Libertades personales y laicismo
La actitud de algunos obispos cat¨®licos (Garc¨ªa-Gasco, Ca?izares y Rouco) nos debe hacer reaccionar. La manifestaci¨®n del domingo 30 de diciembre fue una demostraci¨®n clara de los obispos integristas de querer imponer a todos los ciudadanos su moral religiosa. El apoyo a la familia era una excusa para mostrar sus armas pol¨ªticas al Gobierno del Estado. All¨ª se dieron cita el Opus Dei, los Legionarios de Cristo, los Kiko's y todo el batall¨®n de integristas, representados en Catalu?a, entre otros, por los E-cristians de Mir¨® i Ard¨¨vol. Sus consignas son un atentado contra los derechos humanos y contra la libertad individual de las personas. Ante estas actitudes s¨®lo cabe ser beligerante; independientemente de las convicciones religiosas de cada uno, debemos dar una respuesta democr¨¢tica al pensamiento fascista de algunos miembros de la jerarqu¨ªa cat¨®lica.
Para ser un pa¨ªs democr¨¢tico hay que conseguir una verdadera separaci¨®n entre Iglesia y Estado
Propongo que todos los partidos que se presentan a las pr¨®ximas elecciones generales planteen p¨²blicamente que quieren la separaci¨®n efectiva entre Iglesia y Estado y anuncien que convertir¨¢n el Estado espa?ol en aconfesional y que el laicismo impregnar¨¢ todas las actuaciones de las administraciones p¨²blicas. De igual forma que los representantes pol¨ªticos deben explicar a la sociedad qu¨¦ modelo econ¨®mico, social, ecol¨®gico o de organizaci¨®n territorial proponen, tambi¨¦n es necesario que expliquen cu¨¢l ser¨¢ el modelo de relaciones con las religiones. El laicismo no significa ir en contra de las religiones ni en contra de la pr¨¢ctica de ¨¦stas, sino circunscribir la religiosidad al ¨¢mbito personal. Los gobiernos deben regirse por los derechos humanos y no por alguna moral religiosa.
La primera actuaci¨®n que debe hacer el nuevo Gobierno emergente de las urnas el pr¨®ximo 9 de marzo debe ser la de revisar los acuerdos del Estado con el Vaticano de 1976 y 1979, claramente preconstitucionales y que significan un trato de favor y privilegios para la Iglesia cat¨®lica que ofende toda conciencia democr¨¢tica. A partir de aqu¨ª, hacer efectiva la separaci¨®n Estado-Iglesia con una ley de libertad de pensamiento, de conciencia y de religi¨®n (que sustituya la ley org¨¢nica de 1980) que deje claras las relaciones del Estado con todas las religiones. Todos los actos de las administraciones p¨²blicas, tambi¨¦n de la Monarqu¨ªa y del ej¨¦rcito deben ser verdaderamente aconfesionales.
La financiaci¨®n actual de la Iglesia cat¨®lica es un atentado contra la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley: est¨¢ exenta del impuesto sobre la renta, del de sociedades, del IVA, del impuesto sobre transmisiones y donaciones, del IBI. Es necesario eliminar la casilla "Iglesia cat¨®lica" de la declaraci¨®n del IRPF y el subsidio de 3.626 millones de euros que recibe del Estado, pagados por creyentes y no creyentes. Al ser entidades privadas, lo m¨¢s coherente ser¨ªa que las mantuvieran sus seguidores y fieles con aportaciones voluntarias y fueran tratadas como las otras entidades.
Al mismo tiempo, se deber¨ªa suprimir la ense?anza de la religi¨®n en la escuela financiada con dinero p¨²blico y poco a poco reducir la aportaci¨®n del Estado a la escuela privada concertada. La educaci¨®n religiosa o moral de cualquier tipo se puede impartir en horas extraescolares, nunca obligatorias ni premiadas y nunca financiadas con dinero p¨²blico. ?ste debe utilizarse para construir escuelas p¨²blicas laicas y aconfesionales. La educaci¨®n debe estar destinada a crear ciudadanos libres, iguales y cr¨ªticos.
Catalu?a y Espa?a han empezado a superar los fantasmas pol¨ªticos del pasado con la creaci¨®n del Memorial Democr¨¢tico y la Ley de la Memoria Hist¨®rica. Ahora queda, para ser un pa¨ªs radicalmente democr¨¢tico, conseguir una verdadera separaci¨®n entre Iglesia y Estado y construir un Estado laico.
es secretario general de Interior, Relaciones Institucionales y Participaci¨®n de la Generalitat.
Joan Boada i Masoliver
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