Mueve tus neuronas, rejuvenecer¨¢s
Ejercitar el cerebro retrasa su deterioro - La sabidur¨ªa es mezcla de reservas cognitivas y cualidades gen¨¦ticas
El siglo XXI ser¨¢ el siglo de la vejez. A mediados del a?o 2050 los espa?oles mayores de 65 a?os representar¨¢n el 35% de la poblaci¨®n, seg¨²n las previsiones del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE). La medicina ha logrado que ganemos en cantidad de vida. El gran reto es la calidad.
Las personas sanas con reserva tienen mayor volumen cerebral
La reserva cognitiva facilita recursos para afrontar el alzh¨¦imer
Se pierde memoria a corto plazo y velocidad de procesamiento
Se gana capacidad para el lenguaje y para reconocer patrones
La reserva reduce el riesgo de padecer alguna demencia en un 38%
Es importante mantener el cerebro activo durante la vejez
Con la edad, igual que otros ¨®rganos, el cerebro sufre cambios que merman su agilidad, hasta el punto de que uno de cada 10 ancianos acaba desarrollando alg¨²n tipo de enfermedad neurodegenerativa, alzh¨¦imer u otras demencias. Sin embargo, tambi¨¦n es cierto que muchos mayores vapulean a los j¨®venes jugando al ajedrez, recuerdan de forma prodigiosa historias de juventud y dictan sentencia con sabios consejos ante dilemas que nadie sabe c¨®mo resolver. ?Qu¨¦ hace que algunos ancianos escapen a ese deterioro que parece inevitable y otros no? ?Existe alguna manera de esquivar la p¨¦rdida de capacidades cognitivas?
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Barcelona y del hospital Cl¨ªnic de Barcelona tiene la respuesta: la educaci¨®n continua desde la m¨¢s tierna infancia permite llegar a la vejez con reservas mentales que permiten que el cerebro funcione bien, pese al deterioro f¨ªsico. Es decir, que las personas que durante toda su vida llenan su despensa mental, en realidad est¨¢n entrenando su cerebro para que en la vejez pueda funcionar bien, aunque tenga menos recursos fisiol¨®gicos.
Juan S. tiene 76 a?os. Devora libros, una media de dos por semana y, adem¨¢s, cada d¨ªa lee dos peri¨®dicos. Aunque dej¨® de estudiar a los 16 a?os para ponerse a trabajar en la droguer¨ªa de su padre, siempre ha le¨ªdo mucho. Tambi¨¦n le ha gustado aprender idiomas, sabe ingl¨¦s y franc¨¦s, y los ha practicado siempre que ha tenido ocasi¨®n, incluso con los clientes de su droguer¨ªa. Cuando los investigadores de la Universidad de Barcelona y del hospital Cl¨ªnic le invitaron a participar en su investigaci¨®n, no sab¨ªa que su reserva cognitiva es muy elevada. Adem¨¢s de ¨¦l, en este estudio, publicado en la revista Neurobiology of Aging, han participado otras 44 personas mayores de 65 a?os divididas en tres grupos: 12 personas sanas, otras 12 diagnosticadas con una afectaci¨®n cognitiva leve y 16, con enfermedad de Alzheimer en un estadio poco avanzado.
Para empezar, los investigadores calcularon la reserva cognitiva de cada uno de los participantes utilizando diferentes par¨¢metros: los a?os de escolarizaci¨®n, el tipo de trabajo desarrollado, su implicaci¨®n en actividades sociales, aficiones y otras actividades. A continuaci¨®n, se introdujeron en su cerebro aplic¨¢ndoles una resonancia magn¨¦tica funcional mientras se les mostraba una serie de 50 fotograf¨ªas que deb¨ªan memorizar para, despu¨¦s, identificarlas mezcladas con otras 50 que nunca hab¨ªan visto.
En el grupo de individuos sanos, lo primero que observaron es que "las personas con una mayor reserva cognitiva, a pesar de su avanzada edad, ten¨ªan menos atrofia cerebral, es decir, que ten¨ªan un mayor volumen cerebral, lo que se podr¨ªa asociar con una menor p¨¦rdida de conexiones sin¨¢pticas entre neuronas", explica David Bartr¨¦s-Faz, del Grupo de Investigaci¨®n en Neuropsicolog¨ªa de la Universitat de Barcelona y coordinador del estudio.
La segunda observaci¨®n es que durante la labor de memorizaci¨®n, en el cerebro de las personas sanas con mayor reserva cognitiva "hay una menor activaci¨®n de los circuitos del cerebro, evidenciado por un menor consumo de ox¨ªgeno, lo que significa que para hacer lo mismo necesitan menos recursos neuronales y, por tanto, son m¨¢s eficaces", explica el investigador. Esto se traduce en que si en el cerebro con reservas empieza a aparecer un da?o puede continuar haciendo lo mismo porque para funcionar necesita consumir menos recursos.
