El rumbero m¨¢s punk conquista la capital a golpes de bombo
Muchachito Bombo Infierno triunfa en el primero de sus dos conciertos en Madrid
Hubo un tiempo en el que Jairo Perera tocaba por las calles con instrumentos rescatados de la basura. Su territorio eran los bares de su Santa Coloma de Gramanet natal, en los que ol¨ªa a vino pele¨®n y hab¨ªa un p¨²blico siempre dispuesto a tomar la pen¨²ltima. Ese tipo ahora se hace llamar Muchachito y, sin renunciar a ese esp¨ªritu de vagabundo burl¨®n, llen¨® anoche la sala Riviera de Madrid. Dos mil quinientas personas que bailaron con los latidos del bombo tuneado (con faros y radiador de coche rockabilly) que el propio Muchachito toca mientras rasga su guitarra espa?ola. Ayer, con todo el papel vendido, fue la primera y apote¨®sica noche de las dos que el catal¨¢n actuar¨¢ en Madrid. Ma?ana ser¨¢ el segundo concierto, del que ya quedan pocas entradas.
Son las siete de la tarde y el protagonista de la noche aparece en una todav¨ªa fr¨ªa sala Riviera para hacer la prueba de sonido. Lleva patillas largas, traje azul, zapatillas deportivas de leopardo y un collar hippy "regalo de unos primicos". Lo que se dice un elegante dandi de extrarradio. Abraza a su banda y se sienta para tocar frente a su trono, es decir, su bombo. Mientras suena una improvisaci¨®n del tema principal de Pulp Fiction, Santos de Veracruz, componente del grupo y antes pintor de brocha gorda, construye el lienzo sobre el que m¨¢s tarde, durante el concierto, pintar¨¢ un cuadro. Es una de las marcas de la casa: mientras Muchachito toca, Santos pone imagen a la m¨²sica a pincelazo limpio. Ya es tan famoso que sus cuadros, que luego vende, se cotizan al alza. "Una vez vendimos uno por 6.000 euros", explica el ahora pintor de brocha fina de trazo ancho. Queda media hora para el concierto y no hay nervios. Todo lo contrario. "Hoy habr¨¢ que emborracharse, ?no?", se oye en un camerino que huele a marihuana y pizza (hay seis cajas de pizza). "Es un d¨ªa especial", explica Muchachito con el acento de Ja¨¦n, heredado de sus padres. "Hay nervios, pero sanos". Los calma tocando la guitarra con un trompetista de su banda. Fuera el p¨²blico espera impaciente.
A las 10 en punto, Santos, con el lienzo en blanco, se pone al tajo. Muchachito y su banda suben al escenario para hacer lo que mejor saben: rumba cazallera de aires melanc¨®licos de energ¨ªa punk y sabor a swing gitano. Dos horas de m¨²sica con historias canallas (alimento del esp¨ªritu) en las que nadie se atrevi¨® a no bailar (alimento del cuerpo). Tambi¨¦n hubo sorpresas, como la aparici¨®n del actor Eduardo Soto, ex neng de Castefa, o la versi¨®n de Yo no soy como t¨² de El Libro de la Selva, justo antes de rendir homenaje a Manu Chao con el Mala vida de Mano Negra. Tras el concierto, el cuadro de Santos descansaba detr¨¢s del escenario. Dibuj¨® a un tipo con sombrero de aire cr¨¢pula que miraba seductor a una mujer. Quiz¨¢ el ¨¢lter ego de Muchachito, que ayer conquist¨® Madrid.
Padres musicales
- Peret: "Es el rey. Una m¨¢quina. Cada vez que nos encontramos (la ¨²ltima vez en un restaurante de Barcelona) tocamos juntos. Es nuestro James Brown".
- Kiko Veneno: "Su m¨²sica es la que m¨¢s me llega. Tambi¨¦n somos amigos. Y tiene historias de su vida buen¨ªsimas".
- George Thorogood. "Juanito Buenagarganta. Es lo que m¨¢s escuchaba cuando ten¨ªa 13 a?os. Hasta me vest¨ªa como ¨¦l".
- Keith Richards. "Tiene una fuerza incre¨ªble. Con la edad que tiene y ah¨ª est¨¢. Yo espero estar igual de bien".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.