Secuelas de la obesidad infantil
Ni?os y ni?as con sobrepeso pueden tener con 40 a?os patolog¨ªas de 60
Los ni?os y adolescentes que hoy tienen sobrepeso o son obesos se convertir¨¢n en adultos que con tan s¨®lo 35 o 40 a?os pueden llegar a sufrir los riesgos y complicaciones cardiovasculares propios de una persona de 60 a?os o mayor. La alerta la acaban de lanzar dos estudios publicados en la revista The New England Journal of Medicine y el pron¨®stico no es nada bueno. Seg¨²n indican, las actuales tasas de obesidad infantil y juvenil tendr¨¢n graves consecuencias tanto en el ¨¢mbito social como de salud p¨²blica, y la ¨²nica receta para atenuarlas es la prevenci¨®n.
"El impacto real de la epidemia de la obesidad infantil todav¨ªa tardar¨¢ a?os en llegar", alerta el doctor David Ludwig, profesor de Pediatr¨ªa de la Universidad de Harvard (Estados Unidos) en una entrevista que acompa?a la publicaci¨®n de los estudios. Seg¨²n Ludwig, todav¨ªa estamos en la primera fase de la epidemia, que comenz¨® en la d¨¦cada de 1970, cuando empezaron a crecer las tasas de ni?os obesos y con sobrepeso. Hoy, en EE UU, uno de cada tres ni?os y adolescentes entra en esta clasificaci¨®n, pero est¨¢n m¨¢s o menos sanos y pueden hacer una vida normal. En Espa?a, la obesidad infantil ha pasado del 5% al 16% en s¨®lo 15 a?os, a lo que hay que a?adir un creciente porcentaje de ni?os con sobrepeso.
Estamos, pues, seg¨²n los investigadores, ante un problema latente que ir¨¢ mostrando su peor cara a medida que estos j¨®venes se hagan mayores. Ahora estamos entrando en la segunda fase de la epidemia, asegura Ludwig, ya que muchos de estos j¨®venes est¨¢n desarrollando complicaciones relacionadas con el exceso de peso nada t¨ªpicas de su edad como la diabetes de tipo 2 (tradicionalmente conocida como la del adulto) y el h¨ªgado graso. Este ¨²ltimo ejemplo es muy significativo, ya que antes de 1980 esta dolencia no aparec¨ªa en la bibliograf¨ªa pedi¨¢trica. Ahora, en EE UU la padece uno de cada tres ni?os obesos.
Pero seg¨²n estos estudios, ser¨¢ dentro de unos a?os cuando el problema se muestre en toda su magnitud. "Una cosa es que una persona tenga sobrepeso a los 45 a?os, desarrolle diabetes a los 55 y sufra un ataque o un fallo renal a los 65, y otra muy diferente es iniciar ese mismo proceso a los 10 a?os de edad", se?ala Ludwig, que tambi¨¦n dirige el Programa Optimal Weight for Life (Peso ¨®ptimo para toda la vida) en el Children's Hospital de Boston. "Nos encontramos ante la posibilidad de que el ataque al coraz¨®n se convierta en una enfermedad pedi¨¢trica", alerta.
Uno de los estudios, dirigido por Kirsten Bibbins-Domingo, epidemi¨®loga de la Universidad de California, en San Francisco, prev¨¦ que, dadas las actuales tasas de obesidad en adolescentes en EE UU, en el a?o 2035 habr¨¢ un 16% m¨¢s de ataques en el coraz¨®n y un 19% m¨¢s de muertes debidas al exceso de peso. Bas¨¢ndose en el n¨²mero de adolescentes con sobrepeso que hab¨ªa en 2000, los investigadores calculan que cuando estos j¨®venes cumplan 35 a?os, el 37% de los hombres y el 44% de las mujeres ser¨¢n obesos. Como consecuencia, los riesgos y dolencias cardiovasculares que ahora son t¨ªpicas de la poblaci¨®n mayor de 60 a?os pueden convertirse en algo normal a los 40 a?os.
"Estas cifras deber¨ªan ser una llamada de alerta", se?ala Bibbins-Domingo. "Lo que nos espera son m¨¢s hospitalizaciones, m¨¢s intervenciones quir¨²rgicas, m¨¢s bajas por invalidez, medicaci¨®n cr¨®nica y muerte prematura en personas en edad laboral que no deber¨ªan tener todas estas complicaciones", asegura.
Para intentar frenar o dar marcha atr¨¢s a estas sombr¨ªas previsiones, Bibbins-Domingo asegura que la prevenci¨®n es la ¨²nica soluci¨®n. "Es mucho m¨¢s f¨¢cil prevenir la obesidad que intentar dar marcha atr¨¢s a sus efectos. Debemos tener en cuenta que los h¨¢bitos alimentarios empiezan a una edad muy temprana. Debemos alentar a comer sano y a hacer m¨¢s ejercicio. ?stos son los dos puntos clave", a?ade. Y para los que ya tengan sobrepeso, aconseja cambiar la dieta, hacer m¨¢s deporte y acudir al m¨¦dico.
