Una tarde con los reyes del cielo
Una paje de Gaspar relata la cabalgata de sus majestades
"?Es el rey de verdad?". El ni?o alza la cabeza y mira a Gaspar, que saluda en lo alto de la carroza brillante del Pez Austral, entre la de Pegaso, de Melchor, y la de Capricornio, de Baltasar. Viajan en constelaciones porque son reyes del cielo, expertos en astronom¨ªa y astrolog¨ªa. "Claro que son de verdad; por eso vamos tan r¨¢pido, para continuar la cabalgata en otros rincones del mundo", le responde la paje. La respuesta parece convencerle. A ambos lados, cientos de miles de padres y ni?os que se desga?itan al paso de la comitiva. Todos detr¨¢s de las vallas, como espectadores de un gran concierto en el que se corea con devoci¨®n al cantante de moda.
Un ni?o a Gaspar: "?Pasa de caramelos y dame el Ferrari que he pedido!"
Melchor aprovech¨® para felicitar a Juan Carlos I que ayer cumpl¨ªa 70 a?os
Peque?os de todas las nacionalidades saludan a los Magos de Oriente
Algunas familias fueron cinco horas antes para pillar un buen sitio
"?Gaspar, Gaspar, aqu¨ª!". Y saludan, gritan, lloran y se emocionan. "?Majestad, no olvides mi tele de plasma!", grita un padre. "Quiero la Wii [una videoconsola], ?me oyes? La Wiiiiiiiiii!", le recuerda a voces un chaval. Y da igual que llovizne, que pegue el fr¨ªo, que haya ca¨ªdo la noche y no quepa un alma m¨¢s tras las barreras llenas de manos abiertas. Es el d¨ªa m¨¢s m¨¢gico del a?o y una comitiva de 800 personas -jinetes, pajes, hadas voladoras, los protagonistas de Pinocho, los del circo, los hombres de bronce...- acompa?an a Sus Majestades en su recorrido de m¨¢s de dos horas por el centro, en el que saludan a ni?os de muchas nacionalidades que han hecho de Madrid su hogar.
"Venga, corre, que vienen los Reyes", comenta un padre al salir del metro. Llega con el tiempo justo. Otros han hecho colas de m¨¢s de cinco horas para pillar asiento o un hueco en las filas delanteras. Muchos cargan con sus propias escaleras para estar lo m¨¢s cerca posible de sus elevadas Majestades.
Todos han vivido un d¨ªa intenso. Y los integrantes de la Cabalgata, tambi¨¦n. "Lo importante de ser paje es pasarlo muy, muy bien", aconseja el jefe de los ayudantes reales -una comitiva de 150 personas vestidas de blanco- justo antes de empezar. Su obligaci¨®n es repartir muchos caramelos, "pero sin tirar a dar". Prohibido llevar m¨®vil durante la traves¨ªa entre Nuevos Ministerios y Cibeles.
El paje jefe los distribuye a ambos lados de las carrozas. En cada una, m¨¢s de 400 kilos de caramelos en sacos de las ocho toneladas repartidas en total. As¨ª que toca ejercitar los brazos y tener cuidado. Un pu?ado de dulces en la mano de un paje dura segundos. "?A m¨ª, que no tengo!", chilla un ni?o que esconde una bolsa repleta. "?Aqu¨ª, guapa, eres la mejor!", vocea un se?or con una c¨¢mara de v¨ªdeo.
Muchos usan el cl¨¢sico paraguas del rev¨¦s para cazar los que lanzan los Reyes desde arriba. Otros los guardan en bolsas, en sacos, en cajas de cart¨®n, en barre?os de pl¨¢stico... Y hay que correr porque la carroza se adelanta. Y hablar con los ni?os que llevan cartas para los Reyes. Como la de Ver¨®nica, que escribe que sac¨® muy buenas notas y pide 20 regalos, entre ellos una Nintendo de color rosa y un ordenador port¨¢til con Internet.
