Feliz a?o 2008
Apenas recuerdo nada y tengo unos a?os. Mi memoria no es hist¨®rica aunque s¨¦, por lo que me contaron, que hubo una guerra civil. Y s¨¦, por lo que he vivido y vivo, que desde hace mucho, y casi no me acuerdo, hay paz; que compartimos un Estado de Derecho y que hoy, que no es ayer, es m¨¢s ma?ana que antes. Adem¨¢s estamos en Navidad; incluso para los que no seguimos las nuevas leyes que dictan algunos pastores, aqu¨¦llas que dicen que hagas el amor sin trabas aunque en ello te vaya el sida, hemos hecho nuestro portal de Bel¨¦n.
Este a?o, en casa hemos colocado los borregos enfrente del castillo de Herodes. Tal vez de esta forma se salven algunos ni?os, salvo que aparezca alguna cl¨ªnica que se emplee en cargarse peque?os de ocho meses que s¨®lo les falta la luz para ser consideradas personas; adem¨¢s el Rey negro ha encabezado la comitiva real.
De esta forma pensamos que hacemos honor a los inmigrantes, sean de color negro o blanco. Al Ni?o Jes¨²s que todav¨ªa, y por las fechas que estamos no es cristo, lo hemos dejado en su sitio. En su cunita; ya llegar¨¢ la Semana Santa y nos recordar¨¢ su particular Guant¨¢namo; lo acept¨® sin que nadie alzara la voz; era lo conveniente. Despu¨¦s de todo, como ya era grande y no dec¨ªa ni pensaba igual, hab¨ªa que matarlo poco a poco; que se notara no sea que, si se mata de golpe, no recibi¨¦ramos el mensaje de que hay que estar con el pensamiento ¨²nico. Visto as¨ª apenas hay misterio. Es claro como el cielo en un amanecer en Almer¨ªa. De todas formas, en esto de los misterios, sean el del nacimiento o el de la Trinidad, por mucho que lo intento no me entero. Es l¨®gico, si se entendieran no ser¨ªan un misterio.
Eso s¨ª, para misterio, salvando las distancias divinas y religiosas, pues no son lo mismo unas que otras, el que me ha llevado a?os entender y sigo sin comprender del todo. Cuento, ya que estamos en Navidad y los sentimientos asoman en el interior con m¨¢s intensidad, que mi padre, al que no recuerdo haber visto en misa salvo cuando muri¨® y le llevamos a la fuerza y sin protestar, todos los meses de octubre nos llevaba a Las Alpujarras. Era su deseo durante todo el a?o. Quer¨ªa que asisti¨¦ramos a la procesi¨®n de la Virgen del Martirio, dec¨ªa. Toda la familia acud¨ªamos a esta procesi¨®n, incluso en cierta ocasi¨®n tuve el orgullo de compartir y llevar sus andas, aunque reconozco que miraba m¨¢s la satisfacci¨®n que mi conducta provocaba en mi padre que a la Virgen, a la que sin duda le dar¨ªa igual quien la llevara a hombros. Durante estos momentos mi padre se quedaba en una cafeter¨ªa cercana, re¨ªa y sus ojos se empapaban de l¨¢grimas. No misa; s¨ª l¨¢grimas. No encajaba. Pues bien, hace unos a?os fui con un amigo, sus hijas y dos de mis hijos a pasar unos d¨ªas a la Alpujarra almeriense. La nieve acompa?aba y decidimos dar una vuelta por Ug¨ªjar; coment¨¦ aquella peque?a historia. Me dijo que, probablemente, aquella cafeter¨ªa pudo haber sido el lugar en el que se proclam¨® la Rep¨²blica en aquel pueblo. Ahora, trascurridos ya m¨¢s de 20 a?os de la muerte de mi padre, que guard¨® en silencio su orgullo y su derrota, creo que puedo comprender sus l¨¢grimas y su sonrisa.
Hoy, como en mi coraz¨®n es ayer y es Navidad, me permito traer su memoria a esta columna. Seguro que muchas otras personas, y durante mucho tiempo, han llevado en su coraz¨®n y en silencio su orgullo y su derrota, aunque sus gestos y sus ense?anzas nos quedan.
Hoy, que es ayer y estamos en Navidad, intuyo que aquellas l¨¢grimas pod¨ªan representar la tristeza de saber que viv¨ªamos y sufr¨ªamos una dictadura. Han pasado muchos a?os desde su muerte. No s¨¦ si sus sentimientos y sus l¨¢grimas representaban en su coraz¨®n lo que hoy sospecho. Si s¨¦ que desde el a?o 1978 no volvi¨®. Nunca sabr¨¦ la verdad de aquellos viajes. Sin embargo, cualquiera que hubieran sido sus razones quedan en mi coraz¨®n sus l¨¢grimas de felicidad. Hoy, cuando es Navidad y escribo, muchos habremos estado llenos de recuerdos de aquellas personas que ya no est¨¢n y de las que nos hemos dejado de querer. Hoy, cuando ya estamos en el A?o Nuevo, nos llenamos de ilusi¨®n y de promesas para este a?o. A todos, tambi¨¦n a los que no tuvieron que ir a ver la Virgen para ser libres. Feliz a?o 2008.
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