?Para qui¨¦n es la tumba?
Abril no es el mes m¨¢s cruel, como dijo el poeta T. S. Eliot, sino enero, con sus treinta y un d¨ªas en cuesta hechos de noches fr¨ªas, n¨²meros rojos, horarios que vuelven y luces que se apagan. Abril no puede ser siempre el mes m¨¢s cruel, seg¨²n argumentaba Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n, porque en abril de 1974, por ejemplo, floreci¨® la Revoluci¨®n de los Claveles en Portugal.
Pero enero s¨ª, porque en enero se ha muerto ?ngel Gonz¨¢lez, se ha ido en este Madrid sin consuelo del a?o 2008, lo mismo que se fueron Benito P¨¦rez Gald¨®s en el de 1920 o Juan Benet en el de 1993; o lo mismo que en Barcelona se nos muri¨® Jaime Gil de Biedma y en otras ciudades y otras ¨¦pocas se alistaron a la lista de los difuntos todos los ramones geniales, desde Sender y G¨®mez de la Serna hasta Valle-Incl¨¢n, lo cual es incomprensible, porque lo l¨®gico es que ¨¦l se hubiera muerto fuera de los calendarios, en un mes de su invenci¨®n, el mes n¨²mero trece, o algo por el estilo.
Es probable que todos esos n¨¢ufragos de Irak y el 11-M se hundan juntos
Enero mat¨® a Juan Rulfo, Paul Verlaine, Agatha Christie, James Joyce, George Orwell... Y a tantos amigos que, a estas alturas, cada vez van siendo m¨¢s verdad aquellos versos del propio ?ngel Gonz¨¢lez, bendito sea: "Si me asusta / la muerte, / no es porque la presienta: / es porque la recuerdo".
A esta columna le faltan ya los ojos ben¨¦volos de ?ngel, pero a pesar de todo no puede ni quiere detenerse, y por eso vamos a dejar que nuestro fil¨®sofo, Juan Urbano, siempre dispuesto a atar cabos y establecer relaciones entre los extremos de la realidad, regrese a la arena de las noticias y, en dos segundos, se pregunte qui¨¦n se ha muerto pol¨ªticamente en el PP este mes de enero.
?De qui¨¦n es la tumba que ha cavado en las cunetas m¨¢s oscuras del partido de la derecha su l¨ªder, al excluir al alcalde de Madrid de las listas al Congreso para las elecciones de marzo? ?A qui¨¦n ha liquidado Esperanza Aguirre con su victoria? ?A su enemigo de toda la vida, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, que como siempre que cree que va a perder amenaza con retirarse, cosa que, probablemente, al final no har¨¢; o al propio Mariano Rajoy, sobre cuya cabeza hace c¨ªrculos la presidenta, esperando que caiga para ocupar su puesto?
Lo que parece indudable es que si las primeras cinco letras de esta esperanza, le¨ªdas de atr¨¢s adelante, dicen "aznar", no es por casualidad: est¨¢ muy claro qui¨¦n manda en el PP.
Tampoco es raro que Esperanza, le¨ªdo de forma normal, empiece por "espera", porque la presidenta es paciente, puede sonre¨ªrle a sus v¨ªctimas, mientras les toma las medidas, todo el tiempo que haga falta, y ha sabido aguardar su momento, la hora triunfal de recordarle a su jefe de paja en qu¨¦ manos est¨¢n las riendas del partido.
A Juan Urbano le pareci¨® una mala noticia, porque ya sabemos cu¨¢l es el camino profundamente reaccionario que pisan esos pies que unas veces calzan zapatos negros de diputado y otras zapatos blancos de obispo.
Por supuesto que Juan Urbano sabe que en esta vida no hay frase m¨¢s detestable que la que empieza por "ya te lo dije"; pero, de hecho, ya nos lo dijo en este mismo lugar y hace muy poco tiempo: Ruiz-Gallard¨®n no iba a ir en las listas de marzo porque el PP en general y, especialmente, el PP de Madrid, est¨¢ controlado por su ala m¨¢s ultraconservadora: ala de ¨¢guila imperial, paloma del esp¨ªritu santo o buitre quebrantahuesos, seg¨²n convenga. Bueno, pues como esa gente quiere ser de centro pero no a base de moderarse, sino de tirar del centro hacia la derecha; y como se supone que es el electorado de centro el que al final decide a qui¨¦n le vamos a alquilar cuatro a?os el palacio de la Moncloa, es probable que todos esos n¨¢ufragos de Irak y el 11-M se hundan juntos y dejen paso a una nueva generaci¨®n que no quiera ni tumbarse al sol de las conspiraciones ni vivir a la sombra de las sotanas en flor.
Pobre Madrid, en cualquier caso, porque no parece que para quienes lo gobiernan desde hace a?os sea mucho m¨¢s que un trampol¨ªn, un laboratorio o, como mucho, un atajo a la pol¨ªtica nacional, que es un pastel muy grande y requiere personas muy hambrientas de poder, de esas que no se paran ante nada y para las que el fin justifica los medios. Esperanza Aguirre fue al despacho de su Rajoy de paja como Bor¨ªs Yeltsin a ver a Gorbachov, con un dedo en forma de espada, un ultim¨¢tum y una orden: "Te lo advertimos: si metes a Gallard¨®n en las listas, dimito como presidenta de la Comunidad, para poder ir yo tambi¨¦n. As¨ª que ahora mismo descuelgas el tel¨¦fono, le llamas delante de m¨ª y le dices que est¨¢ fuera". El pobre Mariano obedeci¨® sin rechistar. Tampoco es para tanto, porque el dedo que le rega?a es el mismo que le dio el puesto, s¨®lo que colocado en otra mano. Es lo malo de los c¨ªrculos: puedes dar vueltas todo lo despacio que quieras, pero al final siempre terminas pasando por el mismo sitio.
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