La inyecci¨®n de Bush
A pesar de las elecciones, hay consenso sobre la necesidad de un est¨ªmulo fiscal en EE UU
Los nubarrones que presagian una posible recesi¨®n no pod¨ªan llegar en un momento pol¨ªtico m¨¢s complicado en Estados Unidos. Es un a?o electoral no s¨®lo para las presidenciales sino para buen n¨²mero de senadores y todos los congresistas que se juegan su puesto. Se va abriendo un consenso b¨¢sico sobre la necesidad de hacer frente a esta emergencia con un fuerte est¨ªmulo del orden del que ayer propuso Bush al Congreso con un paquete fiscal, basado sobre todo en recortes de impuestos, equivalente a un 1% del PIB, o lo que es lo mismo, unos 140.000 millones de d¨®lares. No est¨¢ tan claro el acuerdo sobre qui¨¦n debe beneficiarse prioritariamente de este est¨ªmulo inmediato al consumo.
"Queremos trabajar con usted", fue el mensaje que hace d¨ªas dirigieron formalmente a Bush la presidenta dem¨®crata de la C¨¢mara de Representantes y el l¨ªder republicano de la mayor¨ªa en el Senado, para tratar de atajar el deterioro de la situaci¨®n econ¨®mica en EE UU. La propuesta del presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, de instrumentar r¨¢pidamente un plan de est¨ªmulo con recursos p¨²blicos, ha inspirado a Bush y viene a completar las que en las ¨²ltimas semanas hab¨ªan sugerido acad¨¦micos y pol¨ªticos de diversa orientaci¨®n ideol¨®gica.
Varios estudios anticipan que el crecimiento en EE UU en el ¨²ltimo trimestre de 2007 pas¨® de un 4,9% al 1%. Las diferencias emergen no sobre la necesidad del est¨ªmulo -la "inyecci¨®n en el brazo" de que habl¨® Bush-, sino sobre el destino que finalmente se le asigne a esos recursos y, en concreto, su distribuci¨®n entre devoluciones de impuestos, reducci¨®n de las tarifas impositivas y aumento del gasto p¨²blico de car¨¢cter social. Nadie est¨¢ pensando en grandes proyectos de gasto masivo a largo plazo, sino, dado el d¨¦ficit en las cuentas de EE UU, en medidas temporales que surtan un efecto inmediato. El presupuesto se pondr¨¢ al servicio de la recuperaci¨®n econ¨®mica, como seguir¨¢ est¨¢ndolo la pol¨ªtica monetaria, a trav¨¦s de adicionales reducciones de inter¨¦s o de las inyecciones excepcionales de liquidez que sean precisas. A pesar de la pugna electoral, lejos de enunciados catastrofistas, los representantes de los ciudadanos se est¨¢n poniendo a trabajar junto al Gobierno, algo que se echa de menos en Espa?a, donde las finanzas p¨²blicas est¨¢n m¨¢s saneadas.
Los republicanos prefieren mayores e indiscriminadas reducciones de impuestos -especialmente a las empresas para que realicen nuevas inversiones como propone Bush y el aspirante John McCain- en vez de los incrementos en el gasto social y subsidios al desempleo, que los dem¨®cratas tratan de compatibilizar con reducciones impositivas m¨¢s acentuadas en las franjas de poblaci¨®n de menor renta. No es f¨¢cil que en este clima electoral el Congreso cierre un paquete. Pero en su consecuci¨®n va no s¨®lo la salud de la econom¨ªa estadounidense, sino la de otras que dependen de ella.
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