Monstruos que hacen re¨ªr
El Circo de los Horrores mezcla sustos y carcajadas a partes iguales
Con cara de p¨¢nico y agazapado entre los brazos de su madre, Miguel, de ocho a?os, duda que la promesa de su padre sea cierta: "Ver¨¢s como te lo pasas muy bien", le dijo. Hasta ahora no se ha cumplido. Miguel est¨¢ sentado a pocos metros de una carpa de circo decorada con telara?as y tumbas, y no puede contener el grito cuando una mujer vestida de novia decadente, con un candelabro en las manos, se le acerca y le asusta.
Estamos en el Circo de los Horrores, situado en el parque de La Bombilla junto a la estaci¨®n de Pr¨ªncipe P¨ªo.
De repente, la cara de Miguel, como la de las 20.000 personas que ya han pasado por all¨ª desde el d¨ªa 5 de diciembre, cambia cuando los dos payasos con rostro de mu?eco diab¨®lico comienzan a ejercer m¨¢s de lo primero que de lo segundo. No dan tanto miedo. Y como buenos payasos, tienen mucha gracia. Las primeras expresiones de terror dan paso a las de sorpresa y asombro como las que siempre ha habido en el mayor espect¨¢culo del mundo.
El espect¨¢culo tiene elementos de teatro, de pel¨ªcula de miedo y de circo cl¨¢sico
A pocos minutos de que empiece la funci¨®n, el director y premio Nacional de Circo del a?o 2003, Jes¨²s Silva, m¨¢s conocido como Suso Clown, recuerda en su caravana el mejor momento vivido en este particular circo: "Sal¨ª a escena vestido de Nosferatu con una cara terror¨ªfica. Me acerqu¨¦ a un ni?o que, tranquilamente, me saludo y me dijo: '?Qu¨¦ pasa colega?".
Suso, de 45 a?os, cuenta la historia mientras se maquilla bajo la atenta mirada de su mujer, Raquel, y de la que ser¨¢ luego la gran estrella de la noche, su hija Sara, que tiene siete a?os.
"Es otro formato de circo, pero con el fondo del cl¨¢sico", contin¨²a, mientras coge de la mesa una oreja puntiaguda que se coloca con cautela. "Hay payasos, trapecistas, domadores, mimos... pero son distintos. No es un espect¨¢culo gore ni sangriento. Tenemos la obligaci¨®n de que el circo vuelva a sorprender, impactar, crear adrenalina, ya que ¨²ltimamente tenemos una buena competencia", a?ade Suso, lanzando su mirada hacia una consola Play Station instalada en su caravana.
Miguel ya no tiene miedo y ahora se lo est¨¢ pasando en grande. Ha dejado de comerse las u?as y engulle unas palomitas mientras el fantasma de la ¨®pera mantiene en sus hombros a una cantante (con voz en directo) desde un alambre a m¨¢s de 20 metros de altura.
La terror¨ªfica est¨¦tica del circo se ha transformado es un espect¨¢culo divertido y sorprendente. Una mezcla entre teatro, pel¨ªcula de miedo, cabar¨¦ y circo cl¨¢sico. La sangrienta ni?a del exorcista se convierte en contorsionista y los enmascarados, en unos motoristas que dan vueltas en una esfera de hierro. Todo presentado por un Nosferatu burl¨®n que ejerce de maestro de ceremonias.
Entre el p¨²blico, muchos ni?os pero tambi¨¦n adolescentes hip-hoperos g¨®ticos que seguro tienen en su reproductor u iPod a Marilyn Manson. Todos salen con una sonrisa en los labios como la de Miguel, que ya sabe que su padre le ha dicho la verdad. "Tenemos que volver otro d¨ªa", le reclama el ni?o ahora. Hasta este domingo 6 de enero todav¨ªa est¨¢n a tiempo.
P¨¢gina web: www.circodeloshorrores.com. Precios: de 9 a 24 euros. Dos sesiones: 19.00 y 22.00.
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