Los j¨®venes no quieren vivir en el campo rumano
Sin mano de obra suficiente y en crisis, la agricultura lucha por sobrevivir en la UE
Los habitantes de Nenciulesti, un peque?o pueblo agr¨ªcola del sur de Rumania, viven con muy poco. Pero hay algo de lo que nunca prescinden: un popular queso fresco llamado telemea. "Cuando juntamos diez kilos, llamamos al tendero y se lo vendemos", cuenta Petra Lacoviste, de 70 a?os, mientras muestra el queso que produce a diario en su casa, con leche de la vaca que ella misma orde?a. "?Esto es lo mejor del mundo!", exclama orgullosa, ajena al hecho de que es improbable que su rudimentario m¨¦todo cumpla con las reglas de higiene de la UE para comercializar alimentos.
Los campesinos empiezan a unirse en cooperativas para salir adelante 500 de las 2.800 personas del pueblo de Nenciulesti viven en Espa?a
La venta generalizada de queso por particulares, y sin ning¨²n control sanitario (Bruselas exige una m¨¢quina especial y no permite el orde?o manual), es una pr¨¢ctica habitual en Rumania y simboliza la dificultad de adaptaci¨®n del pa¨ªs (el segundo m¨¢s pobre de la UE, con una renta que equivale al 30% de la media comunitaria) al club europeo.
No hay agua corriente en Nenciulesti, localidad de 2.800 habitantes situada a 100 kil¨®metros de Bucarest. Tampoco hay sistema de alcantarillado. Ni asfalto en las calles. El pueblo, que si no fuera por las antenas parab¨®licas que adornan algunos tejados podr¨ªa pasar por la Espa?a de hace cien a?os, es un ejemplo de dos grandes problemas de la Rumania comunitaria: la crisis de la agricultura tradicional (esencia del pa¨ªs) y la fuga de mano de obra al extranjero.
El desencanto predomina entre los ciudadanos. El 45% confiesa que no ha notado la diferencia de estar en la UE, mientras el 27% afirma que su vida ha empeorado en el ¨²ltimo a?o, seg¨²n un sondeo del instituto Insomar. Mientras la clase pol¨ªtica sufre una par¨¢lisis por el enfrentamiento entre el presidente y el primer ministro y el pa¨ªs sigue siendo el m¨¢s corrupto de la UE, los rumanos s¨®lo han recibido 1.500 millones de euros en fondos europeos este a?o (900 fueron aprobados antes de la adhesi¨®n), seg¨²n el Gobierno.
"El presupuesto comunitario prev¨¦ 8.000 millones para la agricultura hasta 2013, pero un tercio de las explotaciones es demasiado peque?o para cumplir con los requisitos para beneficiarse de estas ayudas", explica Sorin Ionita, experto de la Sociedad Acad¨¦mica Rumana. El campo, donde viven cuatro de cada diez rumanos, est¨¢ tan fragmentado porque poco despu¨¦s de la ca¨ªda de la dictadura comunista de Nicolae Ceausescu, que control¨® el pa¨ªs hasta diciembre de 1989, se repartieron las tierras estatales entre los agricultores que las trabajaban.
Los campesinos han empezado a unirse en cooperativas para rentabilizar la compra de tractores, semillas de cereales (trigo, ma¨ªz y girasol, sobre todo). Como explica Ion Lacoviste, esposo de Petra y de su misma edad, a veces no es suficiente: "Aqu¨ª tenemos de todo lo necesario para sobrevivir, pero hay problemas porque la gente se hace mayor y muchos j¨®venes se van".
Como muchos otros municipios, Nenciulesti ha visto c¨®mo buena parte de los residentes se han marchado en busca de una vida mejor. "De las 2.800 personas censadas, por lo menos 500 viven en Espa?a, repartidas entre Madrid y Castell¨®n", explica el alcalde, el socialdem¨®crata Simion Manda, de 58 a?os. La mayor¨ªa de los que se han quedado tampoco trabajan aqu¨ª: se han mudado a la cercana ciudad de Alexandria y a Bucarest.
La falta de mano de obra se extiende por Rumania, un problema que amenaza con frenar el crecimiento de una de las econom¨ªas con mayor potencial de la UE (crece a un ritmo del 6%). En fondos para infraestructuras hay previstos 17.000 millones hasta 2013, pero no hay trabajadores para construir las carreteras que tanta falta hacen.
Casi dos millones de personas han emigrado, se han ido sobre todo a Italia y Espa?a (m¨¢s de medio mill¨®n vive en cada uno de esos pa¨ªses). El presidente de la patronal, Marian Milut, calcula que la econom¨ªa tiene un d¨¦ficit de 600.000 trabajadores. "Importamos empleados de China y Moldavia, pero hay que convencer a los rumanos que se fueron para que vuelvan dando ventajas fiscales si invierten su dinero aqu¨ª", a?ade.
En Nenciulesti, es dif¨ªcil ver en la calle a personas entre 20 y 40 a?os. "Tenemos 45 ni?os cuyos padres est¨¢n en Espa?a. Generalmente son m¨¢s problem¨¢ticos, porque los cr¨ªan los abuelos, que ya no tienen fuerza para controlarles, y echan de menos a sus padres", explica el director del colegio, Alexandro Sin. "La mayor¨ªa de los alumnos se van del pueblo porque aqu¨ª no hay perspectivas", a?ade. La Fundaci¨®n Soros calcula que en toda Rumania hay 350.000 ni?os viviendo solos porque uno o ambos progenitores han emigrado.
Muchos rumanos se van, pero env¨ªan miles de millones de vuelta (6.300 millones este a?o). Algunos invierten lo ganado en una casa en Rumania. "Esa casa est¨¢ hecha con dinero espa?ol, ¨¦sa tambi¨¦n, y ¨¦sa", se?ala el alcalde Nenciulesti desde el coche. La casa de Gagalice Ecaterina, de 45 a?os, es un ejemplo. Es de su hija, que vive en Madrid hace cuatro a?os. En Espa?a, gana unos 900 euros al mes; en Nenciulesti apenas reun¨ªa 100.
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