Esperando a Ingrid
Cuando se escriben estas l¨ªneas se espera la liberaci¨®n de Clara Rojas, colaboradora de la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, que como ella lleva cinco a?os en poder de las FARC, aunque hasta que el hecho se produzca nadie podr¨¢ estar seguro de nada. Rojas, a la que los narco-bandoleros terroristas de Manuel Marulanda dicen que van a liberar junto a su hijita nacida en cautiverio de padre insurgente y la legisladora Consuelo Gonz¨¢lez, forma parte de un grupo de 46 rehenes que la guerrilla califica de canjeable, entre los que se halla la propia Betancourt, de doble nacionalidad francesa y colombiana. Y haya liberaci¨®n o no, en lo inmediato la operaci¨®n est¨¢ resultando un magn¨ªfico negocio pol¨ªtico para el presidente venezolano, el izquierdista Hugo Ch¨¢vez, y otro bastante malo para su hom¨®logo colombiano, el derechista ?lvaro Uribe.
Haya liberaci¨®n o no, la operaci¨®n est¨¢ resultando un magn¨ªfico negocio pol¨ªtico para Ch¨¢vez
El presidente colombiano, tantas veces reputado como el mejor aliado de Washington en Am¨¦rica Latina, incurri¨® recientemente en una notable audacia: pedir a Ch¨¢vez que mediara en la liberaci¨®n de esos secuestrados de primera, que se canjear¨ªan entonces por unos 500 presos de las FARC. El l¨ªder bolivariano, del que siempre se ha dicho con discreto fundamento que ayudaba a la guerrilla d¨¢ndole santuario y con generosidad hija del man¨¢ petrolero, puso manos a la obra con la vehemencia que le caracteriza; tanta, que el presidente de Colombia parec¨ªa que fuera ¨¦l, despu¨¦s de hablar con altos militares colombianos, comentar el caso desde todos los ¨¢ngulos y, en general, no reconocerle a Bogot¨¢ la propiedad intelectual de las operaciones. Uribe, que pudo haber recurrido a su par caraque?o para mostrar independencia de Washington, cuando parece que una pr¨®xima presidencia dem¨®crata es muy dudoso que renueve la ayuda militar a Colombia, dio hace unas semanas en retirarle el pl¨¢cet por el bochinche que estaba armando. ?Pero ya pod¨ªa haberse imaginado lo poco que le iba a importar al venezolano ese cambio de opini¨®n! Nadie podr¨ªa ya apartar a Ch¨¢vez del rastro liberador, porque hab¨ªa entendido muy bien el ¨¦xito y la legitimidad ante la opini¨®n colombiana que supondr¨ªa cualquier avance hacia el canje humanitario.
Y de ah¨ª llegamos al recent¨ªsimo anuncio de la liberaci¨®n, que deber¨ªa culminar con la entrega de Rojas a Ch¨¢vez, para que ¨¦ste pudiera continuar como buen militar la explotaci¨®n del ¨¦xito. Los partidarios de la teor¨ªa conspirativa de la historia han adelantado ya una serie de hip¨®tesis que difuminan la aparente linealidad de lo ocurrido: que Estados Unidos habr¨ªa aprobado la gesti¨®n de Uribe porque Washington ya est¨¢ negociando en secreto la liberaci¨®n de tres ciudadanos norteamericanos, que figuran entre los 46, lo que no tiene por qu¨¦ ser falso sin que por ello haya aprobado nada; o que Uribe sigue en el juego negociador y que la ruptura con Ch¨¢vez s¨®lo es aparente, puesto que hace unos d¨ªas anunci¨® la creaci¨®n de una zona de encuentro en la jungla para discutir el canje, con lo que la liberaci¨®n de Rojas ser¨ªa una respuesta a ese movimiento.
Nada de todo lo anterior desmiente, sin embargo, que Ch¨¢vez, que antes de que se lo pidieran no hab¨ªa movido un dedo a favor de ning¨²n canje, hoy los mueve todos; que si un d¨ªa logra la libertad de los norteamericanos la incomodidad de la Casa Blanca va a ser may¨²scula; y que si al final de toda esta historia se halla la libertad de Ingrid Betancourt -lo que hay que guardarse muy mucho de afirmar porque las FARC piden a cambio nada menos que el estatuto de belige-rancia- Ch¨¢vez se habr¨¢ apuntado un tanto fenomenal. Alfredo Molano, furibundo cr¨ªtico del presidente colombiano, en una teor¨ªa tambi¨¦n un poco en la l¨ªnea conspirativa, afirma en su columna de esta semana en El Espectador de Bogot¨¢ que Uribe no est¨¢ interesado en la libertad de Ingrid, porque ser¨ªa una candidata presidencial imbatible en 2010 contra cualquiera que fuese el elegido del uribismo, a¨²n el propio Uribe, puesto que nadie como ella puede "denunciar la indiferencia del Gobierno y la crueldad del cautiverio; Ingrid mostrando la brutalidad de la guerra; Ingrid con su cara de ni?a aplicada se?alando, acusando, proponiendo. ?Podr¨ªa alguien con m¨¢s autoridad hablar del fracaso de la pol¨ªtica de seguridad del presidente?". Tanto, que la izquierda, el Polo Democr¨¢tico Alternativo, que no anda bien de candidato para 2010, si Ingrid est¨¢ libre para entonces, no podr¨ªa hacer mejor fichaje que el de la franco-colombiana.
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