Tiempos peligrosos para las mujeres
La denuncia por pr¨¢cticas de aborto ilegal nos devuelve a tiempos oscuros en los que el Estado se met¨ªa en tu casa y escrutaba tus pensamientos, tus inclinaciones sexuales y afectivas y obligaba a las mujeres, bajo sanci¨®n penal, a una maternidad no querida.
Tras estos a?os de avances democr¨¢ticos, la gravedad de esta persecuci¨®n penal pone a la luz dos cuestiones preocupantes: por un lado la beligerancia de la Iglesia en el tema del aborto y la obsolescencia de la ley del aborto de 1985. Y tambi¨¦n, la tibia respuesta de los sectores progresistas y el feminismo.
En primer lugar, la situaci¨®n personal de las 25 mujeres citadas constituye por s¨ª misma un hecho de la m¨¢xima gravedad, adem¨¢s de poner de manifiesto que la amenaza se cierne sobre todas las mujeres que han acudido o que puedan acudir en un futuro a estas cl¨ªnicas.
Lo primero y m¨¢s urgente es mostrar nuestro apoyo y solidaridad con las afectadas. Y reclamar a los partidos progresistas y a este Gobierno una soluci¨®n a este conflicto y no posponerlo a futuros debates. Una apuesta inequ¨ªvoca por la dignidad y la igualdad de las mujeres exige que la regulaci¨®n del aborto opte por el sistema de plazos, pues asegura un ¨¢mbito a la libre e ¨ªntima decisi¨®n de la mujer, al resguardo de intromisiones de los poderes del Estado.
La ley del aborto de 1985 resultaba ya timorata para las reivindicaciones del feminismo del momento; esta regulaci¨®n no s¨®lo es inadecuada e insuficiente, sino que deja abierta una v¨ªa para que sectores integristas religiosos (o maridos, compa?eros desairados) puedan mantener en jaque a las mujeres
El sistema de indicaciones seguido sit¨²a a las mujeres en una posici¨®n de falta de autonom¨ªa y de clara inferioridad, no compatible con el principio de dignidad, pues la decisi¨®n sobre su maternidad queda totalmente fuera de su ¨¢mbito exclusivo de decisi¨®n. Este mecanismo de reconocimiento de la superioridad moral de los otros, y por tanto de la aceptaci¨®n del mal comportamiento, guarda muchas similitudes con los procesos de caza de brujas que no corresponde con una sociedad de hombres y mujeres libres.
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