Herencia y futuro
Walt Rostow, el te¨®rico del despegue econ¨®mico, lo defini¨® hace muchos a?os como "la revoluci¨®n de las expectativas crecientes": el ser humano aspira a una vida mejor, no est¨¢ dispuesto a resignarse y exige a sus gobiernos que le ofrezcan una combinaci¨®n de prosperidad, bienestar e igualdad, o que cedan su sitio a quienes lo logren. Por ello es tan significativa la econom¨ªa en unas elecciones.
Pocas veces las previsiones sobre el futuro econ¨®mico han estado tan abiertas como ahora: desde los que pronostican una reducci¨®n en el crecimiento de unas pocas d¨¦cimas hasta quienes ven en el horizonte una recesi¨®n. Tambi¨¦n es distinta, en muchos casos, la situaci¨®n real de la econom¨ªa de la percepci¨®n que los ciudadanos tienen de la misma. La coyuntura, hasta ahora, se caracteriza por una desaceleraci¨®n despu¨¦s de muchos trimestres seguidos creciendo en el entorno del 4%, un ligero aumento del paro (compatible con la creaci¨®n de puestos de trabajo) y un incremento de la inflaci¨®n, inesperado por su potencia. La percepci¨®n se distancia de la realidad por una conjunci¨®n de circunstancias como ser afectado directo del empeoramiento (por ejemplo, tener una hipoteca con tipos de inter¨¦s crecientes), la ideolog¨ªa (el modo en que se interpretan las condiciones econ¨®micas) o el martilleo de los generadores de opini¨®n en una direcci¨®n (hay algunos que se relamen ante la posibilidad de una crisis econ¨®mica de la que acusar al Gobierno).
El largo ciclo de crecimiento de Espa?a comenz¨® en 1994, con el PSOE gobernando. No seamos adanistas
Lo cierto es que la oposici¨®n ha echado mano del catastrofismo (Zaplana habl¨® de recesi¨®n y Arias Ca?ete ha dicho que ser¨ªa preciso un decreto "brutal" para enderezar la coyuntura) y a algunos miembros del Gobierno les cuesta demasiado reconocer que ha cambiado la fase del ciclo hacia una desaceleraci¨®n.
En este entorno vuelve el mito de la "herencia recibida" y de lo hecho por cada uno. Recordemos: el actual ciclo de largo crecimiento econ¨®mico que tanto ha beneficiado a nuestro pa¨ªs se inici¨® en el a?o 1994, gobernando los socialistas y siendo Solbes su ministro de Econom¨ªa, lo mejor¨® Rodrigo Rato durante las dos legislaturas en que gobern¨® el PP, y lo ha superado de nuevo Solbes en los ¨²ltimos cuatro a?os. Si uno acude a la publicaci¨®n can¨®nica del PP sobre su etapa de Gobierno (Los indicadores del cambio. Espa?a, 1996-2004), editada por FAES, y analiza los principales (renta per c¨¢pita, productividad, renta disponible, riqueza total, cuentas p¨²blicas, Seguridad Social, paro, empleo, inversi¨®n en I+D+i, pensiones, salario m¨ªnimo, etc¨¦tera), se demuestra que la situaci¨®n es hoy mejor, o mucho mejor, que hace cuatro a?os. La excepci¨®n es la inflaci¨®n (aunque hubo meses, durante esos ocho a?os, que fue igual o superior a la que ahora tenemos), pero, para ser rigurosos, habr¨¢ que convenir que, en una buena parte, la subida de precios es importada: petr¨®leo y alimentos.
No pretendamos vender gato por liebre. O por conejo.
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