El Atl¨¦tico no aguanta tantos golpes

Un gran Espanyol borr¨® la sonrisa al Atl¨¦tico y, por el mismo precio, le desaloj¨® de la tercera plaza. El Atl¨¦tico jug¨® malherido durante demasiados minutos; desde que, a la media hora, el ¨¢rbitro, que adquiri¨® un protagonismo desmedido, expulsara a Ag¨¹ero. El Espanyol demostr¨® que le sobran argumentos para estar donde est¨¢, en el para¨ªso. Y todos tienen que ver con el buen f¨²tbol. Seguro que se abrir¨¢ un debate sobre el papel del ¨¢rbitro en el partido. Se discutir¨¢ la expulsi¨®n del Kun, la mano en el ¨¢rea no sancionada de Ra¨²l Garc¨ªa, el gol anulado a Coro... Son jugadas que admiten muchos juicios, no as¨ª la expulsi¨®n de Pern¨ªa, a quien le dio la santa gana de borrarse. Pero el partido fue mucho m¨¢s que un pu?ado de pol¨¦micas. El partido fue un duelo de pizarra entre Aguirre y Valverde del que sali¨® vencedor Valverde. Fue tambi¨¦n un ejemplo del formidable sistema t¨¢ctico que maneja el Espanyol. Fue, en fin, una demostraci¨®n m¨¢s de que este Atl¨¦tico es capaz de no agachar la cabeza incluso en las situaciones m¨¢s comprometidas.

La estricta expulsi¨®n de Ag¨¹ero era mucho; la de Pern¨ªa, que fue justa, demasiado

En el inmenso cat¨¢logo de goles de Tamudo faltaba uno: el gol de barriga

Que el Espanyol agarr¨® el partido por la solapa lo certifica que acumulara ocasiones a velocidad de crucero. Lanz¨® fuera por poco Luis Garc¨ªa una falta, cabece¨® alto Tamudo en su primera aparici¨®n y, a los 20 minutos, Abbiati se hizo presente. Se encontr¨® Coro con el bal¨®n en el punto de penalti, sin ning¨²n adversario a la vista m¨¢s que el portero del Atl¨¦tico. Lanz¨® aqu¨¦l con todo y Abbiati, en un escorzo imposible, logr¨® sacar el zapatazo con su rodilla derecha. Continu¨® la jugada, vol¨® de nuevo el bal¨®n al ¨¢rea y Eller cabece¨® hacia atr¨¢s en direcci¨®n al omnipresente Coro. Marc¨® ¨¦ste, pero el ¨¢rbitro sancion¨® su posici¨®n de fuera de juego. El Espanyol protest¨® en pleno, no sin raz¨®n, pues lo que hizo Eller era una cesi¨®n hacia atr¨¢s, lo que anular¨ªa la posici¨®n ilegal.

El Atl¨¦tico, por entonces, apenas se dejaba ver en el ataque, atado como estaba Ag¨¹ero. Tan atado que durante varios segundos avanz¨® con la pelota mientras Torrej¨®n le sujetaba de la camiseta. Tard¨® en pitar el ¨¢rbitro y Ag¨¹ero, hasta el gorro de tan obsesiva vigilancia, golpe¨® a Torrej¨®n. Pudo el ¨¢rbitro (estaba delante) resolver el conflicto con un par de amarillas, pero opt¨® por ejemplarizar. Expuls¨® a Ag¨¹ero.

Hace apenas unos meses, quedarse hu¨¦rfano de su estrella habr¨ªa provocado el p¨¢nico en el Atl¨¦tico. Ahora, no. A la primera que tuvo, golpe¨® a su rival. Lo hizo Sim?o con un fabuloso lanzamiento de falta a la escuadra de Kameni, convertido el portugu¨¦s en especialista en el arte.

Pero para especialista, Tamudo. No existe en el f¨²tbol un cat¨¢logo de goles como el que maneja Tamudo. Los tiene de todos los colores: hist¨®ricos, inservibles, brillantes, vulgares, al primer toque, de jugada individual, con el pie, de cabeza... Ayer a?adi¨® a su colecci¨®n una nueva modalidad: el gol de barriga. Sac¨® el c¨®rner Coro, Abbiati y Eller dejaron pasar el bal¨®n como si no fuera con ellos y Tamudo lo empuj¨® con la tripa en el segundo palo.

Antes de que Tamudo homenajeara a Tamudo, Abbiati se hab¨ªa lucido en un duro disparo de David Garc¨ªa. Porque el partido fue, casi siempre, del Espanyol. Y el casi es propiedad de Forl¨¢n, el ¨²nico al que el equipo de Valverde no supo sujetar. El gol del Espanyol no le sent¨® bien al Atl¨¦tico. En particular, a Pern¨ªa, que ten¨ªa una tarjeta por segar el c¨¦sped a los pies de Coro y se empe?¨® en ver la segunda al agarrar a un rival. Demasiado para el Atl¨¦tico. Aun as¨ª, Abbiati mantuvo el tipo al sacar no se sabe c¨®mo el disparo de Tamudo. Hab¨ªa recibido ¨¦ste de De la Pe?a, reci¨¦n aparecido. Y ocurri¨® que, a cinco minutos del final, el calvo m¨¢s inteligente del f¨²tbol espa?ol intuy¨® el desmarque de Luis Garc¨ªa mientras miraba, quiz¨¢, a un espectador ubicado en el lado contrario. Luis Garc¨ªa no rechaz¨® el regalo y firm¨® el ep¨ªlogo de un intenso partido en el que un gran Espanyol derrib¨® a un Atl¨¦tico que no aguant¨® el chaparr¨®n de golpes. Los que le dieron y los que se dio.