Sof¨ªa, capital europea de la corrupci¨®n
El fracaso de Bulgaria en combatir el crimen organizado pone en riesgo el destino de los fondos de la UE
ENVIADO ESPECIAL
Cuentan en Sof¨ªa que las mafias locales le pidieron dos millones de euros a un empresario espa?ol por una licencia para construir unos campos de golf. Mientras decid¨ªa si aceptaba el chantaje, alguien le recomend¨® que acudiera al alcalde de Sof¨ªa, Boiko Borisov, para que actuara de intermediario. Unos d¨ªas despu¨¦s, el populista gobernante de la capital logr¨® que la licencia se concediera sin necesidad de pagar peaje. Aunque nadie estar¨ªa dispuesto a confirmar la informaci¨®n, nadie duda de la verosimilitud del caso.
Jueces y fiscales se muestran muy predispuestos a dejarse comprar
"Lo indignante es la falta de condenas contra las mafias", dice una periodista
Bombero en su juventud, guardaespaldas de l¨ªderes comunistas en los ¨²ltimos a?os del socialismo y m¨¢s tarde, a principios de esta d¨¦cada, hombre de confianza del ex rey Sime¨®n, durante su etapa como primer ministro, el hoy alcalde de la capital y el pol¨ªtico con m¨¢s posibilidades de ganar las pr¨®ximas elecciones representa un paradigma de los cambios que ha vivido Bulgaria.
En su ¨¦poca de alto cargo del Ministerio del Interior, en 2003, Borisov arremeti¨® contra el estamento judicial y los l¨ªderes del Estado por no apoyarle en sus esfuerzos por acabar con el crimen organizado. "?Que si es honesto Borisov?", se pregunta en voz alta el historiador Dragomir Draganov. "Todos los pol¨ªticos lo son hasta que llegan al poder", responde muy serio.
Experto en las transiciones pol¨ªticas en Europa, Draganov fue diputado en el Parlamento constituyente de Bulgaria tras la ca¨ªda del comunismo y desde esa perspectiva privilegiada traza las razones del mayor c¨¢ncer del pa¨ªs, la corrupci¨®n. "No supimos dise?ar un poder judicial democr¨¢tico en nuestra Constituci¨®n. Como consecuencia de ello la corrupci¨®n del poder judicial figura como el problema m¨¢s grave de Bulgaria. De este modo, jueces y fiscales son demasiado aut¨®nomos y est¨¢n muy predispuestos a dejarse comprar", se?ala.
Las corruptelas est¨¢n a la orden del d¨ªa en Bulgaria, desde la picaresca de los peque?os negocios hasta las grandes operaciones inmobiliarias o de tr¨¢fico de drogas en un Estado que es la frontera de la UE con pa¨ªses del Este. La propia ministra de Asuntos Europeos, Gergana Grancharova, que forma parte de un Gobierno de socialdem¨®cratas y liberales, admite que "Bulgaria no s¨®lo funciona como frontera exterior de la UE, sino que representa tambi¨¦n un cruce de caminos donde se mezclan intereses respaldados por el crimen transfronterizo".
El soci¨®logo Kancho Stoychev, que trabaja en la oficina de Gallup en Sof¨ªa, observa con una sonrisa indulgente que "la corrupci¨®n es un rasgo intr¨ªnseco de las econom¨ªas de mercado y la caracter¨ªstica de Bulgaria quiz¨¢ sea que las ilegalidades se cometen con m¨¢s frecuencia en los niveles inferiores de la Administraci¨®n". Al igual que otros analistas, Stoychev insiste en que las claves de las perversas relaciones entre la econom¨ªa y la pol¨ªtica proceden del r¨¢pido tr¨¢nsito del socialismo al capitalismo.
De un modo u otro, todos parecen resignados a convivir con esa corrupci¨®n, que se muestra con m¨¢s descaro en la conexi¨®n entre los grupos criminales y los elementos corruptos en el mundo de los negocios y la Administraci¨®n, sobre todo a escala municipal. Por todo ello, muchos manifiestan su escepticismo a la hora de un reparto justo y transparente de los fondos europeos, una lluvia de inversiones que se intensificar¨¢ en 2008 y puede suponer el definitivo despegue de una Bulgaria con graves deficiencias en infraestructuras, transportes y servicios sociales.
Dimitri Manolov, vicepresidente de los influyentes sindicatos Podkrepa, que significa apoyo en b¨²lgaro, resume la opini¨®n de la mayor¨ªa de sus compatriotas: "La corrupci¨®n est¨¢ generalizada en el pa¨ªs y abarca todos los ¨¢mbitos. Falta una verdadera iniciativa empresarial porque pesan los a?os del comunismo en los que la gente confiaba en que el Estado solucionar¨ªa los problemas".
El centro de Sof¨ªa, salpicado de casinos y de restaurantes de lujo frente a los que aparcan coches imponentes de los ¨²ltimos modelos, act¨²a como escaparate ilustrativo de una sociedad donde una peque?a minor¨ªa se ha enriquecido en apenas una d¨¦cada y no siempre de un modo leg¨ªtimo.
Un a?o despu¨¦s de su ingreso en la UE da la impresi¨®n de que Bulgaria sigue sin aprobar la asignatura de sanear y democratizar su Administraci¨®n. "Lo que m¨¢s indigna a muchos b¨²lgaros", cuenta la periodista Kadrinka Kadrinova, una de las m¨¢s prestigiosas analistas del pa¨ªs, "es la impunidad con la que act¨²a el crimen organizado o la falta de condenas contra las mafias corruptas. A muchos nos preocupa el destino de los fondos de la UE".
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