Pero la mayor¨ªa prefiere record¨¢rselo a grito pelao: "?D¨¦jate de caramelos y dame ya el Ferrari que te he pedido!", le exige un ni?o. "?Que bote Gaspar, que bote Gaspar!", gritan desde el otro lado. Y Su Majestad salta a la altura de Col¨®n, cuando se suman a la comitiva tres ¨¢ngeles suspendidos sobre tres globos que simbolizaban el oro, el incienso y la mirra y que vuelan y bailan al son de la m¨²sica.
Cada vez quedan menos caramelos en la carroza plateada a punto de enfilar Cibeles. All¨ª, Melchor garantiza a los ni?os "regalos e ilusiones". Y habla de la esperanza "de que desaparezca la violencia, la pobreza y la injusticia". Felicita a otro rey, Juan Carlos I, por su 70? cumplea?os, y pide el fin del terrorismo con el Aleluya de Haendel de fondo. Despu¨¦s del mensaje, la magia se disuelve, los personajes de la Cabalgata se dispersan. En una calle, el ni?o Massim, que va disfrazado de gato, recoge caramelos del suelo. Tiene los bolsillos llenos. La paje le da tres m¨¢s antes de desaparecer.
MELCHOR: "No es carnaval, es una fiesta cristiana"
Melchor (Fernando Mart¨ªnez Vidal, concejal del PP) asegura que lo mejor de su papel es "celebrar la Epifan¨ªa". Para ¨¦l, la Cabalgata "no es un carnaval, sino la representaci¨®n cristiana del viaje de los Reyes a Bel¨¦n". De sus compa?eros, Gaspar y Baltasar, tiene buena opini¨®n. "Como en toda familia, es m¨¢s lo que une que lo que separa", proclama. Melchor cuenta que preferir¨ªa que la Cabalgata no estuviera compuesta por concejales para no mezclarla con la pol¨ªtica. "Aunque la pol¨ªtica no deja de ser un teatro", bromea.
Para el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, Melchor no trajo "nada". ?Y a La Moncloa? Melchor carcajea, y dice: "Tampoco creo que pasemos".
GASPAR: "Un poco de carb¨®n para Gallard¨®n"
El rey Gaspar (Daniel ?lvarez, concejal de IU) bailaba sobre la carroza real. "Lo mejor es ver disfrutar a los ni?os", dec¨ªa minutos antes de comenzar la Cabalgata. "Mis compa?eros se han portado muy bien", aseguraba sobre Melchor y Baltasar. El rey m¨¢s republicano promet¨ªa traer mucha ilusi¨®n para Madrid en este 2008: "Pondremos muchas ganas y seguiremos luchando por esta ciudad". Tambi¨¦n dio su palabra de honor de que traer¨ªa "una dosis de derechos y de justicia para los madrile?os".
Gaspar iba cargado de regalos para los ni?os madrile?os. Pero tambi¨¦n llevaba algo de carb¨®n para Ruiz-Gallard¨®n y, "aunque un poquito menos, tambi¨¦n para Zapatero".
BALTASAR: "Soy el favorito y me envidian"
"Son un poco envidiosillos porque soy el rey favorito de los ni?os". Baltasar (?scar Iglesias, PSOE) estaba encantado de ver "las sonrisas de los ni?os". De Melchor y Gaspar no ten¨ªa nada malo que decir. "Es normal que a veces se discuta por qu¨¦ camino se lleva a los camellos", bromeaba.
Para 2008, prometi¨® "m¨¢s libertad en las calles, m¨¢s solidaridad y poco carb¨®n, porque contamina".
Baltasar, que se ha dejado barba, asegur¨® que pasar¨ªan por el palacio de la Moncloa "igual que por el resto de hogares madrile?os". Tambi¨¦n por el del alcalde: "Aunque el regalo que ¨¦l quiere [ir en las listas del PP al Congreso] no se lo podemos traer".
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