M¨¢gicas luminarias

Las hogueras iluminan la fr¨ªa noche, y caballos y jinetes atraviesan sus llamas, componiendo una imagen ancestral y m¨¢gica. Es el 16 de enero, v¨ªspera de San Ant¨®n, y los integrantes de su cofrad¨ªa, en San Bartolom¨¦ de Pinares (?vila), protagonizan la Fiesta de las Luminarias.

El toque de campanas da la se?al que aguarda un centenar de cabalgaduras, muchas de ellas engalanadas. Tienen por delante el fuego prendido en ramos verdes, retamas y jaras, que los jinetes van a cruzar montados solos sobre el caballo, a veces de dos en dos, en ocasiones, sujetas las bridas por alguien que les acompa?a a pie...; pero siempre en medio de la emoci¨®n de caballeros y espectadores. Y con la omnipresente protecci¨®n de su patrono, que explicar¨ªa el desarrollo apacible del arriesgado ritual.

Caballos que atraviesan las llamas y ritmos de tamboril. El 16 de enero, la g¨¦lida noche abulense se ilumina con fuego y emoci¨®n. El olor de retamas y jaras quemadas impregna San Bartolom¨¦ de Pinares.

La cofrad¨ªa de San Ant¨®n elige cada a?o un mayordomo, o mayordoma, que encabeza la celebraci¨®n en compa?¨ªa de dos jurados. El mayordomo porta la insignia del santo, presidiendo una comitiva que, en medio de la m¨²sica de tamboril y gaita, se dirige a la casa parroquial, donde el sacerdote imparte la bendici¨®n a todos los integrantes de la fiesta, empezando por los caballos; no en vano los animales dom¨¦sticos est¨¢n bajo la protecci¨®n de san Antonio Abad.

Tras ello aguardan una veintena de hogueras encendidas por los vecinos, diseminadas por calles y plazas de San Bartolo, como popularmente se conoce a esta localidad serrana, a 1.042 metros de altitud; las pe?as de Gredos vigilan en medio de la oscuridad. Adem¨¢s de las llamas y la m¨²sica, adem¨¢s del calor y la emoci¨®n, adem¨¢s del crujir de la le?a seca (que se coloca arriba) y del abundante humo que surge de las ramas humedecidas, est¨¢ el inconfundible olor que impregna la fiesta. Despu¨¦s, sobre los rescoldos, se asan chuletas, chorizos, panceta..., saboreados entre tragos de vino. Todos los sentidos alerta, gozosos, en medio de la g¨¦lida noche de enero.

Al d¨ªa siguiente, el mayordomo y los jurados, a caballo, recorren el pueblo para dar a besar a los devotos un varal de plata con la imagen del santo mientras ¨¦stos entregan un donativo. Tambi¨¦n hay hogueras, pero hechas s¨®lo con ramas verdes, para que produzcan un humo que sin duda es purificador.