La pareja perfecta

Fabio Cannavaro se?ala un volc¨¢n mocho y un c¨ªrculo de mar azul rodeado de pueblos blancos. "Eso es lo que se ve desde mi casa", suspira. "El Vesubio". A sus 32 a?os, despu¨¦s de ganar una Copa del Mundo y con una de las carreras m¨¢s agitadas de su tiempo, el central m¨¢s prestigioso de Italia siente cada d¨ªa con m¨¢s fuerza la llamada del retorno al origen. Ha llegado al punto en el que empieza a distanciarse de su personaje futbol¨ªstico para mirar m¨¢s all¨¢. Hacia N¨¢poles, tal vez. Al otro lado de la retirada. Se le escapa un gesto melanc¨®lico cuando piensa en la hermosa pareja que acaba de formar con Pepe. "Me gusta", dice; "es muy bueno; pero no llegaremos a ser una pareja de centrales hist¨®rica, como lo fueron Sanchis y Hierro. Yo no soy tan joven. ?l s¨ª. ?l tiene una ventaja que yo no tengo. Hacemos una buena mezcla. No s¨®lo ¨¦l y yo. Heinze se ha acoplado muy bien".

"No seremos una pareja hist¨®rica, como Sanchis y Hierro", reconoce el italiano

El equipo ha encajado 14 goles, como el curso pasado, pese a jugar m¨¢s al ataque

Pepe sonr¨ªe. La sonrisa forma parte de sus facciones. Hasta cuando pega. Es un brasile?o tan particular que durante las Navidades no cruza el Atl¨¢ntico. Ni en carnavales. Ni en verano. Se limita a pasar la frontera de Badajoz, poner rumbo al norte, y no hacer nada extravagante, aparte de armarse de escopetas y echarse al monte a cazar conejos con su suegro.

En el campo, Pepe es igual de raro. "Yo no me comporto como la mayor¨ªa de los centrales brasile?os", comenta; "porque llegu¨¦ a Madeira con 16 a?os y me cri¨¦ en una cantera portuguesa. Tengo el sentido t¨¢ctico de los defensores europeos".

Entre Cannavaro, Pepe y Heinze, el Madrid ha formado un grupo de centrales de una solidez desconocida en la ¨²ltima d¨¦cada. El hecho de que el equipo lleve encajados los mismos goles que le metieron el a?o pasado en esta fecha (14), a pesar de jugar m¨¢s al ataque, revela un cambio de sistema. El ayudante de campo de Bernd Schuster, Manuel Ruiz, explica su propuesta: "Nuestra idea es juntarnos y defender m¨¢s arriba. Corremos el riesgo de que nos marquen goles al contragolpe, como el que nos hizo el Lazio en el Bernab¨¦u. Lo sabemos. Pero compensa porque as¨ª marcamos muchos m¨¢s goles. Ahora somos el equipo m¨¢s goleador de la Liga. Adem¨¢s, Pepe, Cannavaro y Heinze son gente r¨¢pida, que cierra bien. Son ideales para adelantar la l¨ªnea".

Los efectos del cambio son sutiles. El Madrid recibe los mismos disparos que el a?o pasado y Casillas tiene que intervenir el mismo n¨²mero de veces. Sin embargo, las llegadas de los rivales son menos claras.

Las estad¨ªsticas de remates reflejan un alejamiento de la posici¨®n de tiro. Si en la temporada 2005-06 los rivales hac¨ªan tres goles cada diez partidos en el ¨¢rea chica, este curso hacen un gol cada diez en esa zona. En el ¨¢rea grande pasa igual. Si en la temporada 2005-06 el Madrid recib¨ªa siete goles en el ¨¢rea grande cada diez partidos, ahora encaja cinco. Aumentan, eso s¨ª, los goles desde fuera del ¨¢rea.

Ahora el Madrid roba m¨¢s balones por partido que con Fabio Capello. Diarra, que siempre suele quejarse de su orfandad en la zona ancha, parece m¨¢s conforme que en tiempos anteriores: "La posici¨®n adelantada de los centrales me conviene m¨¢s. Eso es decisivo. El a?o pasado nos defend¨ªamos m¨¢s atr¨¢s. Quiz¨¢ eso nos ayude a recuperar m¨¢s balones. Schuster ha hecho hincapi¨¦ en este tema. Es parte del cambio de sistema. Pero debemos jugar m¨¢s tiempo juntos para mejorar la coordinaci¨®n".