Desnaturalizado Valencia
El cuadro de Koeman, que s¨®lo ha ganado uno de siete partidos, impotente ante el Levante
Salvo cuatro energ¨²menos que zarandearon el coche en el que se iban Koeman y sus ayudantes, Mestalla se lo ha tomado civilizadamente. Protesta al final del partido y de manera elegante: con el flamear de pa?uelos. El equipo cae en picado y la hinchada practica un ejercicio de contenci¨®n. Sabe que su equipo paga los excesos de un presidente que ha cambiado de plan al menos una vez a la semana desde hace tres a?os. Estas son las consecuencias. Tan identificable en los ¨²ltimos siete a?os, el Valencia se ha desnaturalizado. Koeman ha removido los cimientos de su antecesor, Quique Flores, para empeorarlo todo progresivamente. Y Mestalla, qu¨¦ remedio, ni incendia ni participa de los t¨®picos que se le atribuyen: se resigna a la mediocridad.
VALENCIA 0 - LEVANTE 0
Valencia: Hildebrand; Arizmendi, Marchena, Helguera, Moretti; Joaqu¨ªn, Sunny (Edu, m. 46), Baraja, Silva, Vicente (Zigic, m. 65); y Villa (Mata, 77). No utilizados: Mora, Albiol, Lomb¨¢n y Montoro.
Levante: Kujovic; Descarga, Serrano, ?lvaro, Rubiales; Juanma (Ettien, m. 61), Tommasi, Berson, Pedro Le¨®n (Miguel ?ngel, m. 61), Courtois (Sa¨²l, m. 80); y Geijo. No utilizados: Tejera, Cirillo, Iborra y Pepe Pla.
?rbitro: Rodr¨ªguez Santiago. Expuls¨® aZigic (m. 85) con roja directa por una entrada con los pies por delante a Serrano. Amonest¨® a Berson, Baraja, Juanma y Tommasi.
Unos 25.000 aficionados en Mestalla. Unos 500 de ellos se manifestaron en contra del presidente valencianista, Juan Soler, antes del partido.
Aqu¨¦l, el de Quique, fue un conjunto industrial y efectivo, con pegada y car¨¢cter para ganar partidos inmerecidos. ?ste es un combinado soso: no juega ni bien ni mal, y ha perdido toda la capacidad de intimidaci¨®n. Su inocencia qued¨® retratada en la expulsi¨®n de Zigic tras una entrada brutal e in¨²til a Serrano. Se qued¨® con 10 el cuadro local a pesar de que el Levante hab¨ªa cometido un sinf¨ªn de faltas. Koeman s¨®lo ha ganado uno de los siete partidos que ha dirigido en la Liga. Y el Valencia no asusta ni al peor de la categor¨ªa, que ayer consigui¨® algo parecido a una haza?a en sus actuales circunstancias: mostrarse compacto y unido ante las adversidades, y fastidiar gustosamente a su eterno y poderoso rival. As¨ª lo celebraron los futbolistas granota, saludando al p¨²blico que los hab¨ªa acompa?ado desde la esquina m¨¢s alta del estadio.
Koeman se ha equivocado mucho a corto plazo. Por ejemplo en la suplencia ayer de Zigic. Tras batir un r¨¦cord sin marcar de 50 a?os, el preparador holand¨¦s se hab¨ªa topado con un goleador inesperado que le salv¨® los muebles en tres partidos seguidos, los dos de Copa y el de Zaragoza en Liga. Pues bien, ni as¨ª confi¨® ayer Koeman en el gigante serbio. Los momentos de los goleadores est¨¢n para aprovecharlos y ¨¦ste sin duda era el de Zigic, el ¨²nico con la mente optimista para marcar.
La realidad es muy cruda para Koeman. Mientras Kujovic, el meta serbio que supl¨ªa al huido Storari, apenas fue exigido, Hildebrand tuvo dos paradas decisivas. En la primera desvi¨® un cabezazo de ?lvaro. Y en la segunda, neutraliz¨® con el pie izquierdo un disparo de Geijo, que hab¨ªa dejado tirado a Helguera con un precioso reverso.
Es decir, el Valencia es vulnerable en las dos ¨¢reas. Defiende mal y llega agotado y deprimido al marco rival. Y cuando Koeman por fin opt¨® por Zigic y sacrific¨® a Vicente, ¨¦ste le neg¨® al marcharse la mano al entrenador, que no tiene precisamente un don para ganarse a los jugadores.
Al final, De Biasi les transmiti¨® un mensaje positivo a sus chicos con los cambios. Koeman, no. Agotada su munici¨®n, el Valencia fue y¨¦ndose por el sumidero de la monoton¨ªa. Y la grada, pa?olada en alto, se retir¨® con la cerviz agachada y un cabreo cargado de resignaci¨®n.
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