Trabajar en la tercera edad
Las personas que quieran seguir en activo a los 65 ver¨¢n crecer su pensi¨®n
Jubilarse supone para muchos profesionales dilapidar una fuente de conocimiento labrada durante a?os. Con la idea de "no malgastar ese material", Jacobo Atienza, traumat¨®logo de 65 a?os, decidi¨® hace unos meses retrasar un poco m¨¢s el momento de colgar su bata blanca. "Tengo derecho a la pensi¨®n m¨¢xima, que es la mitad de lo que cobro ahora. Pero no lo he hecho por eso", precisa Atienza, que ejerce como jefe de secci¨®n de Traumatolog¨ªa del hospital Gregorio Mara?¨®n de Madrid. Hasta el momento, muy pocos trabajadores optan por seguir en activo m¨¢s all¨¢ de los 65. Desde este mes, quienes se lo est¨¦n pensando tendr¨¢n un incentivo econ¨®mico para hacerlo.
La reforma de la Seguridad Social que ha entrado en vigor en 2008 mejora un 2% la pensi¨®n de quien se jubile pasados los 65 a?os. Ese porcentaje (3% en caso de que el trabajador pueda acreditar m¨¢s de 40 a?os cotizados) se aplica por cada a?o adicional que el empleado decida permanecer en su puesto y se aplica a todos los trabajadores, tanto asalariados como aut¨®nomos. As¨ª, un trabajador que decida retirarse con 66 a?os y que tuviera derecho, por ejemplo, a la pensi¨®n media de jubilaci¨®n (766,52 euros) cobrar¨¢ 15 euros m¨¢s al mes (23 en el caso de haber cotizado m¨¢s de 40 a?os).
El diputado socialista Leguina ha pedido volver al INE a sus 66 a?os
Se pretende acercar la edad media de jubilaci¨®n, 63,5 a?os, a la legal
Las cantidades aumentan progresivamente en funci¨®n de los a?os suplementarios cotizados, sin l¨ªmite de edad. As¨ª, ese mismo pensionista que apenas superaba los 760 euros puede aproximarse a los 850 con cinco a?os m¨¢s de trabajo y a los 900 si ha trabajado m¨¢s de 40 a?os.
Buena parte de las personas que se vean en la disyuntiva de retirarse o continuar su labor ser¨¢n profesionales cualificados, satisfechos y bien remunerados, por lo que en general les corresponder¨¢ la pensi¨®n m¨¢xima el d¨ªa que decidan jubilarse (2.384 euros este a?o). Por eso era importante que la reforma de la Seguridad Social permitiera tambi¨¦n mejorar el tope de esa pensi¨®n en el mismo porcentaje que el resto de los casos.
En muchas ocasiones, los profesionales se resisten a cambiar esos jugosos ingresos por una prestaci¨®n mucho m¨¢s modesta. Es el caso de Joaqu¨ªn Leguina, diputado socialista que este a?o abandona el hemiciclo y que, a sus 66 a?os, ha solicitado volver como dem¨®grafo a su antigua casa, el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE). "Lo que intentar¨¦ hacer es no jubilarme; me jubilar¨¢ la muerte", ironiza. El ex presidente de la Comunidad de Madrid confiesa una mezcla de razones econ¨®micas y de inquietud personal -"sigo necesitando un cierto ritmo de trabajo"- para seguir fichando cada ma?ana. Tampoco cree que acabe sus d¨ªas en el INE. "Pasado un tiempo, ir¨¦ a otra cosa", vaticina.
Sea por motivos econ¨®micos o vocacionales, fomentar por ley una jubilaci¨®n m¨¢s tard¨ªa traslada a la sociedad el mensaje de que el sistema de pensiones necesita m¨¢s recursos para sostenerse en el futuro. La Seguridad Social no ha previsto la incidencia que esta medida pueda tener en las cuentas p¨²blicas, pero s¨ª se ha trazado un objetivo: acercar al m¨¢ximo la edad real de jubilaci¨®n (de media, 63,5 a?os, seg¨²n el Ministerio de Trabajo) a la legal, 65. En la medida en que eso se consiga, se considerar¨¢ un ¨¦xito. Con una poblaci¨®n cada vez m¨¢s longeva que convive con menos nacimientos, urgen las medidas de racionalidad econ¨®mica. La Uni¨®n Europea calcula que Espa?a contar¨¢ con 66 mayores por cada 100 personas en edad de trabajar en 2050.
