodista Albert S¨¢ez, un nacionalista moderado que en 2003 preconiz¨® la formaci¨®n de un Gobierno de CiU y ERC en vez del primer tripartito de izquierdas, ser¨¢ el pr¨®ximo presidente de la Corporaci¨®n Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA), el organismo que engloba las emisoras de radio y televisi¨®n de la Generalitat. La figura de S¨¢ez, un hombre de confianza del consejero de Cultura, Joan Manuel Tresserras, republicano, logra el consenso entre el tripartito de la izquierda y CiU, el principal partido de la oposici¨®n.
El principal partido del Gobierno catal¨¢n actual, el socialista, ha renunciado a continuar la pr¨¢ctica instaurada desde el nacimiento de TV-3, consistente en que el director general fuera siempre un hombre del Gobierno. Es decir, entonces un destacado militante nacionalista, de CiU. Siempre. Y adem¨¢s, nombrado directamente por el presidente Jordi Pujol entre dirigentes de su m¨¢s estricta confianza personal y pol¨ªtica. La n¨®mina es ilustrativa e incluye a figuras que pasaron directamente de secretarios de organizaci¨®n de Converg¨¨ncia a TV-3.
Los tres partidos de la izquierda, coincidiendo en esto con los sectores period¨ªsticos m¨¢s activos en la defensa de la profesi¨®n, tomaron durante los ¨²ltimos a?os del pujolismo la bandera de la independencia de los medios p¨²blicos respecto del Gobierno y exigieron su neutralidad partidista. Ahora hacen honor a ese compromiso.
Sin embargo, en aquella batalla, iniciada en 1999 por Pasqual Maragall desde la oposici¨®n, se registr¨® un olvido que ahora queda patente: reclamar tambi¨¦n a TV-3 y las radios de la Generalitat un mayor distanciamiento en la pugna entre nacionalistas y no nacionalistas, permanente en Catalu?a, y desde luego tambi¨¦n en toda Espa?a, aunque vista a trav¨¦s de prismas ciertamente distintos.
Este olvido est¨¢ creando problemas ahora que una nueva ley introduce la desgubernamentalizaci¨®n de los medios audiovisuales de la Generalitat. Esta ley atribuye al presidente de un consejo de gobierno los poderes que hasta ahora ten¨ªa el director general. Y determina que su presidente ya no sea elegido por el Gobierno, sino por el Parlament con una mayor¨ªa de dos tercios, imposible de alcanzar sin el consenso con la oposici¨®n.
A la hora de poner en pr¨¢ctica esta ley, al PSC le ha sobrevenido el v¨¦rtigo propio de los momentos en que se producen grandes renuncias. Lo ha expresado con inhabitual claridad el portavoz del PSC en estos asuntos, el diputado Joan Ferran. "Queremos una televisi¨®n nacional, no una televisi¨®n nacionalista", ha dicho. No s¨®lo eso. Ferran ha denunciado la pervivencia de una "costra nacionalista" en los medios de la Generalitat, formada en las d¨¦cadas de los gobiernos de CiU, que han podido seguir emitiendo en su clave pol¨ªtico-ideol¨®gica porque a la cobertura pol¨ªtica de CiU le ha sucedido una cierta identificaci¨®n con ERC, uno de los socios del tripartito.
La exigencia de Ferran ha provocado un inmediato alineamiento. Al PP y a Ciutadans les ha faltado tiempo para aplaudirle. Pero los partidos nacionalistas, CiU y Esquerra Republicana, y los destacados profesionales de radio y televisi¨®n a los que ha aludido el dirigente del PSC le han acusado de atacar la libertad de expresi¨®n y de perseguir al nacionalismo catal¨¢n.
A darle la raz¨®n ha venido tambi¨¦n la propia CiU. La diputada de CiU Joana Ortega defendi¨® sin rubor alguno el jueves en el Parlament que estos medios deben emitir en clave nacionalista. "Si TV-3 y Catalunya R¨¤dio fueran unos medios como otros, pero en catal¨¢n, no tendr¨ªan raz¨®n de ser", afirm¨®.
En las negociaciones en curso estos d¨ªas para formar el futuro consejo de gobierno de la CCMA no se cuestiona el nombre de S¨¢ez. En la actualidad es secretario de Comunicaci¨®n del Departamento de Cultura del Gobierno catal¨¢n, dirigido por Tresserras. Pero antes fue subdirector del diario Avui, en unos a?os en los que este peri¨®dico nacionalista depend¨ªa totalmente de las subvenciones de los gobiernos de Pujol. Es uno de tantos casos de "transversalidad" entre CiU y ERC.
Las dificultades est¨¢n en lograr que el perfil pol¨ªtico del consejo sea relativamente bajo. Se han propuesto nombres como los del portavoz de Converg¨¨ncia, David Mad¨ª; la ex diputada socialista Anna Balletb¨®; el ex consejero y ex diputado Joan Manuel del Pozo, tambi¨¦n socialista, y el ex jefe de prensa de ICV Josep Vi?eta. Al escoger perfiles tan marcados, los partidos han sembrado la duda sobre la sinceridad del proceso, hasta el extremo de que el Colegio de Periodistas de Catalu?a lo ha considerado un paso atr¨¢s.
Los impulsores de la nueva ley persegu¨ªan dos objetivos distintos, aunque relacionados: arrancar los medios p¨²blicos de las manos del Gobierno y hacerlos independendientes de los partidos. En el primero se ha dado un paso de gigante. En el segundo, de hormiga.
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