El Murcia borra al Athletic
Dos pol¨¦micos penaltis forjan un empate que pudo ser un triunfo de los visitantes
El Athletic no juega r¨¢pido, juega acelerado; m¨¢s que velocidad, lo que tiene es coraz¨®n, que es algo parecido, pero no es lo mismo. Lo que est¨¢ claro que no tiene es ritmo. Va y viene por el electro del partido con fuertes subidas y notables bajadas. Da igual que el rival, ayer el Murcia, le conceda al principio el bal¨®n, le reciba en su campo, se defienda con nueve y deje dos arriba (Goitom y Baiano, a la buena de Dios). Da igual, el Athletic es un espasmo, un equipo re?ido con la continuidad, por m¨¢s que ayer tuviera en la zona de mando a Yeste y Orbaiz, dos tipos que saben templar, parar y mandar, pero que tienden a desaparecer en algunas lagunas.
Como en los viejos tiempos, el Athletic tiene una salida de alto voltaje, sobre todo ante un equipo precavido como el Murcia, que prefer¨ªa jugar un futbol muy largo, con balones enviados desde lejos para que Goitom y Baiano tirasen de velocidad y sabidur¨ªa, respectivamente, para ganarse el sueldo.
ATHLETIC 1 - MURCIA 1
Athletic: Aranzubia; Exp¨®sito, Aitor Ocio, Amorebieta, Koikili; David L¨®pez (Prieto, m. 88), Orbaiz, Yeste, Gabilondo (Susaeta, m. 65); Etxeberria y Llorente (Aduriz, m. 60). No utilizados: Ra¨²l; Del Horno, Mu?oz y Javi Mart¨ªnez.
Murcia: Notario; De Coz, Ochoa, Mej¨ªa, Pe?a; Abel (De Lucas, m. 85), Movilla, Pablo Garc¨ªa, Regueiro; Baiano (Richi, m. 89) y Goitom (??igo, m. 76). No utilizados: Carini; Arzo, Jofre e Iv¨¢n Alonso.
Goles: 1-0. M. 45 (+2). Penalti por mano de Movilla. Lanza Orbaiz, rechaza Notario y Koikili marca. 1-1. M. 54. Penalti de Ocio a Abel que transforma Baiano.
?rbitro: ?lvarez Izquierdo. Expuls¨® a Ocio (m. 86) por dos amarillas. Amonest¨® a Amorebieta, Ochoa, Movilla, Etxeberria y Goitom.
Unos 35.000 espectadores en San Mam¨¦s. El club impidi¨® la entrada a los periodistas de El Mundo.
El repaso fue sonoro, tanto que 'la catedral' enmudeci¨® y comenz¨® a rezar por las tablas
En uno de sus subidones, Yeste puso su toque habitual para salir de los atascos y dej¨® el bal¨®n en los pies a Gabilondo para que tirase de zurda. El di¨¢logo de zurdos acab¨® con un centro magistral a la cabeza de Llorente, en el segundo palo, con Notario batido, pero... Llorente no es delantero de jugadas facilonas y su cabezazo se fue a la base del poste con todo San Mam¨¦s levantado de sus asientos. La jugada anestesi¨® otra vez al Athletic y permiti¨® crecer al Murcia. Lucas Alcaraz se desga?itaba solicitando a Movilla que sacara al equipo de su campo, pero el centrocampista ya no es el que era y, como el Athletic, juega a peque?os impulsos que le recluyen demasiado por delante de los centrales. Para eso ya estaba Pablo Garc¨ªa, que se dej¨® ver en un par de rifirrafes con Aitor Ocio.
Precisamente esos menesteres ajenos al f¨²tbol devolvieron al Athletic al ¨¢rea del Murcia. No hab¨ªa ocasiones porque el Athletic no est¨¢ para estad¨ªsticas lujosas. Suma llegadas al ¨¢rea que no equivalen a ocasiones de gol. Un juego peligroso de Mej¨ªa con Etxeberria, dentro del ¨¢rea, no sancionado por el ¨¢rbitro, fue la acci¨®n m¨¢s peligrosa de un Athletic tan insistente como evidente. Faltas, libres directos e indirectos, eran recibidas por la catedral con el boato que le dedican los campos ingleses a esas acciones. Todo acababa en la cabeza de los centrales murcianistas o en la barrera hasta que en la prolongaci¨®n del primer tiempo lleg¨® una jugada pol¨¦mica. Yeste lanz¨® un libre directo, Movilla estir¨® el brazo (?como protecci¨®n?, ?por instinto?, ?voluntariamente?) que el ¨¢rbitro decidi¨® como penalti. Fue una jugada tremendamente pol¨¦mica no tanto por la decisi¨®n arbitral como por lo subsiguiente. Lanz¨® Orbaiz, rechaz¨® Notario y lleg¨® Koikili para empujar a la red. El Murcia se quejaba de que hab¨ªan entrado en el ¨¢rea antes del lanzamiento. Lo cierto es que los del Murcia tambi¨¦n entraron, aunque con una lentitud que desconfiaba de su portero.
Estaba claro que la pol¨¦mica presid¨ªa el partido por encima del f¨²tbol. A los ocho minutos de la reanudaci¨®n, un forcejeo entre Ocio y Abel el ¨¢rbitro lo consider¨® como penalti. Pudo serlo, pero ?lvarez Izquierdo no quiso hacer sangre y perdon¨® la segunda amarilla al defensa rojiblanco. Baiano, con mucha calma, enga?¨® a Aranzubia y logr¨® el empate. Ambos goles, ambos penaltis, significaban para cada equipo su primer tiro a puerta del partido. El Murcia mostr¨® su mejor cara, como si hubiera encontrado la p¨®cima. El repaso fue monumental. Una vaselina de Abel se fue al larguero, un cabezazo de Regueiro exigi¨® al mejor Aranzubia. S¨®lo hab¨ªa un equipo sobre el campo, un equipo que no hab¨ªa existido durante 45 minutos, tuvo una presencia monumental en el segundo, demostrando que el miedo no es buen amigo en el f¨²tbol. Sin tacticismos, Abel y Goitom brillaron con luz propia. El repaso fue sonoro, tanto que la catedral enmudeci¨® y comenz¨® a rezar por el empate. El equipo timorato del principio se convirti¨® en un diluvio sobre el ¨¢rea de Aranzubia. Se fue con buena pinta el Murcia, pero con mala cara porque regal¨® dos puntos. Quiz¨¢s porque regal¨® un tiempo.
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