Caos en un juzgado de Guadalajara
El Consejo mantiene en su puesto a un juez de lo penal expedientado tres veces por retrasos y con m¨¢s de 100 sentencias por dictar, algunas de juicios de 2004
Padece depresiones intermitentes y ha sufrido trastornos de ansiedad que le impiden desarrollar con normalidad su trabajo de juez. El Poder Judicial conoce desde hace nueve a?os la enfermedad psiqui¨¢trica de A. F., titular del Juzgado de lo Penal de Guadalajara, pero el magistrado, entre baja y baja, sigue poniendo sentencias, aunque con demoras de hasta tres a?os que han provocado la apertura de dos expedientes contra ¨¦l. El resultado es un juzgado ca¨®tico en el que, adem¨¢s de A. F., tienen que trabajar otros dos jueces: uno atiende el trabajo diario mientras que el otro se dedica a anular los juicios celebrados por el titular que a¨²n no tienen sentencia. A. F., que retiene en su casa unos 25 casos, aparece de vez en cuando para entregar sus resoluciones con cuentagotas. Y lo peor de todo: el servicio de Inspecci¨®n no lo localiza.
Los problemas de salud de A. F. se manifestaron en 1999, cuando todav¨ªa no ocupaba su plaza en Guadalajara, sino que presid¨ªa la secci¨®n cuarta de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional. El Consejo lo sancion¨® por una falta grave de retrasos injustificados. El expediente recog¨ªa ya hace ocho a?os que el juez padec¨ªa "un trastorno depresivo recurrente por el que est¨¢ recibiendo asistencia m¨¦dico-psiqui¨¢trica, lo que le ha producido una disminuci¨®n de su impulso vital con incidencia en su producci¨®n laboral e intelectual".
Cinco a?os despu¨¦s, la situaci¨®n se volvi¨® a reproducir, esta vez en el Juzgado de lo Penal de Guadalajara. La inspecci¨®n se encontr¨®, en febrero de 2005, con 94 sentencias pendientes de juicios celebrados hasta dos a?os antes. Los retrasos eran tan graves que se decidi¨® abrir otro expediente disciplinario que, dos a?os despu¨¦s, todav¨ªa no se ha concluido porque su instructor, a pesar de los m¨²ltiples requerimientos del Consejo, no lo pudo encontrar para tomarle declaraci¨®n hasta el pasado 18 de enero (dos a?os despu¨¦s de que se abriera el expediente). El pasado 9 de abril se decidi¨® hacerle un examen psicol¨®gico sin ¨¦xito: se desconoce d¨®nde vive.
M¨¢s suerte tuvo el instructor del nuevo expediente que se le abri¨® en 2006, cuando los juicios sin sentencia pasaron a 140. El juez volvi¨® a alegar que padec¨ªa una dolencia ps¨ªquica que le imped¨ªa mantener un ritmo normal, pero el asunto se solvent¨® con una sanci¨®n de 1.500 euros por los retrasos. Dos vocales del Consejo reclamaron que se le castigara por falta muy grave, lo que hubiera podido suponer su suspensi¨®n, traslado o expulsi¨®n de la judicatura.
Visita del presidente
La ¨²ltima noticia del mal funcionamiento del juzgado se tuvo el 30 de enero, cuando el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha (TSJC-M), Vicente Rouco, lo visit¨® encontr¨¢ndose con que las sentencias pendientes eran ya 203. A. F. se comprometi¨® a acelerar el trabajo pero al tiempo le anunci¨® que en unos d¨ªas se dar¨ªa de baja de nuevo debido a su enfermedad. Desde esa fecha no ha vuelto por su despacho.
De los ocho a?os que el juez lleva en el juzgado, m¨¢s de uno lo ha pasado de baja debido a su enfermedad (15 meses), seg¨²n datos del Consejo, sin que ni el Poder Judicial ni el presidente del TSJC-M hayan tramitado su incapacidad. Al contrario, han tratado de solventar la situaci¨®n mediante parches. El primer fue destinar a ese juzgado como sustituto al titular del Juzgado n¨²mero 1 de San Clemente (Cuenca), en marzo de 2007, que un mes despu¨¦s pidi¨® ayuda al TSJC-M ante el caos que se encontr¨® en el juzgado, por lo que hubo que nombrar a un segundo juez, el de Menores de Guadalajara, para que anulara los 146 juicios celebrados por A. F. pendientes de sentencia, mientras el primero atiende el juzgado.
Durante los ¨²ltimos 10 meses que ha pasado de baja, A. F. ha retenido en su poder decenas de expedientes que resuelve poco a poco en su casa. El magistrado aparece peri¨®dicamente en el juzgado y entrega las pocas sentencias que va redactando a la secretaria judicial, aunque el propio presidente del TSJC-M le exigi¨® el pasado abril que devolviera todos los autos. En su escrito, el presidente le exigi¨® adem¨¢s que designara "un domicilio real", ante las serias dificultades para localizarlo.
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