En¨¦simo asalto en el combate de los monstruos
'Alien vs. Predator' revive un subg¨¦nero que nace en el horror y lleva a la risa
7.43 en el apartamento de Alien y Predator. Alien se frota la espalda sobre el plato de ducha. Por la puerta hace su aparici¨®n Predator, con sus rastas grimosas, toalla al hombro y con el pecho al aire. Tira de la cadena del inodoro y el ruido de la cisterna altera a su compa?ero de apartamento, que se retuerce enfurecido bajo el agua.
La escena pertenece a uno de los spots del videojuego Alien vs. Predator. Extinction, lanzado en 2003 por EA Games para Xbox y PlayStation 2 y recuperado esta semana en el blog espa?ol www.focoblog.com con motivo del estreno de Alien vs. Predator 2: Requiem. Su lema era Bring battle home (Ll¨¦vate la batalla a casa) y su tono irreverente ilustraba una idea com¨²nmente asociada al subg¨¦nero del monster mash ¡ªo los c¨®cteles de monstruos¡ª: la reuni¨®n en un mismo plano de dos iconos del horror suele ser un s¨ªntoma inequ¨ªvoco de decadencia, la se?al irrefutable de que el miedo da paso a la risa.
Los universos de ficci¨®n de Alien y Predator se encontraron por primera vez en las vi?etas de una historieta de Randy Stradley, Chris Warner y Phill Norwood publicada por Dark Horse Comics en 1989. Al a?o siguiente, la pel¨ªcula Predator 2, de Stephen Hopkins, introducir¨ªa un ya c¨¦lebre gui?o visual para iniciados: una cabeza de Alien en la sala de trofeos de Predator. La idea del crossover cuaj¨® entre la afici¨®n y no tardaron en aparecer video-juegos (a partir de 1993) y novelas (a partir de 1994), aunque el soporte m¨¢s dado al exceso fue el c¨®mic: en un m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa, se lleg¨® a incorporar a la fiesta al mism¨ªsimo Terminator y, por si eso no fuera suficiente, la D. C. Comics y Dark Horse se aliaron para enfrentar a Batman y Superman con Alien y Predator... ?en Los Andes! El fruto m¨¢s tard¨ªo de este festival de la confusi¨®n fue, precisamente, el cine: en 2004 se estren¨® Alien vs. Predator, de Paul W. S. Anderson, una pel¨ªcula cuya mediocridad parece casi cl¨¢sica al lado de la torpeza abismal de la reci¨¦n estrenada Alien vs. Predator 2: Requiem, dirigida por los hermanos (y t¨¦cnicos de f/x) Greg y Colin Strause.
Estas recientes pel¨ªculas, poco m¨¢s que carnaza auto-combustible para engrasar una franquicia m¨¢s creativa en el mundo de las consolas o de las vi?etas, son el eco m¨¢s reciente de una tradici¨®n que viene de lejos: en 1943, la Universal enfrent¨® a dos de sus mitos cl¨¢sicos en Frankenstein y el Hombre Lobo y el ¨¦xito de su estrategia le llev¨® a rizar el rizo en las posteriores La z¨ªngara y los monstruos (1944) y La mansi¨®n de Dr¨¢cula (1945). Tres a?os m¨¢s tarde, Abbott y Costello contra los fantasmas se atrever¨ªa a mezclar sin prejuicios los c¨®digos de la comedia y el terror, inspirando a futuros cineastas como Tarantino.
En 1962, el m¨²sico Bobby Pickett alcanz¨® el ¨²nico ¨¦xito de su carrera con el tema precisamente llamado Monster Mash, con homenaje a Boris Karloff incluido. Ese mismo a?o, el japon¨¦s Inoshiro Honda, con King Kong contra Godzilla, abr¨ªa la veda para las combinaciones m¨¢s insensatas. Entretanto, el cine mexicano saqueaba iconos con mayor prudencia que el turco, donde luchadores charros, superh¨¦roes norteamericanos, h¨¦roes de fumetti y Fu-Manch¨² se citaban en las calles de Estambul. Jes¨²s Franco aplic¨® un ba?o de psicodelia al concepto en Dr¨¢cula contra Frankenstein (1971) y La maldici¨®n de Frankenstein (1972). A la larga, Hollywood acabar¨ªa apropi¨¢ndose de un m¨¦todo tan de serie B para construir superproducciones tan excesivas como Van Helsing.
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