"Este planeta azul es claramente un planeta de bacterias"
El genetista J. Craig Venter (Utah, EE UU, 1946), pionero en el mundo de la investigaci¨®n sobre el genoma, es uno de los principales cient¨ªficos del siglo XXI. En febrero de 2001 public¨® la secuencia completa del genoma humano. Sus memorias, de reciente publicaci¨®n, se titulan A life decoded: my genome, my life [Una vida descifrada: mi genoma, mi vida].
Pregunta. Durante los ¨²ltimos a?os, su buque de investigaci¨®n, el Sorcerer II, ha surcado los mares como el Beagle de Darwin, en busca de los secretos de la evoluci¨®n y la variedad de la vida. ?Cu¨¢les han sido los principales resultados cient¨ªficos de su viaje?
Respuesta. Hemos descubierto que hay mucha m¨¢s diversidad de vida de lo que pens¨¢bamos. A partir de la informaci¨®n secuencial de los organismos microbianos que capt¨¢bamos, hemos descubierto seis millones de genes nuevos, m¨¢s del doble de los que la ciencia conoc¨ªa hasta ahora. Este planeta azul, dominado por los oc¨¦anos, es claramente un planeta de bacterias. Hemos averiguado que, cada 300 kil¨®metros de mar, aproximadamente el 85% de las secuencias gen¨¦ticas eran exclusivas de ese lugar. Es decir, el mar, en vez de ser una mezcla homog¨¦nea, como muchos cre¨ªan, est¨¢ formado por millones y millones de microambientes que dependen de los nutrientes, la temperatura y la cantidad de luz solar de cada sitio. Lo que permite esa diversidad es que la mayor¨ªa de los organismos bacterianos cercanos a la superficie del oc¨¦ano obtiene su energ¨ªa directamente de la luz solar, sin la fotos¨ªntesis que emplean las plantas.
Biocombustible se ha convertido en un t¨¦rmino que incluye casi de todo
P. ?Qu¨¦ repercusiones pr¨¢cticas tienen estos descubrimientos? El descubrimiento de mecanismos biol¨®gicos que producen energ¨ªa directamente a partir del sol parece importante.
R. En primer lugar, como esos millones de especies microbianas son tan sensibles a las condiciones ambientales, pueden actuar como canarios enjaulados, es decir, advertirnos sobre los cambios antes de que se produzcan a escala mucho mayor. Ahora contamos con un punto de partida para descubrir los cambios y tratar de averiguar por qu¨¦, por ejemplo, los arrecifes de coral est¨¢n muri¨¦ndose. Otra cuesti¨®n aparte, pero relacionada, es la de la energ¨ªa como recurso. Cuando examinamos el medio ambiente, el mayor problema es la extracci¨®n de carbono no renovable de la tierra para quemarlo y emitir di¨®xido de carbono a la atm¨®sfera, con el consiguiente impacto en los mares y el clima. Parece que la ¨²nica soluci¨®n es encontrar lo antes posible combustibles que sustituyan al petr¨®leo y el carb¨®n. Por eso mis equipos de investigaci¨®n est¨¢n trabajando con fuentes biol¨®gicas de energ¨ªa, en parte gracias a nuestros descubrimientos de la biolog¨ªa impulsada por la luz en el oc¨¦ano. Tiene que haber respuestas y alternativas en todos esos miles de nuevas formas de metabolismos que existen en nuestro planeta azul. Ahora estamos tratando de fabricar bacterias que transformen az¨²cares simples en combustibles m¨¢s eficientes que el etanol o el butanol.
P. Es decir, en vez de descomponer las plantas en biocombustible, ?van a fabricar directamente energ¨ªa?
R. S¨ª. Biocombustible se ha convertido casi en un t¨¦rmino sin sentido, porque es tan amplio que incluye de todo, desde el etanol hasta la grasa de cocina de McDonald's. Las sustancias qu¨ªmicas, en realidad, se producen en el laboratorio, y nosotros estamos usando la biolog¨ªa para fabricarlas. Son combustibles producidos de forma biol¨®gica. Las bacterias pueden fabricar esos combustibles. Lo importante ahora, por supuesto, es el inmenso volumen que tiene la demanda de esos combustibles. Si tuvi¨¦ramos un mill¨®n de biorrefiner¨ªas, cada una tendr¨ªa que producir 17.000 litros diarios para sustituir el petr¨®leo que consumimos. Asimismo tenemos que crear una infraestructura de distribuci¨®n. Una soluci¨®n evidente es la descentralizaci¨®n. Cada una de estas minirrefiner¨ªas tendr¨ªa el tama?o de un silo y se construir¨ªa donde est¨¢ la demanda para que no hubiera que distribuir. As¨ª ser¨ªa posible contribuir al desarrollo de pa¨ªses sin la suficiente infraestructura energ¨¦tica como para ser autosuficientes, pero sin los costosos pasos intermedios. Pero resolver el problema en el laboratorio no quiere decir que podamos resolverlo en la sociedad.
P. Es decir, si un escritor de ciencia-ficci¨®n escribiera sobre dentro de 100 a?os, ?no andar¨ªa muy descaminado al imaginar que toda la energ¨ªa que utilicemos en esa ¨¦poca ser¨¢ de fabricaci¨®n biol¨®gica?
R. Espero que tardemos menos. Si se tarda todo ese tiempo, es posible que el planeta no llegue hasta entonces. Confiemos en que los combustibles de fabricaci¨®n biol¨®gica sean los predominantes de aqu¨ª a 15 o 20 a?os.
? Global Viewpoint Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
La industria del futuro
El cient¨ªfico Craig Venter habla de "gen¨®mica ambiental". Dice que es la "caja de herramientas para la nueva fase de la evoluci¨®n". ?Qu¨¦ quiere decir con eso? Venter cuenta c¨®mo con la gen¨®mica de s¨ªntesis est¨¢n tratando de dise?ar en el laboratorio organismos que ofrezcan soluciones para el planeta. "Nuestros laboratorios han dise?ado un c¨®digo gen¨¦tico, y han tratado de fabricar en la pr¨¢ctica las c¨¦lulas codificadas que, por ejemplo, producen octanos para coches ya existentes". Han empezado por el combustible porque es "el mayor problema". Pero, en general, la qu¨ªmica que se puede practicar con bacterias es mucho m¨¢s amplia. "Est¨¢ claro que la producci¨®n biol¨®gica ser¨¢ una gran industria en el futuro". "Estamos llegando a una nueva fase de la evoluci¨®n en la que seremos capaces de dise?ar nuevas sustancias industriales, combustible, alimentos y medicamentos mediante el dise?o de cromosomas basados en la informaci¨®n digital obtenida de la lectura del c¨®digo gen¨¦tico", explica.
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