"Schiele cambi¨® mi vida"
Ronald S. Lauder (Nueva York, 1944), fil¨¢ntropo y heredero del imperio cosm¨¦tico de Est¨¦e Lauder, fund¨® en 2001 la Neue Galerie, un museo dedicado al arte alem¨¢n y austriaco de principios del siglo XX que hasta finales de mes alberga una retrospectiva del artista Gustav Klimt. En junio de 2006, Lauder atrajo la atenci¨®n del mundo del arte al pagar 93,4 millones de euros por la compra del Retrato de Adele Bloch-Bauer, obra de Klimt, el mayor precio pagado por una pintura hasta entonces.
En el Nueva York en el que yo crec¨ª, arte significaba cubismo, modernismo, es decir, el modernismo surgido en Par¨ªs. Despu¨¦s vino la Escuela de Nueva York -los expresionistas abstractos- y luego el pop. El tren no ten¨ªa parada en Viena y los expresionistas alemanes eran un murmullo distante. Extra?o en una ciudad que tanto se inspiraba en Freud y, en filosof¨ªa, en Hannah Arendt. S¨®lo en los a?os ochenta, cuando el Guggenheim exhibi¨® la obra de Max Beckmann, Otto Dix y Rudolph Schlicter, Martha Clarke present¨® su espect¨¢culo de danza Vienna Lusthaus y el MOMA mostr¨® una versi¨®n muy condensada de la muestra vienesa Traum Und Wirklichkeit: Wien 1870-1930 entraron los expresionistas alemanes en el radar neoyorquino, es decir, estadounidense.
"Klimt fue escandaloso porque prefer¨ªa la modernidad"
"El museo se inspira en el ideal de la 'obra de arte total' secesionista"
"Quiero dar una idea de lo que fue la vibrante Viena 'fin de si¨¨cle"
Pregunta. ?Eran el coleccionista Serge Sabarsky y usted conscientes desde el principio del impacto que iba a tener la creaci¨®n de la Neue Galerie en Nueva York?
Respuesta. Para m¨ª, abrir la Neue Galerie de Nueva York fue algo que naci¨® de mi amor al arte alem¨¢n y austriaco de principios del siglo XX. Mi primer encuentro con Schiele, a los 13 a?os, cambi¨® mi vida. Emple¨¦ todos los ahorros que ten¨ªa en aquel momento para comprar un dibujo suyo y, desde entonces, he sido coleccionista entusiasta de arte vien¨¦s de principios del XX. Muchos a?os despu¨¦s, mi inter¨¦s por Schiele me permiti¨® conocer a Serge Sabarsky. Serge se convirti¨® en mi amigo y mentor durante m¨¢s de 30 a?os. Nos reun¨ªamos casi todos los domingos en su galer¨ªa para hablar de Schiele, Klimt, Viena, el coleccionismo de arte y la vida.
P. La propia arquitectura interior de la Neue Galerie es una obra de arte.
R. Nosotros no empezamos a pensar seriamente en abrir un museo hasta 1990. Est¨¢bamos de acuerdo en que quer¨ªamos un espacio en el que pudi¨¦ramos exhibir de forma peri¨®dica piezas destacadas de nuestras respectivas colecciones y en el que Serge pudiera organizar exposiciones. Hab¨ªa empezado a organizar exposiciones en museos de Estados Unidos y otros pa¨ªses a principios de los ochenta y se hab¨ªa convertido en una de sus grandes pasiones.Serge y yo ten¨ªamos ciertas ideas sobre lo que pod¨ªa ser este museo, pero descubrir el edificio en el n¨²mero 1.048 de la Quinta Avenida nos ayud¨® a definirnos. La primera vez que Serge y yo lo recorrimos juntos, casi nos mareamos de entusiasmo. Hab¨ªa que hacer bastantes reformas, pero comprendimos que hab¨ªamos encontrado un hogar para nuestro museo. Cuando volvimos a la galer¨ªa de Serge, cogi¨® un cuaderno y empez¨® a hacer bosquejos de dise?os para el interior. Y muchas de sus ideas formaron parte fundamental de los planos finales de la Neue Galerie. En cierto modo, el esp¨ªritu del propio edificio nos sirvi¨® de inspiraci¨®n.
P. La reproducci¨®n del estudio de Klimt en la tercera planta y la fotograf¨ªa del edificio en el que estaba, que se exhibe en la escalera, representan para m¨ª la esencia del museo. La bata azul de Klimt, sus cuadernos sobre la mesa, los escasos objetos que ten¨ªa en estudio, captan el esp¨ªritu del modernismo producido entre 1898 y 1918. ?Cree que la Neue Galerie encarna el esp¨ªritu rebelde de los secesionistas, de los que Klimt fue presidente?
R. Gustav Klimt y los artistas pertenecientes al movimiento de la Secesi¨®n cre¨ªan fervientemente en el ideal de la Gesamtkunstwerke, la "obra de arte total", que para ellos significaba algo m¨¢s que un intento de sintetizar las artes. Cre¨ªan que la propia vida, bien vivida y bien dotada, pod¨ªa ser una obra de arte por derecho propio. Y la Neue Galerie est¨¢ inspirada en este ideal.
P. El dibujo de Klimt de una mujer desnuda en avanzado estado de gestaci¨®n me parece asombroso. Aunque en su ¨¦poca se consider¨® que El beso de Rodin era escandaloso, los dibujos de Klimt eran mucho m¨¢s atrevidos. ?No causaron esc¨¢ndalo en Viena y en Europa?
R. Lo curioso de los dibujos er¨®ticos de Klimt es que, por lo visto, no pretend¨ªa mostrarlos al p¨²blico. Sabemos que vendi¨® algunos a coleccionistas pero, en general, sus dibujos, tanto si eran estudios para cuadros como reflexiones visuales, eran para su uso personal. Sin embargo, tiene raz¨®n: las obras p¨²blicas de Klimt, como los murales que pint¨® en los techos de los edificios de la Universidad de Viena en 1901 y el Friso de Beethoven que pint¨® para la Secesi¨®n en 1902 -y que reproducimos en nuestra muestra de Klimt-, causaron gran controversia en Viena cuando a¨²n viv¨ªa. Sus cuadros tambi¨¦n suscitaban pol¨¦mica cada vez que se exhib¨ªan. No s¨®lo por su sexualidad descarada o, a veces, su tema escandaloso, sino porque rechazaba las tradiciones acad¨¦micas y prefer¨ªa la modernidad y la individualidad.
P. Teniendo en cuenta que Nueva York acogi¨® a tantos intelectuales, escritores, m¨²sicos y artistas europeos que partieron al exilio durante la II Guerra Mundial, ?cree usted que la Neue Galerie, por fin, constituye el puente cultural entre Nueva York y Viena, un puente que hab¨ªa estado roto demasiado tiempo?
R. La Neue Galerie de Nueva York refleja un doble compromiso: la acogida de la ciudad en la que estamos y el inter¨¦s por la cultura en la que est¨¢n basadas nuestras exposiciones y colecciones. Dos de los principales objetivos del museo son: devolver cierta perspectiva a la cultura germ¨¢nica de ese periodo y permitir que tengan acceso a las mejores muestras de esta obra los p¨²blicos estadounidenses y todos los interesados en ella, sea por motivos acad¨¦micos o est¨¦ticos. Lo que m¨¢s deseo es que los visitantes de la Neue Galerie se lleven una peque?a idea de lo que fue la vibrante cultura de la Viena fin de si¨¨cle. Si conseguimos construir ese puente hacia aquella ¨¦poca y aquel lugar, pensar¨¦ que hemos conseguido algo verdaderamente importante.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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