Los 'teocons' se hacen con el mando en la Iglesia
Los sectores m¨¢s conservadores de la Iglesia arrinconan a los moderados y aumentan su poder en la legislatura socialista
"?Qu¨¦ hacemos con la Iglesia?". En octubre de 2004, siete meses despu¨¦s del triunfo electoral, la espinosa cuesti¨®n de las relaciones Iglesia-Estado hab¨ªa ya adquirido un cariz tan inquietante que Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba y Jos¨¦ Blanco se sintieron obligados a reunirse en un c¨®nclave monogr¨¢fico. El asunto era inaplazable, entre otras razones, porque los colectivos militantes cat¨®licos m¨¢s beligerantes ya hab¨ªan empezado a distribuir folletos con el listado de acusaciones que compondr¨ªan los particulares "siete pecados capitales" del Gobierno socialista: el aborto, el divorcio, la eutanasia, las c¨¦lulas madre, el matrimonio homosexual, la educaci¨®n y la financiaci¨®n de la Iglesia.
El Gobierno decidi¨® calmar a la Iglesia con cesiones en educaci¨®n e IRPF
De la Vega se encarg¨® de la estrategia, pero no logr¨® apaciguar los ¨¢nimos eclesiales
Ha reverdecido una ideolog¨ªa que quiere imponer las normas morales a la sociedad
Se trataba de ordenar un discurso oficial, hasta entonces confuso, y de establecer una estrategia para la legislatura que impidiera que la "guerra con la Iglesia" se sumara a los frentes de desgaste abiertos con la reforma auton¨®mica catalana y la negociaci¨®n con ETA.
Acuciada por la presi¨®n, la c¨²pula socialista decidi¨® que en lo referente a los compromisos electorales se respetar¨ªa "el Gobierno de los hombres" y la separaci¨®n Iglesia-Estado, pero que en lo tocante a la educaci¨®n y a la financiaci¨®n se facilitar¨ªa un marco negociador que deb¨ªa rebajar los inflamados ¨¢nimos de la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica. La vicepresidenta Fern¨¢ndez de la Vega se encargar¨ªa de pivotar esa estrategia tendiendo puentes hacia la Conferencia Episcopal y el Vaticano. Aquella estrategia mantiene sumidos en el desconcierto a los sectores m¨¢s laicistas del PSOE y del resto de la izquierda, pese a que las cesiones en materia de educaci¨®n y el acuerdo que elev¨® del 0,52% al 0,7% del IRPF la aportaci¨®n voluntaria del contribuyente a la Iglesia cat¨®lica no le han ahorrado al Ejecutivo la apertura explosiva del temido tercer frente.
Por primera vez desde la instauraci¨®n de la democracia, la Iglesia espa?ola ha cruzado en esta legislatura el Rubic¨®n que los obispos fijaron tras el Concilio Vaticano II cuando afirmaron el pluralismo pol¨ªtico de los cristianos y negaron su apoyo al proyecto democristiano de Joaqu¨ªn Ruiz-Gim¨¦nez. Ha tomado partido, empujada por los vientos de una moral rescatada de la historia que est¨¢ reactivando en la izquierda el viejo reflejo anticlerical.
Cabe preguntarse si el espect¨¢culo de agitaci¨®n religiosa es cosa de la jerarqu¨ªa cat¨®lica o s¨®lo de una parte de ella. ?A qui¨¦n representan los 18 obispos que promovieron y participaron en la manifestaci¨®n contra el matrimonio homosexual el 18 de junio de 2005 y la media docena de prelados que desfilaron tambi¨¦n el 12 de noviembre de ese a?o en la marcha contra la reforma educativa? ?La Cope es una anomal¨ªa dentro de la Iglesia o la punta de lanza de un movimiento involucionista ascendente? ?Qui¨¦n manda en la Conferencia Episcopal?
Aunque las encuestas del CIS se?alan que el electorado del PSOE est¨¢ formado mayoritariamente por personas que se reclaman cat¨®licas, la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica ha anudado en estos a?os un maridaje opositor con el PP, tan comprometedor que a algunos sectores religiosos y de la propia derecha empieza a resultarles embarazoso. La disposici¨®n de Rodr¨ªguez Zapatero a olvidar sus propias palabras -"m¨¢s gimnasia, menos religi¨®n", dijo en la campa?a electoral; "la Iglesia debe cumplir su compromiso de autofinanciarse", indic¨®, adentrada ya la legislatura-, no ha apagado el fuego reprobador, como tampoco lo ha hecho el pacto educativo sellado con la ense?anza concertada religiosa, financiada al cien por cien por el Estado.
