La familia, bien
Parece l¨®gico advertir que con los a?os se suben esos escalones que nos conducen a un cierto conservadurismo. A todos nos encaja mejor que sean los hijos los que gocen del derecho a la oposici¨®n y los padres ejerzamos alg¨²n tipo de freno. Les sirve de entrenamiento. Bien, esto est¨¢ muy bien. Es lo que pienso en ese momento en que nosotros (es decir, los padres) estamos despidiendo el a?o y ellos (hijos) est¨¢n deseando despedirse de nosotros, dar los besos de rigor, feliz a?o, feliz a?o, y salir corriendo hacia esa noche larga que acabar¨¢ con los inevitables churros en cada San Gin¨¦s de cada ciudad espa?ola. Adi¨®s, adi¨®s. Nosotros, melancol¨ªa mezclada con alivio. Ellos, alivio y m¨¢s alivio. Ah, y una gran expectaci¨®n. Esto est¨¢ bien, me gusta este reparto de papeles, digo. Nosotros no tenemos ninguna necesidad de sufrir garrafones ni de pasar fr¨ªo, ni por qu¨¦ arrastrarnos hasta las siete de la madrugada para cumplir con el ritual antes de caer como zombis en la cama. ?Las ma?anas de A?o Nuevo existen! ?Vivan la madurez y el aburguesamiento! Estoy entre ese grupo infecto de acomodados dispuestos a defender unos privilegios conseguidos con el esfuerzo, etc¨¦tera. Incluso ya no me siento agredida cuando me llaman se?ora. Pero este pa¨ªs es imposible. Sus habitantes se pasan el d¨ªa reivindicando tonter¨ªas. Yo, que aspiraba a ser conservadora porque a cierta edad me parec¨ªa un grado, de pronto descubro que a la Iglesia cat¨®lica no se le ocurre otra cosa que convocar una manifestaci¨®n en plenas navidades en defensa de la familia, lo cual encuentro redundante, y un total disparate, porque en estas entra?ables fechas las criaturas vivimos tan atrapadas por las obligaciones que exige la tradici¨®n que, para empezar, no tendr¨ªamos tiempo material de manifestarnos y, para concluir, empachados de tanta reuni¨®n familiar lo natural es que s¨®lo nos queden ganas de manifestarnos en contra.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.