Los otros dos grupos de pacientes que han participado en la investigaci¨®n presentaban un deterioro cognitivo leve o ten¨ªan alzh¨¦imer. Todos estaban en el mismo estadio de la enfermedad, pero al observar su cerebro los investigadores pudieron comprobar que las personas con una mayor reserva cognitiva presentaban mayor actividad neuronal, aunque en realidad ten¨ªan un mayor grado de atrofia cerebral que las que ten¨ªan menores reservas.
Aunque parezca contradictorio respecto a los resultados obtenidos con los individuos sanos, no lo es. El cerebro con mayores reservas se activa m¨¢s porque est¨¢ entrenado para aprovechar redes alternativas cuando las habituales dejan de funcionar. "Esto significa que aunque las manifestaciones cl¨ªnicas, las visibles, son las mismas y a nivel conductual rinden igual, en realidad las personas con mayor reserva est¨¢n peor a nivel fisiol¨®gico, pero las reservas han compensado el deterioro", explica Jos¨¦ Luis Molinuevo, jefe de la Unidad de Alzheimer y otros trastornos cognitivos del hospital Cl¨ªnic de Barcelona. Aunque su cerebro est¨¦ m¨¢s da?ado, "la cantidad y la calidad de las conexiones cerebrales forjadas a lo largo de la vida hacen que sea m¨¢s eficaz", a?ade Bartr¨¦s-Fez.
Cuando la enfermedad de Alzheimer se manifiesta en personas con una alta reserva cognitiva, significa que el deterioro f¨ªsico de su cerebro est¨¢ ya bastante avanzado. "La reserva cerebral no impide la aparici¨®n de la enfermedad, pero hace que el cerebro tenga recursos para aguantarla y que los s¨ªntomas se manifiesten m¨¢s tarde. Cuando emerge, significa que el da?o es muy grande y el individuo ha exprimido ya todos sus recursos", explica Molinuevo. Si la reserva es tan importante, puede ocurrir incluso que la persona sufra la enfermedad, pero muera sin haber llegado a sufrir ning¨²n s¨ªntoma.
La teor¨ªa sobre la reserva cognitiva desvela que lo importante no es el n¨²mero de neuronas, sino las conexiones que se establecen entre ellas, que se fortalecen con el uso y la estimulaci¨®n cognitiva adecuada durante toda la vida. Cada vez hay m¨¢s evidencias de que la capacidad cerebral no se encuentra tan s¨®lo localizada en lugares concretos del cerebro, sino que est¨¢ en red, y de que las personas con una mayor actividad intelectual desarrollan m¨¢s redes durante toda la vida. Cuando son mayores, estas redes les ayudan a compensar las p¨¦rdidas.
"El sistema nervioso funciona como un todo, y si fallan algunas ¨¢reas, si se ha trabajado el cerebro, se pueden ver compensadas por otras. Incluso empieza a haber evidencias de que si se da?a una funci¨®n de un hemisferio, puede adoptarla el otro", explica Javier Meana, catedr¨¢tico de Farmacolog¨ªa y responsable del Banco de Cerebros de la Universidad del Pa¨ªs Vasco. Adem¨¢s, se cree que el mismo ejercicio que permite crear estas conexiones, tambi¨¦n hace que la persona mayor, sana y activa, "hipot¨¦ticamente tenga una capacidad pl¨¢stica mayor que le permitir¨ªa crear redes alternativas", afirma Molinuevo. Esta plasticidad es la que, posiblemente, conforme se van da?ando zonas del cerebro, permite crear nuevas redes alternativas para cubrir las mismas funciones.
Otro reconocido estudio sobre las reservas cognitivas es el que la Universidad de Kentucky lleva a cabo desde los a?os ochenta con el seguimiento de 678 monjas de la Escuela de las Hermanas de Notre Dame, en Estados Unidos. Fue el primero en correlacionar que a mayor educaci¨®n menor da?o cerebral. Tambi¨¦n aporta datos sobre c¨®mo el da?o vascular merma las reservas cerebrales, lo que demuestra que para tener reservas tambi¨¦n hay que cuidar la salud. "Las monjas con manifestaciones cl¨ªnicas de la enfermedad tambi¨¦n ten¨ªan lesiones vasculares de la sustancia blanca, en las peque?as arterias que penetran dentro del cerebro, lo que hace pensar que las personas con lesiones vasculares pueden aprovechar menos las redes cerebrales que tenemos todos", explica Rafael Blesa, jefe del Servicio de Neurolog¨ªa del hospital de Sant Pau en Barcelona.
Otro estudio realizado en el 2001 por Nikolaos Scarmeas, de la Universidad de Columbia muestra que las personas con una intensa actividad intelectual y social tienen un riesgo un 38% menor de desarrollar alg¨²n tipo de demencia.
