La victoria de Romney aumenta el desconcierto republicano
Todos los candidatos tienen opciones tras las primarias de Michigan
Mitt Romney venci¨® el martes con m¨¢s claridad de la esperada en las elecciones primarias de Michigan y dej¨® la contienda por la candidatura presidencial del Partido Republicano m¨¢s abierta que nunca. Tres aspirantes distintos han ganado ya en cada una de las tres grandes citas electorales habidas hasta la fecha y un cuarto que todav¨ªa no ha competido sigue contando en las apuestas.
Esto es reflejo no s¨®lo de la falta de un l¨ªder indiscutible en las filas republicanas, sino de la confusi¨®n entre el electorado conservador, que no sabe si quedarse con el que mejor defiende los valores religiosos, el m¨¢s bravo contra las amenazas externas, el m¨¢s famoso y presidencial o el m¨¢s eficaz gestor de la crisis econ¨®mica. Ninguno re¨²ne hoy por hoy todas esas condiciones.
Romney gan¨® en Michigan (39% de votos contra 30% de John McCain y 16% de Mike Huckabee) por los lazos afectivos que le unen a su tierra natal y al Estado en el que su padre fue gobernador por tres periodos en los a?os sesenta, pero sobre todo por su discurso econ¨®mico.
McCain, probablemente, se equivoc¨® en Michigan, el Estado con mayor tasa de desempleo del pa¨ªs (7,5%), al reconocer ante los electores que muchos de los puestos de trabajo perdidos en la industria del autom¨®vil no volver¨¢n jam¨¢s a recuperarse. Romney atribuy¨® esa confesi¨®n al pesimismo propio de un personaje con muchos a?os de oficio en Washington y lo contrarrest¨® con un discurso optimista en el que promet¨ªa fuertes inversiones tecnol¨®gicas para revitalizar un sector que vive una crisis persistente desde hace a?os.
"Hoy hemos derrotado al pesimismo de Washington", dijo Romney en su primera noche triunfal en esta campa?a. Su mensaje econ¨®mico, al parecer, se sobrepuso a los recelos de la derecha cristiana por el hecho de que Romney sea morm¨®n.
Habr¨¢ que ver si eso ocurre tambi¨¦n este s¨¢bado en Carolina del Sur, donde el voto conservador religioso es m¨¢s poderoso que en Michigan. Romney ahora, al menos, puede dar la batalla en este Estado. Actualmente marcha tercero en las encuestas, por detr¨¢s de McCain, el vencedor en Iowa, y de Huckabee, el vencedor en New Hampshire. Pero despu¨¦s de las experiencias vividas hasta ahora en esta campa?a, es absurdo pronunciarse por un favorito.
McCain se ve beneficiado por su ritmo ascendente en los sondeos y por la presencia en Carolina del Sur de un importante contingente militar, un colectivo que valora m¨¢s que otros el heroico historial castrense del senador por Arizona.
Huckabee, pastor antes que pol¨ªtico, tiene las simpat¨ªas de la comunidad evang¨¦lica. Y Romney, un empresario de ¨¦xito que todav¨ªa presume de su gesti¨®n como organizador de los Juegos Ol¨ªmpicos de Salt Lake City, en 2002, intentar¨¢ la victoria con el argumento de sus habilidades para el manejo econ¨®mico.
Y hay un cuarto en discordia que espera su momento con el sigilo y la paciencia de un depredador. Se trata de Rudy Giuliani, y su oportunidad es Florida, donde se celebran elecciones primarias el 29 de enero. Giuliani tambi¨¦n gan¨® el martes en Michigan en la medida en que perdi¨® McCain.
El ex alcalde de Nueva York, el hombre m¨¢s famoso en la carrera republicana, hab¨ªa hecho una apuesta muy arriesgada en esta campa?a; hab¨ªa renunciado a gastar dinero y energ¨ªas en Iowa y New Hampshire y en todas las primarias anteriores al supermartes (5 de febrero) para concentrar todos sus recursos en Florida, donde pasa gran parte de su tiempo en los ¨²ltimos a?os, y en los grandes Estados de Nueva York, California, Illinois y New Jersey.
Esa estrategia se habr¨ªa ido a pique si alguno de sus rivales hubiera cobrado clara ventaja en las elecciones celebradas hasta ahora. Pero, al no ser as¨ª, Giuliani sigue manteniendo casi intactas sus aspiraciones.
En todo caso, la campa?a republicana se ha convertido en un verdadero laberinto -"un hermoso caos", como dec¨ªa ayer un columnista conservador- en el que nadie es capaz de vislumbrar una salida.
Tanto es as¨ª que, unido al perjuicio que la guerra civil entre Hillary Clinton y Barack Obama puede causar dentro del Partido Dem¨®crata, los medios de comunicaci¨®n vuelven a dejar caer la hip¨®tesis de un tercer candidato, un independiente que pueda satisfacer el eventual disgusto del electorado con los dos grandes partidos. El actual alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, lleva meses explorando esa posibilidad.
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