Laboratorio contra el crimen

S¨ª, existen esas gafas de pl¨¢stico color rosa o azafr¨¢n que parecen convertir en fluorescentes las manchas m¨¢s sutiles. Y la m¨¢quina con tubos de ensayo que gira vertiginosamente. El inspector y doctor en Biolog¨ªa Luis Hombreiro esboza una sonrisa de rutina ante las reiteradas menciones a las series televisivas que popularizaron hasta la m¨¦dula los m¨¦todos de investigaci¨®n forense. "Las t¨¦cnicas y procedimientos de CSI son reales. Lo que pasa es aqu¨ª los an¨¢lisis se hacen en tandas y no individualmente, y procesos que tardar¨ªan ocho o diez d¨ªas ellos los resuelven en un par de horas para ajustar los episodios".

Hombreiro, mucho m¨¢s locuaz que sus colegas cat¨®dicos e igual de apasionado por sus herramientas de trabajo, es el responsable del laboratorio territorial de Biolog¨ªa y ADN de Galicia, que ayer se inaugur¨® en el centro policial de Lonzas, en A Coru?a. Permitir¨¢ realizar aqu¨ª los an¨¢lisis que hasta ahora engrosaban la lista de espera -una media de dos meses- en el laboratorio de Madrid.

El nuevo centro agilizar¨¢ las pruebas para atrapar a los delincuentes

Los investigadores recibir¨¢n muestras de Asturias, Cantabria y Castilla

Hace exactamente 20 a?os, en Inglaterra fue detenido y condenado el primer delincuente, un agresor sexual, gracias al an¨¢lisis de ADN. En Espa?a, record¨® ayer en el acto inaugural el director general de la Polic¨ªa y de la Guardia Civil, Joan Mesquida, se dieron los primeros pasos a principios de los a?os 90. En 2005, las fuerzas de seguridad lograron identificar por el ADN a 360 personas. El a?o pasado, fueron 1.058 los autores de delitos graves detenidos gracias a este m¨¦todo.

La ley que permitir¨¢ la creaci¨®n de una base de datos de perfiles gen¨¦ticos, aprobada en octubre, constituir¨¢ "una revoluci¨®n y un paso de gigante en la utilizaci¨®n del ADN, posibilitar¨¢ resolver muchos cr¨ªmenes hasta ahora impunes y facilitar¨¢ mucho identificaciones de cuerpos o localizaci¨®n de personas desaparecidas", se?al¨® Joan Mesquida.

"Cuando tomamos un perfil gen¨¦tico y lo introducimos en la base de datos que tenemos, en el 20% de los casos ese perfil coincide con otros recogidos en lugares donde se cometieron actos delictivos. Pero hasta ahora no pod¨ªamos saber de qui¨¦n eran. Los perfiles eran an¨®nimos", asegur¨® el comisario general de Polic¨ªa Cient¨ªfica, Miguel ?ngel Santano. S¨®lo en contados delitos, con permiso judicial, se pod¨ªa obtener el ADN de un sospechoso. La base de datos que posibilita la nueva ley ser¨¢ compartida por Polic¨ªa, Guardia Civil, las polic¨ªas auton¨®micas y el Instituto Nacional de Toxicolog¨ªa.

El Laboratorio de Lonzas, que cost¨® alrededor de un mill¨®n de euros y sigue a los de Barcelona, Valencia y Sevilla, est¨¢ estructurado seg¨²n los protocolos m¨¢s estrictos. Dispone de tres salas de an¨¢lisis de ADN, seg¨²n la cantidad. Una sala para los marcadores indubitados (los extra¨ªdos a los detenidos por el m¨¦todo de restregar un bastoncillo de algod¨®n por el interior del carrillo), otra para los restos m¨¢s escasos y una tercera para los casos l¨ªmite, cuando es necesario obtener restos de ADN mitocondrial, reduciendo, por ejemplo, a polvo los huesos.

Las tres salas tienen sistemas de ventilaci¨®n y de aire acondicionado independientes, para que unas muestras no contaminen a otras. Los cinco funcionarios actuales y los que se incorporar¨¢n al finalizar los cursos que est¨¢n realizando en el laboratorio de Madrid, podr¨¢n analizar unas 300 muestras a la semana. Esperan recibir de Galicia, Asturias, Cantabria y el norte de Castilla y Le¨®n de 100 a 150 casos a la semana.

Los investigadores no temen que la popularizaci¨®n de la investigaci¨®n forense estimule la prudencia de los delincuentes a la hora de dejar huellas. "Quiz¨¢s en las dactilares s¨ª, pero es muy dif¨ªcil no dejar otro tipo de rastros", considera Hombreiro. Las epiteliales, las part¨ªculas de piel, se depositan en un objeto con s¨®lo agarrarlo cinco segundos. Lo que no es igual que en CSI es que los analistas no se desplazan al escenario del crimen y que no comunican verbalmente sus conclusiones, sino a trav¨¦s de un informe pericial escrito.