Ruiz-Dom¨¨nec traza la agitada saga medieval de los vizcondes de Barcelona
"La aristocracia tiene tres ¨¦pocas sucesivas: la ¨¦poca de la superioridad, la ¨¦poca de los privilegios y la ¨¦poca de las vanidades. Cuando sale de la primera, degenera en la segunda y se consume en la ¨²ltima". Aunque Fran?ois de Chateaubriand incluy¨® esta cita en sus Memorias de ultratumba en el siglo XIX, es aplicable al recorrido vital de una familia de la nobleza catalana de la Edad Media. Guitard, Udalard, Guislabert, Udalard Bernat, Reverter, Berenguer Reverter y Berenguer de la Guardia encabezaron sucesivamente y a lo largo de tres siglos una familia que vivi¨® y sobrevivi¨® a la sombra de los condes de Barcelona. Quan els vescomtes de Barcelona eren. Hist¨°ria, cr¨°nica i documents d'una fam¨ªlia catalana dels segles X, XI y XII (Pag¨¨s Editors, 2007), obra del catedr¨¢tico de Historia Medieval de la UAB Jos¨¦ Enrique Ruiz-Dom¨¨nec, es la saga de unos hombres y mujeres que exhibieron su poder en una Catalu?a que trataba de sobrevivir entre dos mundos: el islam y la cristiandad.
Los cimientos sobre los que descansa la reconstrucci¨®n de las andanzas de esta familia catalana son unos 200 documentos escritos en lat¨ªn, la mayor¨ªa de ellos textos jur¨ªdicos que informan sobre permutas de terrenos, contratos de ventas o impuestos de sucesiones. Un rompecabezas que el autor tard¨® 30 a?os en completar. Pero una recopilaci¨®n documental tan escasa y poco clarificadora deja muchos vac¨ªos por llenar.
"En el trasfondo de los acontecimientos narrados en el documento encontramos las sospechas, un vasto territorio del posible que, a veces, es la ¨²nica manera de conocer las entra?as de un acontecimiento", reconoce el autor en las p¨¢ginas del libro. Esta sentencia es toda una declaraci¨®n de intenciones. Quan els vescomtes de Barcelona eren huye del rigor de la historia cient¨ªfica, que s¨®lo se ocupa de los hechos, las fechas y los datos, y no se pregunta qu¨¦ motivaciones empujaron a aquellos hombres y mujeres a actuar como lo hicieron. "La divulgaci¨®n es el trabajo del historiador del siglo XXI", sostiene el autor.
El resultado es una narraci¨®n amena en la que los protagonistas se presentan provistos de car¨¢cter, sentimientos y debilidades.
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