De confirmarse las proyecciones del estudio, admite Bibbins-Domingo, la situaci¨®n ser¨ªa alarmante pues dar¨ªa al traste con los avances de las ¨²ltimas d¨¦cadas que han reducido las enfermedades cardiovasculares en adultos. "Tenemos mejores medicamentos y hemos conseguido que mucha gente deje de fumar y controle su colesterol y tensi¨®n arterial, pero los j¨®venes se han quedado a la zaga", a?ade.
Los autores del estudio se preguntan si se podr¨ªa frenar el previsible aumento de las enfermedades cardiovasculares tratando la hipertensi¨®n y el colesterol alto, pero observan que no es posible por culpa de la diabetes. Los obesos tienen mucho riesgo de desarrollar diabetes y ¨¦sta es a la vez un factor de riesgo importante de enfermedad cardiovascular. "Desgraciadamente, a¨²n es muy dif¨ªcil reducir el riesgo de que una persona obesa desarrolle diabetes", lamenta.
Otro estudi¨® dan¨¦s publicado en el mismo n¨²mero de la revista relaciona el ¨ªndice de masa corporal de los ni?os con su futuro riesgo cardiovascular. A mayor ¨ªndice, m¨¢s posibilidades de que padezcan una enfermedad cardiovascular a partir de los 25 a?os. Esta asociaci¨®n fue m¨¢s fuerte en los ni?os que en las ni?as.
Por si estos datos no fueran suficientes, el doctor Ludwig apunta que lo m¨¢s alarmante de toda la situaci¨®n es que la misma obesidad de la generaci¨®n de j¨®venes actuales puede acelerar las tasas de sobrepeso en la siguiente mediante un fen¨®meno llamado programaci¨®n perinatal. "Un feto que se est¨¢ desarrollando en un ¨²tero de una madre obesa y diab¨¦tica est¨¢ expuesto a concentraciones anormales de az¨²car en la sangre y de hormonas, lo que puede crear cambios irreversibles en el metabolismo del beb¨¦ y aumentar el riesgo de que sea obeso", explica.
Fuente: The New England Journal of Medicine
Dieta de carbohidratos lentos
La dieta que recomienda el Children's Hospital de Boston para que ni?os y adolescentes pierdan peso se basa en alimentos de baja carga gluc¨¦mica, tambi¨¦n conocida como de carbohidratos lentos, y limita los carbohidratos que se digieren r¨¢pidamente y provocan aumentos de los niveles de az¨²car en la sangre. En este ¨²ltimo grupo de alimentos que provocan incrementos r¨¢pidos de la glucemia figuran el pan blanco, la patata, el arroz blanco y, en definitiva, los productos hechos con cereales refinados. Por ello, el doctor David Ludwig recomienda comer alimentos hechos con granos integrales, verduras, frutas y legumbres, y no limita la ingesta de grasas siempre y cuando ¨¦stas sean saludables, como es el caso del aceite de oliva, los frutos secos y el aguacate.
Para frenar las consecuencias de la obesidad infantil, sin embargo, hace falta que se produzcan otros cambios, adem¨¢s de los alimentarios. Ludwig se lamenta de que actualmente no exista en Estados Unidos una estrategia clara para hacer frente a la obesidad infantil. En su opini¨®n, lo que se deber¨ªa hacer es regular mejor los anuncios de comida r¨¢pida dirigidos al p¨²blico joven, mejorar la financiaci¨®n de las escuelas para que ¨¦stas puedan ofrecer m¨¢s horas de gimnasia y redefinir el programa de subsidios a los granjeros para evitar que productos como el jarabe de fructosa derivado del ma¨ªz (el ubicuo corn syrup en Estados Unidos) sean todav¨ªa m¨¢s baratos. La mayor¨ªa de las bebidas azucaradas y los productos procesados contienen este jarabe de fructosa, que sustituye al az¨²car, ya que producirlo resulta mucho m¨¢s barato. Se ha demostrado que es malo para la salud.
Complicaciones
- Psicosociales: baja autoestima, ansiedad, depresi¨®n, trastornos alimentarios, aislamiento.
- Psicosociales: seudotumor cerebral.
- Endocrinas: resistencia a la insulina, diabetes de tipo 2, pubertad precoz, ovarios polic¨ªsticos (ni?as), hipogonadismo (ni?os).
- Cardiovasculares: dislipidemia, hipertensi¨®n, coagulopat¨ªa, inflamaci¨®n cr¨®nica, disfunci¨®n endotelial.
- Pulmonares: apnea del sue?o, asma, intolerancia al ejercicio.
- Gastr0intestinales: reflujo gastroesof¨¢gico, esteatohepatitis, c¨¢lculo biliar, estre?imiento.
- Renales: glomerulosclerosis.
- Musculoesquel¨¦ticas: desplazamiento de la ep¨ªfisis femoral capital, fractura del antebrazo, pies planos.
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