Adem¨¢s de renunciar a ampliar la legislaci¨®n sobre el aborto y a abordar la eutanasia, el Gobierno ha mantenido la asignatura de religi¨®n en la escuela -como oferta obligatoria, aunque sin computar a los efectos de la nota final-, y ha estabilizado laboralmente a cargo de las arcas del Estado a los 15.000 profesores de la asignatura, 8.000 de ellos en la escuela p¨²blica, que la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica selecciona y despide a su libre albedr¨ªo, guiada por criterios tan extravagantes para la moral civil como "vivir en pecado" o divorciarse. Pese a los efectos apaciguadores del 0,7% del IRPF, porcentaje con el que ning¨²n obispo pod¨ªa so?ar al inicio de la legislatura, el magma de deslegitimaci¨®n del Gobierno sigue crepitando.
"No se puede colaborar con el mal", ha sentenciado p¨²blicamente el arzobispo de Toledo y Primado de Espa?a, Antonio Ca?izares, ante la negativa de la Federaci¨®n Espa?ola de Religiosos de la Ense?anza (FERE) a secundar el llamamiento a la objeci¨®n de conciencia en la asignatura de educaci¨®n para la ciudadan¨ªa. A juicio del portavoz de la Conferencia Episcopal, recientemente consagrado obispo, Juan Antonio Mart¨ªnez Camino, el matrimonio homosexual "es la cosa m¨¢s terrible que ha ocurrido en 20 siglos". Y seg¨²n la carta pastoral emitida por el obispo de Huesca, Jes¨²s Sanz, "la sospecha" de la matanza del 11-M "mira al Gobierno".
Una organizaci¨®n jerarquizada y de naturaleza olig¨¢rquica que no conoce la democracia interna y excluye a las mujeres del sacerdocio cuestiona a diario la calidad y hasta la existencia misma de la democracia espa?ola, al tiempo que se erige en actor pol¨ªtico de primer orden. ?Qu¨¦ ha pasado en Espa?a para que la Iglesia emita un discurso tan catastrofista y adopte semejante protagonismo pol¨ªtico?, se preguntan tambi¨¦n en los foros internacionales.
Lo que est¨¢ pasando, dicen personas bien situadas en la jerarqu¨ªa episcopal y reiteran cristianos de base, socialistas cat¨®licos y cargos de la Administraci¨®n, es que asistimos al reverdecimiento de una ideolog¨ªa neotradicionalista que lleva en su seno la vieja tentaci¨®n de imponer al conjunto de la sociedad las normas morales propias de la Iglesia.
Esa ideolog¨ªa, alentada por los vientos involucionistas del anterior pont¨ªfice, se ha asociado con el pensamiento pol¨ªtico neoconservador de una parte de la derecha espa?ola y ha dado lugar a un h¨ªbrido que en los ambientes cat¨®licos progresistas se conoce como "los teocons".
Grupos como Comuni¨®n y Liberaci¨®n, Asociaci¨®n Cat¨®lica de Propagandistas, Hazte o¨ªr, Foro Espa?ol de la Familia, Legionarios, Plataforma E-cristians y otros muchos se suman a organizaciones como el Opus o los Kikos, en un movimiento diverso pero convergente en la descalificaci¨®n, la presi¨®n y la movilizaci¨®n pol¨ªticas.
Son gentes que anatemizan todo lo que hace y dice el Gobierno, que contraponen la "ley natural" a las leyes de la mayor¨ªa parlamentaria, que juzgan aberrante la laicidad propia del Estado aconfesional y que, imbuidos de la "santa indignaci¨®n", enarbolan la teor¨ªa de que la Iglesia espa?ola est¨¢ hoy perseguida "por la ofensiva laicista gubernamental".
He aqu¨ª lo que se escribe en el n¨²mero 77 de la revista Abril: "Desde luego, la sibilina persecuci¨®n del sistema liberal, callada, tranquila, constante pero sin estridencias, ha causado mucha m¨¢s apostas¨ªa que la de Decio, la de la Convenci¨®n o la del Frente Popular. Obvio ha sido para el enemigo: si la sangre de los m¨¢rtires fertiliza la tierra, no derramemos sangre y la tierra quedar¨¢ est¨¦ril. (...) El lavado de cerebro de nuestros ni?os y adolescentes para que sus esquemas mentales sean incapaces de tolerar algo que no sea el sincretismo aguado a caballo entre el de¨ªsmo mas¨®nico y el pante¨ªsmo spinoziano se har¨¢ cada vez m¨¢s intenso. El pensamiento ¨²nico se impondr¨¢ irremediablemente; ¨¦ste es el panorama m¨¢s cre¨ªble".
