"Lo antiest¨¦tico es poco ¨¦tico"

?Fondo o forma? La abogada y juez Purificaci¨®n Pujol no duda: no tienen sentido el uno sin la otra; al menos, y sobre todo, en la Administraci¨®n de justicia. El respeto al ritual es tan importante como las resoluciones judiciales y "sin una cierta solemnidad no funciona el Estado de derecho", apunta en su restaurante favorito mientras empiezan a llegar medias raciones de cardos a la navarra y alcachofas rellenas de foie, deliciosas y perfectamente presentadas. Fondo y forma.

Pujol, actual juez de apoyo en el Juzgado Mercantil n¨²mero 6 de Madrid -encargado de la macroestafa de Afinsa-, acaba de publicar la primera gu¨ªa sobre el correcto comportamiento ante los tribunales, dirigida a todos los que tienen que enfrentarse a las togas y los estrados. Ha elegido para comer el restaurante Castell¨® 9, en Madrid: cocina de corte cl¨¢sico con alguna concesi¨®n al atrevimiento, excelentes materias primas y ninguna estridencia. Como ella.

La juez ha escrito un libro sobre c¨®mo comportarse ante los tribunales

Rodeada de hombres y mujeres de negocios con sobrios trajes de chaqueta, la abogada, nacida en Barcelona en 1960 y que lleva 11 a?os trabajando como juez sustituta, empieza a contar an¨¦cdotas mientras bebe cerveza sin alcohol y agua sin gas: notarios y fiscales malhumorados y altivos, letrados descamisados con gruesa cadena de oro en el cuello que mascan chicle con fruici¨®n durante los juicios, una juez hechicera que quema con velas el suelo de su piso alquilado y otra que en sus ratos libres hace un espect¨¢culo de danza del vientre.

"Empec¨¦ a escribir el libro despu¨¦s de leer una estad¨ªstica del Consejo General del Poder Judicial de 2005, en la que aparec¨ªa que el 88% de los ciudadanos se hab¨ªan quejado porque quer¨ªan una justicia m¨¢s atenta, educada y respetuosa", recuerda. Y explica el porqu¨¦ de la importancia del formalismo: "La urbanidad, las formas, se han deteriorado en general. Pero en este caso es especialmente grave. El poder judicial es uno de los pilares del Estado de derecho y la falta de dignidad de la instituci¨®n provoca que los ciudadanos no sepan a qu¨¦ atenerse. Esto es un teatro con una escenograf¨ªa, en el que cada uno debe hacer su papel. Por est¨¦tica y por ¨¦tica. Porque lo antiest¨¦tico al final es poco ¨¦tico. Es faltar al respeto al justiciable".

Cuenta que un juez que oy¨® voces en la secretar¨ªa sali¨® de su despacho y pidi¨® callar a un se?or que gritaba. El hombre le espet¨® un "v¨¢yase usted a la mierda". Enjuiciado por ello, replic¨® que nunca hubiera podido pensar que alguien "de aspecto tan deplorable" fuera el se?or juez. "Y hab¨ªa una magistrada en Canarias que por las noches sal¨ªa medio desnuda en tartas sorpresa", prosigue. "?ste es un trabajo en el que se ejerce poder y uno no se puede comportar de cualquier forma. Si a m¨ª me han imputado, no quiero que el juez me diga con los pies sobre la mesa: 'Oye, t¨ªa, ?sabes qu¨¦? que te voy a mandar tres a?os al trullo".

La comida termina con una tarta de manzana -otra vez una prudente media raci¨®n- y un poleo menta. Vestida con camisa blanca -"la ¨²nica que queda bien bajo la toga"- e impecable traje gris, da algunos consejos b¨¢sicos para el ciudadano que debe comparecer ante la justicia: ni gafas de sol, ni gorras, ni brazos en jarras, ni tuteos a los miembros del tribunal, ni chicle. "Son cosas evidentes, pero a veces la gente se comporta de forma incre¨ªble".