Unos papeles en r¨ªos revueltos
ENCE inicia la construcci¨®n de la f¨¢brica de celulosa en un nuevo emplazamiento de Uruguay
Las tierras de Punta Pereira, en el suroeste de Uruguay, comenzar¨¢n a moverse la pr¨®xima semana, a partir del d¨ªa 14. Las remover¨¢n las gr¨²as del Grupo Empresarial ENCE, que ha mudado all¨ª, sobre las costas del R¨ªo de la Plata, el proyecto de planta de pasta de celulosa que iba a instalar en un principio sobre el r¨ªo Uruguay, frente a Argentina, que se opon¨ªa a ese emprendimiento por motivos medioambientales. Comienza a concretarse as¨ª una inversi¨®n de 1.250 millones de d¨®lares (850 millones de euros) que ha abierto hace m¨¢s de cuatro a?os un conflicto diplom¨¢tico entre Argentina y Uruguay, a¨²n persistente.
No a la contaminaci¨®n
Las obras requerir¨¢n el trabajo de 5.000 obreros y t¨¦cnicos y, una vez finalizadas, en 2010, la planta emplear¨¢ a 500 personas
La historia comenz¨® en 2002, cuando ENCE present¨® al Gobierno de Uruguay, entonces presidido por el liberal Jorge Batlle, su proyecto de inversi¨®n de 600 millones de d¨®lares para producir 500 toneladas de pasta celul¨®sica por a?o en Fray Bentos (300 kil¨®metros al noroeste de Montevideo), ciudad separada por el r¨ªo Uruguay de la argentina Gualeguaych¨². Pese a que Argentina cuenta con 10 f¨¢bricas de celulosa, entre los habitantes de Gualeguaych¨², balneario sede del carnaval m¨¢s famoso de este pa¨ªs, empezaron a esparcirse los relatos sobre la contaminaci¨®n que produjo ENCE en Pontevedra.
En septiembre de 2003, millares de gualeguaychuenses cortaron por primera vez el puente que los une con Fray Brentos, uno de los tres que entrelazan Argentina y Uruguay. Desde hace m¨¢s de un a?o, ese puente permanece cortado en forma ininterrumpida para la circulaci¨®n de veh¨ªculos.
Pese a aquella primera protesta de los vecinos de Gualeguaych¨² -los piqueteros, como se los califica en Uruguay-, Batlle autoriz¨® de inmediato la instalaci¨®n de ENCE, y semanas despu¨¦s el Gobierno argentino, que entonces presid¨ªa N¨¦stor Kirchner, protest¨® por escrito ante el uruguayo porque alegaba que la concesi¨®n del permiso violaba el Estatuto del R¨ªo Uruguay, que establece la necesidad de acordar entre ambos pa¨ªses sus usos, actividades y conservaci¨®n.
Durante el a?o, el socialdem¨®crata Tabar¨¦ V¨¢zquez, con apoyo de Kirchner, asumi¨® la presidencia de Uruguay, pero al poco tiempo autoriz¨® la instalaci¨®n de otra planta de celulosa en Fray Bentos, la de la finlandesa Botnia, con una inversi¨®n de 1.200 millones de d¨®lares para producir un mill¨®n de toneladas anuales. En el verano austral de 2006 se recrudecieron los cortes de puentes por parte de manifestantes argentinos para impedir que sus compatriotas pasen sus vacaciones en Uruguay, que vio as¨ª afectada una de sus principales fuentes de divisas, el turismo.
En marzo de 2006, Kirchner y V¨¢zquez pactaron que se suspendiesen las obras de construcci¨®n de ENCE y Botnia, pero la empresa finlandesa no hizo caso. Dos meses despu¨¦s, Argentina demand¨® a Uruguay ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya por la presunta violaci¨®n del Estatuto del R¨ªo Uruguay. Montevideo respondi¨® querell¨¢ndose contra Buenos Aires ante el Tribunal de Mercosur porque argumentaba que Argentina permit¨ªa cortes de puentes que imped¨ªan la libre circulaci¨®n de mercanc¨ªas en esa uni¨®n aduanera.
Durante el pasado mes de noviembre, Kirchner le pidi¨® al rey Juan Carlos que mediase ante V¨¢zquez, y entonces comenz¨® la intervenci¨®n del embajador de Espa?a ante las Naciones Unidas, Juan Antonio Y¨¢?ez-Barnuevo. Al mes siguiente, el presidente de ENCE, Juan Luis Arregui, se reuni¨® con el presidente Kirchner y anunci¨® en la Casa Rosada (sede del Gobierno argentino) que desist¨ªa de su proyecto de Fray Bentos y lo mudar¨ªa a las costas del R¨ªo de la Plata, 40 kil¨®metros enfrente de la margen argentina. El Gobierno de Kirchner elogi¨® esa decisi¨®n. La mediaci¨®n del Rey no pudo, en cambio, poner de acuerdo a Argentina y Uruguay sobre la f¨¢brica de Botnia, que termin¨® comenzando a operar en noviembre ¨²ltimo.
ENCE perdi¨® hasta 240 millones de d¨®lares de inversi¨®n en Fray Bentos -seg¨²n fuentes de la empresa-, pero no se amilan¨®. Decidi¨® instalar en Punta Pereira, pr¨®xima a la ciudad de Colonia del Sacramento y a 220 kil¨®metros al oeste de Montevideo, una planta que producir¨ªa el doble que la pensada originalmente (un mill¨®n de toneladas), con una inversi¨®n que tambi¨¦n duplicar¨ªa a la del proyecto inicial. Las obras requerir¨¢n el trabajo de 5.000 obreros y t¨¦cnicos y, una vez finalizadas, en 2010, la planta emplear¨¢ a 500 personas.
Exportaciones a la vista
ENCE, que ya cuenta en Uruguay con 150.000 hect¨¢reas plantadas con eucaliptos, exportar¨¢ toda la producci¨®n de su futura f¨¢brica, lo que generar¨¢ una facturaci¨®n de alrededor de 415 millones de d¨®lares anuales. El consejero delegado de ENCE, Pedro Oyarz¨¢bal, no ha dudado en calificar instalaci¨®n de su empresa en Uruguay como "el proyecto m¨¢s importante de inversi¨®n espa?ola en el mundo".
A fines del a?o pasado, el Gobierno de V¨¢zquez autoriz¨® a ENCE a comenzar a remover las tierras donde se construir¨¢ la planta. El subsecretario uruguayo de Medio Ambiente, Jaime Igorra, dijo que a mediados de este mes se iniciar¨¢n esas tareas, pero la f¨¢brica s¨®lo se podr¨¢ levantar a partir de marzo, cuando est¨¦ aprobado el estudio de impacto ambiental.
En Uruguay tambi¨¦n existen grupos ecologistas y agr¨ªcolas que se oponen tajantemente a la instalaci¨®n de la factor¨ªa de ENCE por la posible contaminaci¨®n, dada la experiencia de Pontevedra, y por el avance del capital extranjero en la compra de tierras para forestaci¨®n de eucaliptos.
En Argentina, los manifestantes de Gualeguaych¨² se solidarizan con ellos, y el nuevo Gobierno de Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner asegura que est¨¢ "reflexionando" sobre la nueva ubicaci¨®n de ENCE y promete que "seguir¨¢ los procedimientos que correspondan" de acuerdo con la Comisi¨®n Administradora del R¨ªo de la Plata, que integran Argentina y Uruguay para cuestiones inherentes a este mar de agua dulce, seg¨²n se?alaron fuentes del Ministerio de Relaciones Exteriores argentino.
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