Las reservas mentales con las que se llega a la vejez no son s¨®lo producto de la historia individual, sino tambi¨¦n de la gen¨¦tica. Seguramente, los sabios que han pasado a la historia son una mezcla de la gen¨¦tica y del cultivo de reservas. "El azar sorprende a los que est¨¢n preparados para recibirlo", afirma Meana.
El cerebro de Einstein a los 26 a?os es el de un genio que formul¨® uno de los descubrimientos m¨¢s representativos del siglo XXI, la teor¨ªa especial de la relatividad. El cerebro de Einstein a los 60 a?os es el de un sabio que aconsej¨® al presidente Roosevelt en cuestiones de guerra, paz y energ¨ªa nuclear. As¨ª lo expone el neur¨®logo Elkhonon Goldberg, catedr¨¢tico de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York, que al alcanzar su sexta d¨¦cada de edad, por eso de ver el vaso medio lleno o medio vac¨ªo, decidi¨® explorar la literatura cient¨ªfica para ver si la tercera edad le hab¨ªa preparado a su cerebro alguna ganancia y no s¨®lo p¨¦rdidas. El resultado es un libro, La paradoja de la sabidur¨ªa, recientemente editado en espa?ol por Drakontos.
El cerebro de Einstein era excepcional, pero a una escala m¨¢s modesta, a un nivel m¨¢s mundano, tambi¨¦n existen peque?os sabios. Ancianos que gozan de salud, que han cuidado su cerebro durante toda su vida y que lo contin¨²an cuidando. "Es cierto que se merman habilidades como la memoria y que se pierde velocidad de procesamiento, lo que significa que no se pueden hacer varias tareas a la vez, pero el envejecimiento no es una p¨¦rdida mental", afirma Merc¨¦ Boada, responsable de la Unidad de Alzheimer del hospital de la Vall d'Hebr¨®n.
En los ancianos, el m¨¢s claro deterioro cognitivo est¨¢ en la memoria y otras funciones ligadas como el aprendizaje y las funciones ejecutivas relacionadas con la acci¨®n y la planificaci¨®n. Se pierde velocidad de procesamiento y capacidad para concentrarse en varias cosas a la vez. "Por eso muchas personas mayores tienen dificultades para conducir y, al mismo tiempo, utilizar el GPS", explica Boada.
Sin embargo, hay otras capacidades menos afectadas, "como el lenguaje, que la gente mayor cultivada utiliza incluso con mayor eficiencia que los j¨®venes gracias al conocimiento acumulado", a?ade Boada.
?C¨®mo se cultiva la reserva cognitiva? Con una actividad intelectual intensa durante toda la vida que haga trabajar el cerebro igual que en el gimnasio se ejercitan otros m¨²sculos del cuerpo. No se cultiva s¨®lo con carreras universitarias. "Centramos lo que es reserva intelectual en lo que hemos aprendido a nivel acad¨¦mico, y no es eso. El envejecimiento lo que nos permite es ser sabios, pero esa sabidur¨ªa puede ser la de un campesino, la de un alba?il o la de un catedr¨¢tico que haya cultivado el cerebro", afirma Boada. En definitiva, se trata de alimentar la curiosidad y desafiar el intelecto.
Aunque se tengan reservas, tambi¨¦n es importante mantener el cerebro activo durante la vejez con diferentes actividades intelectuales, como la lectura o el juego, relaciones sociales, como tertulias, y con ejercicio f¨ªsico que contribuya a oxigenar las neuronas y mejore las funciones ejecutivas. Las personas mayores que se jubilan y deciden hacer una carrera pueden obtener rendimientos tan buenos como una persona joven, aunque "las universidades de la tercera edad requieren otra metodolog¨ªa, un ritmo m¨¢s lento, m¨¢s enfocado, m¨¢s corto, aunque m¨¢s elaborado y m¨¢s rico", afirma la investigadora.
Tambi¨¦n la memoria tiene p¨¦rdidas y ganancias, sobre todo si existen reservas. Con la vejez, las zonas del cerebro implicadas en la memoria a corto plazo son las m¨¢s afectadas, "sin embargo, la informaci¨®n enraizada que se guarda, la memoria expl¨ªcita, resultado del aprendizaje, sigue activa", explica Ignacio Morgado, catedr¨¢tico de Psicobiolog¨ªa de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona. "Por econom¨ªa, el cerebro mantiene los recuerdos que biol¨®gicamente son m¨¢s rentables, ya que est¨¢ entrenado para saber biol¨®gicamente qu¨¦ situaciones le son m¨¢s rentables", explica Meana.
El reconocimiento de patrones acumulados es lo que permite a los ancianos reconocer situaciones y aplicar su sabidur¨ªa. "Ante una novedad, el cerebro joven atender¨¢, observar¨¢ y se lanzar¨¢ a manipular r¨¢pidamente", explica Boada. "El cerebro anciano ser¨¢ m¨¢s lento y conservador, es como si observase a distancia, midiese el entorno, lo relacionase con su conocimiento y entonces decidiese si actuar o no y c¨®mo", concluye.
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