Aunque muchos de estos grupos se sit¨²an en la base militante laica o en los aleda?os de la estructura piramidal cat¨®lica, el movimiento neo tradicionalista alcanza tambi¨¦n a purpurados del anillo cardenalicio y est¨¢ bien presente en la Conferencia Episcopal. Pocos dudan de que el cardenal y arzobispo de Madrid, Antonio Mar¨ªa Rouco Varela, exponente genuino del neotradicionalismo hispano, maneja, en gran medida, los hilos del m¨¢ximo ¨®rgano institucional cat¨®lico espa?ol que preside el conciliador Ricardo Bl¨¢zquez, obispo de Bilbao.
Dada la correlaci¨®n de fuerzas, Ricardo Bl¨¢zquez, "un obispo entre cardenales", "un coronel entre generales", puede ser sustituido dentro de unos meses al frente de la Conferencia Episcopal, bien por el propio Rouco Varela o por un prelado de su misma adscripci¨®n ideol¨®gica. "Si opta al cargo y se va a una votaci¨®n sin acuerdos previos, el arzobispo de Madrid lo tendr¨¢ f¨¢cil porque hace tres a?os s¨®lo le falt¨® un voto para alcanzar los dos tercios que necesitaba para su tercera reelecci¨®n consecutiva. Ahora, le bastar¨ªa con el respaldo de la mitad de los 76 obispos con derecho a voto", opina un sacerdote, observador privilegiado de lo que acontece en la Conferencia Episcopal.
"El problema de Ricardo Bl¨¢zquez es que no ha podido asentar su posici¨®n, ni imponer la alternativa templada en la que tambi¨¦n se encuentran obispos como Carlos Amigo, de Sevilla, Luis Mart¨ªnez Sistach, de Barcelona, y algunos taranconianos [el arzobispo de Madrid Vicente Enrique y Taranc¨®n, que dirigi¨® la apertura de la Iglesia tras el franquismo], as¨ª que necesitar¨ªa un gesto de apoyo vaticano", indica Carlos Garc¨ªa de Andoin, coordinador general de Cristianos Socialistas del PSOE.
"El n¨²cleo m¨¢s conservador est¨¢ consiguiendo nombramientos de j¨®venes obispos neotradicionalistas y ya hay prelados de la Conferencia Episcopal que forman parte de Comuni¨®n y Liberaci¨®n", a?ade.
Tras la experiencia de esta legislatura, en la que el Gobierno ha renunciado a revisar los acuerdos con la Santa Sede de 1979 -nada m¨¢s tomar posesi¨®n de su cargo, el presidente Zapatero viaj¨® a Roma para tranquilizar al Vaticano en este aspecto-, la izquierda m¨¢s laicista contin¨²a haci¨¦ndose la pregunta de qu¨¦ hacer con la Iglesia cat¨®lica.
Desde el Gobierno se defiende la estrategia marcada con el argumento de que "hay que administrar los frentes" y establecer prioridades. "El dinero es menos importante que lograr promulgar leyes como la del matrimonio homosexual. Tenga en cuenta que en Italia ni siquiera han podido sacar adelante una ley de parejas de hecho. La situaci¨®n no est¨¢ para reformas constitucionales, ni para modificar los acuerdos con la Santa Sede", indica una alto responsable de la Administraci¨®n. El empe?o del Ejecutivo socialista est¨¢ ahora en evitar que el resto de las confesiones religiosas se sientan discriminadas.
Seg¨²n la directora de Asuntos Religiosos, Mercedes Rico, se est¨¢ trabajando para que el mill¨®n de protestantes espa?oles pueda contar el pr¨®ximo a?o con la casilla de la declaraci¨®n de la renta que les permitir¨¢ destinar el 0,7% del IRPF a su organizaci¨®n. A su juicio, la mayor¨ªa de los obispos espa?oles son moderados, "conservadores, pero moderados", indica. "Y lo que pasa", a?ade, "es que, adem¨¢s, buena parte de la izquierda s¨®lo tiene en la cabeza el modelo franc¨¦s de separaci¨®n radical Iglesia-Estado, que s¨ª es una excepci¨®n en Europa".
