Olfato para la tecnolog¨ªa
La debacle de CompUSA es el ejemplo de que Carlos Slim, a sus 67 a?os de edad, ya no convierte en oro todo lo que toca. Este desliz no tiene precedentes cuando se echa la vista atr¨¢s y se analiza la construcci¨®n de su imperio. El mexicano se declara un inepto tecnol¨®gico. Sin embargo, eso no le impidi¨® tener una visi¨®n clara sobre las oportunidades de negocio que se abr¨ªan con los ordenadores y la llega de Internet.
"La tecnolog¨ªa va a transformar la vida de la gente y la sociedad por todo el mundo", dijo Slim al hacerse con el control de CompUSA, mientras explicaba que su trabajo era entender lo que sucede a su alrededor e intentar encajarse en esta revoluci¨®n. La cadena estadounidense estaba ya en rojo por esas fechas.
Pero el magnate mexicano es conocido por meterse en compa?¨ªas con problemas y reflotarlas, para sacar despu¨¦s tajada. Como se dijo en su d¨ªa, Slim nunca hizo una inversi¨®n en el pasado que no le reportara beneficios en el largo plazo. CompUSA es la excepci¨®n que confirma la regla y, sorprendentemente, se ha convertido en un manch¨®n en su registro.
Y es que, como explican los analistas, el negocio del comercio de productos electr¨®nicos al minorista es un hueso m¨¢s duro de roer de lo que se esperaba, y el plan de reflote estaba llevando m¨¢s tiempo del previsto. Los m¨¢rgenes de beneficio en la venta de ordenadores son muy inferiores si se comparan con lo que se gana con las televisiones planas y otros artilugios tecnol¨®gicos que ofrecen las cadenas rivales.
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