Testigos de una guerra sin causa
Par¨ªs muestra el horror y la decadencia en la pintura alemana de 1914 a 1933
La I Guerra Mundial inspir¨® pel¨ªculas, novelas y obras de teatro, pero los pintores, como si la competencia de la imagen fotogr¨¢fica se lo impidiese, no quisieron saber nada de ella. Excepto los alemanes. Ahora, y hasta el 4 de febrero, el Museo Maillol de Par¨ªs presenta la exposici¨®n que se interesa por el periodo que va de 1914 a 1933, es decir, del estallido de la guerra hasta la llegada de Hitler al poder. Los artistas alemanes escogidos son Otto Dix, George Grosz y Max Beckmann, aunque tambi¨¦n hay algunas obras de Ludwig Meidner y Walter Gramatt¨¦. En total el museo ha reunido 250 pinturas, dibujos y grabados.
A su manera, cr¨ªtica y forzando el trazo, los artistas alemanes renuevan la tradici¨®n de la "pintura de historia". Pero aqu¨ª no se trata de celebrar gestas heroicas o de mitificar a generales y guerreros, sino de mostrar el horror. Y ridiculizar el discurso belicista, sus t¨®picos patri¨®ticos y raciales. "Ser alem¨¢n supone ser cruel, est¨²pido, feo, gordo e inflexible: un reaccionario de la peor clase", dice Grosz. Y dibuja burgueses con puro, barriga, alcoholizados, l¨²bricos, capaces -parece- de corromperlo todo. Dix pinta "porque necesitaba liberarme de todo esto". "Durante 10 a?os so?¨¦ que estaba obligado a arrastrarme entre casas en ruinas, a trav¨¦s de pasadizos por los que apenas pod¨ªa pasar", a?ade.
La flagelaci¨®n de Cristo
Si Grosz y Dix tienen, respectivamente, 21 y 22 a?os cuando les env¨ªan al frente, Beckmann ya ha cumplido los treinta cuando es movilizado como enfermero: "En las trincheras, en una semioscuridad, he visto a hombres medio desnudos, cubiertos de sangre, a los que pon¨ªan vendajes blancos. El dolor y la grandeza. Una nueva visi¨®n de la flagelaci¨®n de Cristo".
Grosz es el m¨¢s pol¨ªtico de los tres; Dix el que mayor voluntad documental demuestra, y Beckmann quien mejor se inscribe en una tradici¨®n pict¨®rica que tiene, como m¨¢xima expresi¨®n del sacrificio humano. Pero los tres son cronistas de su ¨¦poca, testimonios de una guerra sin causa pero extraordinariamente mort¨ªfera. En el caso alem¨¢n es posible que influya el hecho de que, cuatro meses antes de la derrota, las tropas del mariscal Ludendorff estaban a 60 kil¨®metros de Par¨ªs. En Francia, como en otros pa¨ªses, la victoria reclama olvido, mientras que en Alemania exige revisi¨®n del pasado. En Rusia, la reclamaci¨®n lleg¨® antes y se convirti¨® en la Revoluci¨®n de Octubre. En Alemania naci¨® la fr¨¢gil Weimar.
Los tres fueron mal vistos por los nazis. Grosz y Beckmann optaron por el exilio; Dix pas¨® a engrosar la lista de artistas que practicaban un "arte degenerado".
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