"S¨®lo alguien ruin puede embarcar a los hombres con este tiempo"
Indignaci¨®n en Ribeira por que el barco saliese a faenar en medio de la borrasca
Francisco Monteagudo se pasea por el puerto de Ribeira sin quitarse el auricular de la radio del o¨ªdo. Escondidos debajo de un gorro verde, sus ojos no dejan de mirar el mar: "Es que cuando est¨¢ bravo, est¨¢ muy bravo. Ese es el problema".
Este marinero de 45 a?os ten¨ªa que salir a trabajar a las cinco de la madrugada de ayer, pero se qued¨® en tierra por el temporal. Se enter¨® del naufragio del Cordero y no quiso volver a casa. Conoc¨ªa a tres de los tripulantes gallegos del barco. Y a los indonesios tambi¨¦n. "Les hab¨ªa visto porque hace m¨¢s de un a?o que trabajan aqu¨ª", cuenta. Uno de los ribeirenses desaparecidos, Pepi, estaba a punto de jubilarse. "Ten¨ªa 58 a?os y ya estaba harto del mar". Francisco habla de ¨¦l en pasado. "No tengo esperanzas de que lo encuentren vivo", dice resignado. Lo mismo piensa Quico Argibay, un redero que hab¨ªa trabajado para el Cordero. No le extra?a lo ocurrido: "Son cosas que pueden pasar y los hombres de mar ya son conscientes de ello", explica.
"No tengo esperanzas de que a Pepi lo encuentren vivo", dice Francisco
"El Gobierno y la Xunta trabajan codo a codo en el rescate", afirma la ministra
En los bares cercanos al puerto se comenta el suceso, pero los marineros callan cuando se les pregunta. El propietario de uno de los locales conoce al armador del barco. "S¨®lo alguien ruin hace salir a la mar a sus trabajadores con este tiempo", afirma indignado. En el mismo bar una mujer explica convencida que ayer hab¨ªa otros barcos navegando y que el naufragio pudo deberse a "una mala maniobra".
Por la tarde, los bares y el puerto est¨¢n casi desiertos. En la puerta de la cofrad¨ªa, un cartel avisa de que se suspenden los actos oficiales previstos, y un cresp¨®n resiste el fuerte viento en la Casa del Mar. Mientras tanto, los familiares y amigos de los marineros desaparecidos son atendidos por psic¨®logos en la Escuela N¨¢utica Pesquera.
All¨ª, la conselleira de Pesca, Carmen Gallego, y la ministra de Agricultura y Pesca, Elena Espinosa, transmitieron su p¨¦same a la familia de Francisco Alvoreda, el marinero muerto en el naufragio, y lanzaron un mensaje de ¨¢nimo a los familiares de los desaparecidos. Espinosa afirm¨® que la Xunta y el Gobierno est¨¢n trabajando "codo con codo" en el rescate. Las tareas de salvamento mar¨ªtimo se reanudar¨¢n cuando mejoren las condiciones meteorol¨®gicas ya que, sentenci¨® la ministra, "no se puede arriesgar ni una vida m¨¢s".
Aunque el barco ten¨ªa base en Ribeira, el patr¨®n Marcos Ures, es de Ponteceso. Sus padres se trasladaron a A Coru?a para verle en el hospital. "No les dio tiempo a nada m¨¢s que poner los chalecos y saltar al mar", confirm¨® su madre, Alicia Garc¨ªa. Su hijo, antes de ingresar en la UCI, calcul¨® que estuvo nadando, contra viento y olas gigantes, durante unas cuatro horas antes de ser rescatado. "Algunos se ataron entre ellos con una cuerda", aseguraba la mujer, muy inquieta, pese a los pron¨®sticos m¨¦dicos que le aseguran que su hijo est¨¢ fuera de peligro. "Tiene los pulmones encharcados". Marcos Ures tardar¨¢ una semana, seg¨²n el hospital, en recuperarse. Sus dos compa?eros, que s¨®lo est¨¢n en observaci¨®n, podr¨¢n ser dados de alta antes de 48 horas. El que mejor est¨¢, sin lesi¨®n alguna, es el indonesio Hendra Hermawan, casi moribundo cuando lo rescat¨® el Plaia de Esteiro.
Hendra Hermawan vive en A Coru?a desde hace seis meses compartiendo piso con otros dos compatriotas, tambi¨¦n enrolados en barcos. Uno de sus compa?eros acaba de ser contratado por el armador del Cordero pero no embarc¨® el lunes por la noche, porque el arrastrero, que suele dedicarse al jurel en caladeros de la cornisa cant¨¢brica, no regres¨® a tiempo a puerto tras faenar frente a la costa de A Coru?a, seg¨²n confirm¨® el armador. Cuando se hundi¨®, regresaba por la alerta de temporal
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