M¨¢s all¨¢ de los beneficios personales, permanecer en activo una vez alcanzada la tercera edad puede contribuir a aliviar la presi¨®n social instaurada en los ¨²ltimos a?os para que los trabajadores abandonen sus puestos cuando ya no son tan j¨®venes. Grandes empresas, especialmente del sector bancario y antiguos monopolios, han desembolsado cantidades de dinero sonrojantes para librarse de sus empleados a partir de los 52 a?os. Y el coste no s¨®lo lo asumen las compa?¨ªas, sino el Estado, que abona un paro ficticio a esos expulsados del mercado laboral hasta que re¨²nen las condiciones para cobrar pensi¨®n. "La empresa en la que trabajaba, Metro de Madrid, decidi¨® no contar conmigo a partir de 1998; entonces me propuso una salida con un expediente de despido", explica Luis Azanza, de 70 a?os, jubilado a la fuerza desde los 61. Azanza cobra una pensi¨®n mermada por haber accedido a ella antes de tiempo, pero tambi¨¦n la reforma de la Seguridad Social mejora su situaci¨®n, pues suaviza esos coeficientes reductores aplicados a quienes se prejubilaron antes de 2002.
El ex empleado de Metro, con una larga y dispar carrera profesional a las espaldas, se resisti¨® a encerrarse en sus cuatro paredes y ahora forma parte de la ejecutiva de la Uni¨®n de Pensionistas, Jubilados y Prejubilados de UGT. "Es un trabajo voluntario, no cobro por ello", aclara. El secretario general de esta organizaci¨®n, Pablo Navarro, conf¨ªa en que la ley ayude a mitigar "al menos la cuesti¨®n psicol¨®gica" que ha impulsado las prejubilaciones en los ¨²ltimos a?os.
Con esa labor en la Uni¨®n de Pensionistas, Azanza se asemeja mucho m¨¢s al doctor Atienza, ocupado a diario en el hospital, que al jubilado tipo. Aunque la profesi¨®n no tiene por qu¨¦ anular otras facetas generalmente asociadas a la etapa del retiro. "Tengo un nieto de un a?o y pico, al que le dedico las tardes", subraya el traumat¨®logo.
Europa mira hacia los 70
La decisi¨®n ¨²ltima de seguir acudiendo a la oficina pasados los 65 a?os corresponde, de momento, al trabajador. As¨ª es en Espa?a, cuyo sistema de pensiones, muy saneado, le permite por ahora eludir el debate que se est¨¢ abriendo en Europa. Las dificultades para sostener los sistemas p¨²blicos de pensiones han llevado a Alemania, Reino Unido, Portugal e Italia a alargar la edad de jubilaci¨®n. Aunque los cambios se aplicar¨¢n de forma gradual, superar la barrera de los 65 marca un precedente del que es dif¨ªcil desligarse.
Las medidas m¨¢s dr¨¢sticas las ha adoptado el Reino Unido, que ha fijado en 68 a?os la edad de jubilaci¨®n, aunque el alargamiento paulatino no comenzar¨¢ hasta 2024. Una medida similar se aprob¨® en Alemania, que ha optado por los 67 a?os y en Portugal, por los 66.
Tambi¨¦n Italia y Francia se enfrentan a reformas de sus sistemas de pensiones. En el primer caso, se trata de impedir que los trabajadores se puedan retirar a los 57 a?os, mientras Par¨ªs pretende recortar los privilegios de algunos colectivos, como los ferroviarios o los secretarios de notar¨ªas.
S¨®lo tres pa¨ªses de la Uni¨®n Europea se acercaban en 2006 al l¨ªmite legal de la edad de jubilaci¨®n. Irlanda (se retiran con 64,1 a?os de media) y dos pa¨ªses de Europa del Este, Bulgaria y Ruman¨ªa, donde la escasa cuant¨ªa de las prestaciones incentiva agotar hasta el l¨ªmite la vida laboral. En el conjunto de la UE, la edad media de jubilaci¨®n son los 61 a?os.
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