Pese al vocer¨ªo reinante, tambi¨¦n en Espa?a hay un terreno de encuentro propicio para el acuerdo. El documento que la Conferencia Episcopal public¨® el 22 de abril de 1986 juzga como alternativas igualmente inaceptables, tanto la pretensi¨®n de "imponer a todos las normas morales de la Iglesia para la vida social" como el prop¨®sito de "eliminar cualquier intervenci¨®n de la Iglesia en la vida p¨²blica inspirada en la fe".
Hay pues en la instrucci¨®n misma de la Iglesia una descalificaci¨®n expresa de los comportamientos que han aflorado en la presente legislatura y que dif¨ªcilmente encuentran asiento en el principio, tan abusivamente utilizado por el integrismo, de que "en caso de conflicto hay que obedecer a Dios antes que a los hombres".
Parece claro que un sector del clero pretende recuperar a trav¨¦s de las palancas pol¨ªtica y medi¨¢tica el ascendente moral y espiritual que la Iglesia ha perdido en la sociedad. "En el contexto actual, se corre el riesgo de ver enemigos donde no los hay", afirman Jes¨²s Romero y Tiscar Espigares, responsables de la Comunidad de San Egidio, dedicada a ayudar a los desfavorecidos.
"Tanto los creyentes como los no creyentes nos enfrentamos a problemas comunes y el di¨¢logo es el ¨²nico camino que puede dar frutos y posibilitar las respuestas serenas. No hay que olvidar que la Iglesia primitiva gozaba de la simpat¨ªa del todo el mundo y que si ha sobrevivido 20 siglos es porque ha trabajado por los pobres y necesitados", dicen.
Si eso es as¨ª, la Iglesia deber¨ªa buscar a su principal enemigo dentro de ella misma: en los seminarios clausurados por la sequ¨ªa vocacional, en la escasa capacidad de atracci¨®n de un magisterio que condena el preservativo, la p¨ªldora y el divorcio, en la miop¨ªa y los temores que le hacen vivir de espaldas a la realidad, a?orando tiempos pret¨¦ritos o confort¨¢ndose con la alegre estad¨ªstica de que el 90% de los espa?oles se declara cat¨®lico.
La realidad es que los cat¨®licos practicantes no superan el 30% de la poblaci¨®n, que el porcentaje de contribuyentes que marcan en exclusiva la casilla de la Iglesia cat¨®lica es el 23% y que ¨²nicamente hay 20.000 sacerdotes, la mayor¨ªa de edad avanzada y sin recambio a la vista. M¨¢s bien parece que la huida hacia delante de una parte del episcopado puede precipitar su marginaci¨®n y provocar que la izquierda espa?ola vuelva a hacer del anticlericalismo una equivocada se?a de identidad.
El pestilente error de la libertad
El socialista Gregorio Peces-Barba, uno de los siete padres de la Constituci¨®n, propone modificar los convenios con Roma. A su juicio, parte del problema reside en la referencia expl¨ªcita a la Iglesia cat¨®lica inscrita en el apartado constitucional que aborda la cooperaci¨®n del Estado con las confesiones religiosas. "Jordi Sol¨¦ Tura, Miquel Roca y yo mismo est¨¢bamos en contra de esa menci¨®n expresa, pero no insistimos lo suficiente, porque, sencillamente", dice, "entonces no pod¨ªamos imaginar que las cosas llegar¨ªan al extremo al que han llegado". De hecho, en los tiempos en los que la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica parec¨ªa haber abandonado las posiciones ultramontanas, el conjunto de la izquierda asisti¨® pasivamente a las decisiones adoptadas por los Gobiernos de Gonz¨¢lez: convenios con la Santa Sede, pactos con los colegios concertados, participaci¨®n en el IRPF..., que han ido conformado el privilegiado estatus de la Iglesia espa?ola.Antiguo democristiano, Peces-Barba sostiene que la Iglesia cat¨®lica no est¨¢ regulada por las leyes espa?olas, tampoco por la Ley de Libertad Religiosa, y que el hecho de que s¨®lo asuma el marco constitucional y los acuerdos con la Santa Sede "crea zonas exentas a la acci¨®n del Estado".Lo que le alarma, en todo caso, es la involuci¨®n integrista que aprecia en la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica, el traslado al ¨¢mbito pol¨ªtico de la consideraci¨®n de que la Iglesia es la detentadora y la administradora de la Verdad con may¨²sculas, la verdad de Dios."No aceptan la distinci¨®n p¨²blico-privado que est¨¢ en el art¨ªculo 27 de la Constituci¨®n y, en el fondo, siguen pensando como en el siglo XIX, cuando dec¨ªan que la libertad de conciencia era un pestilente error", indica Peces-Barba.
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