El prodigio de Toscanini
Los tiempos cambian, los valores culturales se transforman, pero los directores de orquesta siguen ejerciendo una enorme fascinaci¨®n en todo tipo de p¨²blicos, sean musicales o no. ?Qu¨¦ caracteriza a un director de orquesta? ?En qu¨¦ se apoya su atractivo? Harold C. Sch?nberg, hist¨®rico cr¨ªtico de The New York Times, retrataba as¨ª su perfil: "Es un individuo de presencia imperiosa, dignidad infinita, memoria fabulosa, amplia experiencia, temperamento intenso y sabidur¨ªa serena. Es muchas cosas: m¨²sico, administrador, ejecutivo, ministro, psic¨®logo, t¨¦cnico, fil¨®sofo y a veces col¨¦rico. Como muchos grandes hombres que viven de cara al p¨²blico, es instintivamente un actor. Si noposee una confianza infinita en s¨ª mismo y en sus cualidades no es nada. Es simult¨¢neamente una imagen del padre, el gran proveedor, la fuente de inspiraci¨®n, el Maestro que lo sabe todo. Quiz¨¢s es medio adivino: ciertamente trabaja a la sombra de la divinidad".
La objetividad, la claridad, la lucidez, la inteligencia de Toscanini frente al halo rom¨¢ntico, la intuici¨®n, la filosof¨ªa y la libertad de Furtw?ngler
Lo escribi¨® hace ya cuarenta a?os, aunque en rasgos generales se mantiene todav¨ªa esa misma percepci¨®n. Algunos de los directores del pasado han entrado en el inconsciente colectivo en la categor¨ªa de mitos.
Arturo Toscanini es uno de ellos. Como Wilhelm Furtw?ngler, al que muchas veces se le ha situado como su polo opuesto. La rivalidad no se limita a los divos de ¨®pera: Callas frente a Tebaldi, pongamos por caso. La objetividad, la claridad, la lucidez, la inteligencia de Toscanini frente al halo rom¨¢ntico, la intuici¨®n, la filosof¨ªa y la libertad de Furtw?ngler. ?Qui¨¦n da m¨¢s? La perspectiva que da el paso del tiempo aconseja m¨¢s el enriquecimiento que permiten las complementariedades que la necesidad de decantarse por un estilo. ?Qui¨¦n de los dos hac¨ªa mejor Wagner, por poner el dedo en la llaga? Escuchen, escuchen. Y luego si quieren tomar partido pueden hacerlo, pero no es obligatorio y casi dir¨ªa que ni siquiera deseable.
El mundo de la m¨²sica ha recordado este a?o con especial calor a Toscanini, al haberse cumplido 50 a?os de su fallecimiento en la villa de Riverdale, cerca de Nueva York, como consecuencia de una trombosis cerebral. Hab¨ªa nacido en Parma, en 1867, en el n¨²mero 13 del entonces Borgo San Giacomo, hoy Rodolfo Tanzi. Precisamente all¨ª, en su humilde casa natal se ha abierto este a?o un reformado museo a ¨¦l dedicado, con espacios que contemplan desde carteles de las ¨®peras que dirigi¨®, o recuerdos personales, hasta interesant¨ªsimos testimonios audiovisuales de su trabajo art¨ªstico.
Parma ha echado este a?o la casa por la ventana en la organizaci¨®n de simposios, exposiciones o conciertos, y en la publicaci¨®n de libros que actualizan la trayectoria del maestro. Un ejemplo: Arturo Toscanini: vita, immagini, ritratti, editado por Grafiche Step, con textos de Marco Capra, Gaspare Nello Vetro y Gustavo Marchesi, con unos contenidos gr¨¢ficos verdaderamente excepcionales. Tambi¨¦n se acaba de editar un CD con testimonios del centenario de Verdi en Parma y Busseto en 1913. En la bombonera del Teatro de Busseto, Toscanini dirigi¨® en septiembre de ese a?o nada menos que La Traviata y Falstaff. Esta ¨²ltima la volver¨ªa a conducir unas sem0anas m¨¢s tarde en La Scala de Mil¨¢n. La huelga del teatro milan¨¦s ha impedido el pasado noviembre la doble ejecuci¨®n en Mil¨¢n y Parma del R¨¦quiem de Verdi en homenaje a Toscanini, con Daniel Barenboim al frente de la orquesta del Teatro de La Scala. Al menos en Parma se pudo escuchar esta obra con un nivel de calidad encomiable un mes antes, con la orquesta del Teatro Regio dirigida por Riccardo Muti. Es un consuelo, desde luego.
Una semblanza de Toscanini quiz¨¢s sea innecesaria a estas alturas, pero conviene recordar, para fijar su importancia hist¨®rica, que dirigi¨® los estrenos mundiales de ¨®peras como La boh¨¨me, La fanciulla del West o Turandot, de Puccini; Pagliacci, de Leoncavallo, o Nerone, de Boito. Su debut como director tuvo lugar cuando ten¨ªa 19 a?os en R¨ªo de Janeiro. Toscanini, que era violonchelista, se hab¨ªa enrolado en una tourn¨¦e de una compa?¨ªa de ¨®pera itinerante. El director musical de la misma fue abucheado y, a instancias de sus compa?eros, Toscanini tom¨® la batuta dirigiendo Aida de memoria. De desmayo.
El maestro dirigi¨® siempre que pudo sin partitura a la vista. Su prodigiosa memoria le posibilitaba llevar todo en la cabeza. Durante etapas de su vida estuvo al frente del Teatro Regio de Tur¨ªn, La Scala de Mil¨¢n o el Metropolitan de Nueva York. Tambi¨¦n dirigi¨® con cierta asiduidad en festivales como Salzburgo o Bayreuth. Su antifascismo militante le llev¨® al exilio americano. A Furtw?ngler no le perdon¨® que tomase posturas "tolerantes" en este sentido.
?Qu¨¦ se mantiene, desde una mirada actual, como imprescindible de Toscanini? ?Qu¨¦ grabaciones discogr¨¢ficas de su legado habr¨ªa que llevarse a la tan socorrida isla desierta? De Toscanini quedan su carisma, su autoridad, su perfeccionismo, su obsesi¨®n por la fidelidad, su humildad de fondo debajo de su autoritarismo externo, su magia elaborada a partir de lo sustancial.
Si hay que elegir un par de discos, uno deber¨ªa ser de Verdi. Me inclino por Falstaff u Otello. Por Falstaff: una lecci¨®n magistral de c¨®mo enfrentarse a una ¨®pera, cuya conclusi¨®n final es aquello de que "todo en el mundo es burla". La versi¨®n de 1950, con la orquesta sinf¨®nica NBC, es sorprendente. La segunda opci¨®n, o la primera seg¨²n se mire, es Wagner. La valoraci¨®n de Toscanini en este repertorio no deja de crecer. Y no es para menos. Es el suyo un Wagner sin ning¨²n tipo de ret¨®rica, limp¨ªsimo, con una atenci¨®n prioritaria a la tensi¨®n interna y el desvelamiento de las estructuras formales. Suena ligero y compacto a la vez, con un color irresistible en su pureza. El doble volumen (s¨¦ptimo de la colecci¨®n The Immortal de RCA-BMG), con fragmentos de La valquiria, Sigfrido, El ocaso de los dioses, Los maestros cantores, Parsifal, Lohengrin y Tannh?user, con la orquesta NBC es una revelaci¨®n. Y como todas las revelaciones, puede cambiar la vida a quien lo escuche con la mente abierta. -
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