Creado un coraz¨®n bioartificial con c¨¦lulas madre
El logro es un primer paso hacia los bancos de ¨®rganos sin donantes
C¨®mo se desarrolla un ser vivo, ya sea un rat¨®n de laboratorio o una persona, a partir de una sola c¨¦lula es uno de los grandes misterios de la biolog¨ªa. A pesar de los avances de la gen¨®mica y de la investigaci¨®n con c¨¦lulas madres, los bi¨®logos est¨¢n muy lejos de entenderlo. Ni siquiera saben c¨®mo hacer un solo ¨®rgano. Las c¨¦lulas madre pueden ayudar a regenerar un tejido, pero fabricar en el laboratorio un ¨®rgano completo, pongamos un coraz¨®n, es hoy por hoy ciencia-ficci¨®n. Si al menos se tuviera un molde, un andamiaje para que las c¨¦lulas madre prendieran y por s¨ª solas se pusieran manos a la obra de crear un m¨²sculo cardiaco que empezara a latir y a bombear...
?sta es la ingeniosa idea que han puesto en pr¨¢ctica con ¨¦xito cient¨ªficos de la Universidad de Minnesota en EE UU y que ayer anunciaron en la edici¨®n digital de revista Nature Medicine. El logro ha sido un primer coraz¨®n bioartificial de rat¨®n desarrollado a partir del esqueleto fibroso de un coraz¨®n de cad¨¢ver de rat¨®n al que se le inyectaron c¨¦lulas madre cardiacas. Y significa un paso adelante hacia los futuros bancos de ¨®rganos bioartificiales para trasplante.
"El objetivo ser¨ªa poder desarrollar vasos sangu¨ªneos u ¨®rganos completos, listos para trasplante, que se generar¨ªan a partir de las c¨¦lulas del propio paciente", explica Doris Taylor, autora principal del trabajo y directora del Centro de Reparaci¨®n Cardiaca de la Universidad de Minnesota. Hoy, los trasplantes de coraz¨®n de donate s¨®lo alcanzan para el 5% de los pacientes que los necesitan. En Espa?a, la mitad de los enfermos seleccionados para trasplante cardiaco mueren mientras lo esperan.
El logro del grupo de Minnesota es todav¨ªa experimental y muy inicial, pero "demuestra que la terapia celular es una apuesta firme", destaca Francisco Fern¨¢ndez-Avil¨¦s, jefe de servicio de Cardiolog¨ªa del hospital Gregorio Mara?¨®n de Madrid, que ya conoc¨ªa los trabajos de Taylor. Ahora hay que perfeccionar el modelo en animales m¨¢s pr¨®ximos (cerdos) antes de probarlo en humanos. Lo primero podr¨ªa demorarse de tres a cinco a?os, y lo segundo, una d¨¦cada y media, aventura Fern¨¢ndez-Avil¨¦s, que es coordinador nacional de la Red Tem¨¢tica de Investigaci¨®n Cooperativa en Enfermedades Cardiovasculares.
"Lo importante de este trabajo es que representa un salto conceptual, que permite seguir una l¨ªnea de trabajo y ver el final del t¨²nel, aunque sea lejano", destaca Fern¨¢ndez-Avil¨¦s, que se reunir¨¢ ma?ana con Taylor en Nueva York.
La clave del avance ha sido lo que han llamado "descelularizaci¨®n de ¨®rgano completo", un procedimiento que consiste en eliminar todas las c¨¦lulas del coraz¨®n del animal muerto dejando intacta la matriz extracelular. Tras obtener corazones descelularizados de rat¨®n, los investigadores les inyectaron c¨¦lulas madre obtenidas de los corazones de ratas reci¨¦n nacidas.
El desarrollo de los acontecimientos fue espectacular: a los cuatro d¨ªas, el esqueleto fibroso sembrado de c¨¦lulas madre empez¨® a contraerse. "Al ver las primeras contracciones nos quedamos sin palabras", recuerda uno de los investigadores, Harald C. Ott, que trabaja en el hospital General de Massachusetts en Boston (EE UU). A los ocho d¨ªas, el coraz¨®n empez¨® a bombear y pod¨ªa considerarse un esbozo de ¨®rgano bioartificial.
El grupo de Doris Taylor es uno de los seis equipos que han confirmado que el coraz¨®n puede regenerarse, un hito logrado por el investigador italiano afincado en EE UU Piero Anversa en 2001. Esto contradec¨ªa el dogma cient¨ªfico vigente y result¨® pol¨¦mico. Taylor no s¨®lo ha confirmado que el coraz¨®n tiene c¨¦lulas madre cardiacas residentes, capaces de dividirse y producir tejido muscular, vascular o de conducci¨®n, sino que ha sido capaz de aislarlas, de cultivarlas en el laboratorio y de regenerar con ellas todo un ¨®rgano funcional. Este modelo conceptual y experimental tambi¨¦n podr¨ªa ser v¨¢lido con otros ¨®rganos.
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