Un cl¨¢sico de v¨¦rtigo
El Bar?a y el Madrid se citan en el Camp Nou en un momento crucial para su futuro futbol¨ªstico
Atrapado por la modorra navide?a, el cl¨¢sico llega aparentemente manso por fuera y excitante por dentro, sobre todo porque el litigio futbol¨ªstico se impone sobre las dem¨¢s cuitas entre dos enemigos naturales. Los presidentes se portan, los jugadores se respetan y los entrenadores miden sus palabras para no provocar afrentas. A Frank Rijkaard hay que tirarle de la lengua para sacarle un titular que, por otra parte, no ayuda a hacer la portada -"Ronaldinho no est¨¢ lesionado"- y Schuster ejerci¨® ayer como t¨¦cnico del Madrid y socio del Bar?a. Hay incluso una cierta comprensi¨®n mutua entre los dos bandos. Los madridistas se interesan por Ronaldinho y los barcelonistas preguntan por Guti como si fueran dos genios incomprendidos en su casa y admirados en campo contrario.
Quedan tres jornadas para el ecuador de la Liga y, consecuentemente, el enfrentamiento no tiene el dramatismo de otras veces. El Madrid, en cualquier caso, acude entusiasmado al partido. Le avala una ventaja de cuatro puntos y, por tanto, s¨®lo se discute sobre el adjetivo que se pondr¨¢ a su liderato a la salida del Camp Nou. Tiene la sensaci¨®n de que es una ocasi¨®n ¨²nica para marcar distancias y reforzar su ideario. Poderoso en las dos ¨¢reas, le interesa que Robinho capitalice el juego para ponerle una cara universal a su proyecto.
Frente a la alegr¨ªa de Robinho y la vitalidad del Madrid, el Bar?a contrapone la confusi¨®n generada por Ronaldinho y una tensi¨®n competitiva que acostumbra a darle buenos resultados. Presionados y responsabilizados, los azulgrana le tienen ganas al rival y al encuentro. Han perdido encanto y desequilibrio, cosa normal si se tiene en cuenta la ausencia de Messi, y a cambio han ganado inter¨¦s. Invictos en el estadio, aspiran a ponerse a rebufo del Madrid en la tabla y a reivindicar su juego de claqu¨¦. El f¨²tbol dulce de Xavi e Iniesta se presenta tan decisivo como el remate avinagrado de Eto'o. A unos y a otro les un¨ªa antes Deco, decisivo para armar transiciones cortas y acabar las jugadas. Hoy, sin embargo, hay dudas sobre su alineaci¨®n -Gudy funciona bien como pegamento-, y ni se sabe si quiera qu¨¦ pasar¨¢ con Ronaldinho y Henry, de nuevo convocado.
No extra?a que ante tanta incertidumbre, Laporta pida un triunfo ¨¦pico para sepultar derrotas banales. Aunque en las ¨²ltimas cinco temporadas se registraron tres resultados distintos, el Bar?a cuenta con futbolistas excelentes para firmar un ¨¦xito rotundo. El recuerdo del a?o pasado avala la sensaci¨®n de que el cl¨¢sico puede decidir un curso y hasta una vida por m¨¢s que ahora parezca un choque cualquiera. La jerarqu¨ªa se gana o se pierde en estos pulsos. A nadie le interesa especular, se impone el v¨¦rtigo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.