Aloisio Lorscheider, cardenal brasile?o
Fue 'papable' y gran defensor de los te¨®logos de la liberaci¨®n
Antes de partir hacia Roma en agosto de 1977 para elegir sucesor del papa Pablo VI, el cardenal Albino Luciani, patriarca de Venecia, anunci¨® que hab¨ªa llegado el momento de que la Iglesia tuviese un pont¨ªfice del tercer mundo.
No mantuvo en secreto el nombre de su candidato. Era el cardenal brasile?o Aloisio Lorscheider, fraile franciscano y entonces arzobispo de Fortaleza. Seg¨²n opini¨®n general en los ambientes reformistas de la Iglesia romana, Lorscheider era una mente privilegiada. "Es un hombre fiel y culto, conoce muy bien Italia y a los italianos, y, lo que es m¨¢s importante, est¨¢ en cuerpo y alma con los pobres", argumentaba Luciani.
No fue posible. Los cardenales eligieron al propio Luciani, que tom¨® el nombre de Juan Pablo I y apenas dur¨® 30 d¨ªas en el cargo. Lo cierto es que el dictamen de aquel papa era certero. El cardenal Lorscheider era lo que de ¨¦l dijo Luciani: culto, avanzado para su tiempo, defensor de las reformas del Vaticano II y radical defensor de la justicia social y los pobres. Muri¨® anteayer a los 83 a?os en Porto Alegre (Brasil), despu¨¦s de permanecer semanas hospitalizado en el hospital S?o Francisco de la capital del sure?o estado de R¨ªo Grande do Sul. Benedicto XVI envi¨® ayer a la Iglesia brasile?a un telegrama de p¨¦same, destacando la "constante y generosa dedicaci¨®n" del fallecido a la Iglesia.
El ¨²ltimo cargo de Lorscheider fue el de arzobispo de Aparecida do Norte. Antes presidi¨® la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB, por su sigla en portugu¨¦s), entre 1971 y 1978, y el Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), entre 1976 y 1979. En ambos cargos gan¨® fama como el prelado m¨¢s influyente en Latinoam¨¦rica, gran vivero del catolicismo contempor¨¢neo. Tambi¨¦n se distingui¨® por su valerosa lucha contra el brutal r¨¦gimen militar que gobern¨® el pa¨ªs entre 1964 y 1985. Pero sobre todo se destac¨® internacionalmente por su defensa, en Brasil y ante el Papa romano, de los te¨®logos de la liberaci¨®n, castigados inmisericordemente m¨¢s tarde por Juan Pablo II y el cardenal jefe de la Pontificia Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe (la moderna inquisici¨®n), Joseph Ratzinger, hoy Benedicto XVI.
Tras la condena de la Teolog¨ªa de la Liberaci¨®n por Juan Pablo II en la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, celebrada en Puebla (M¨¦xico) en 1979, Lorscheider y Paulo Evaristo Arns (arzobispo de S?o Paulo) viajaron a Roma pero no pudieron convencer al Papa ni a Ratzinger de su dura decisi¨®n.
Obispo desde los 37 a?os, Aloisio Lorscheider fue nombrado cardenal en 1976 por Pablo VI, y entre 1994 y 2004 fue cardenal arzobispo de Aparecida do Norte, en el estado de S?o Paulo. Por su edad se convirti¨® en em¨¦rito en 2004, cuando complet¨® los 80 a?os de su vida.
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