Un canto a la buena vida
Ly¨®n, escaparate del refinamiento en sus calles, mesas y galer¨ªas
A las cuatro de la tarde de un s¨¢bado, en las inmediaciones del centro comercial La Part de Dieu, en Ly¨®n, no cabe un alfiler. Hace tres horas que los franceses han comido. Como evitan la siesta, en casa ya no tienen donde meterse. Desde ah¨ª se impone la vista del edificio Le Crayon. A su lado, el mercado Les Halles Paul Bocuse homenajea al chef, que sigue comprando ah¨ª, a la vez que insin¨²a refinamiento gastron¨®mico.
Cruzando el Cours Lafayete, entramos en el refinado barrio VI. De camino al centro por Cours Vitton, destaca la presencia de chocolater¨ªas. Cada dos pasos hay una. Richard se sale en cuanto a exquisitez; es una boutique minimalista, todo en ella es delicadeza, menos los precios. Bernachon y Tourtiller son una fiesta: en sus correspondientes salones de t¨¦, la aristocracia lionesa cuelga los abrigos de vis¨®n, toma asiento y duda entre mojar o no las virguer¨ªas de gateaux de chocolate. Tambi¨¦n se ofrece la pate cro?te, un brioche relleno de pat¨¦ caliente propio de Ly¨®n.
Hacia el centro
Atravesar el R¨®dano (Rh?ne) por el Pont Morand tiene sus ventajas. Por un lado, a la derecha, se obtienen las mejores vistas del barrio de la Croix Rousse, y por otro, una vez pasado el puente, espera la ?pera de Ly¨®n, cuya b¨®veda vidriada es una de las mejores obras de Jean Nouvel. Vale la pena subir a su restaurante, Les Muses de l'Op¨¦ra. Si el sol es permisivo, es una opci¨®n tomar un caf¨¦ en su terraza panor¨¢mica frente al hotel de Ville (Ayuntamiento).
?ste es el norte de la Presqu'?le (pen¨ªnsula). En realidad es la parte de la ciudad situada entre los dos r¨ªos. Tiene algo que succiona. Por ejemplo, la Rue Herriot, llena de edificios del siglo XIX. O la Place des Terreaux, renovada en 1994 por los arquitectos Daniel Buren y Christian Brevet, donde se encuentra el Museo de Bellas Artes, cuyo jard¨ªn es una delicia.
En mitad de la plaza prevalece la fuente-escultura de Bartholdi (famoso por haber dise?ado la estatua de la Libertad). Pegada al museo, no pasa inadvertida la Maison de l'Arquitecture. Es un centro lleno de interesantes proyectos, agitador cultural, con un programa que incluye vernissages (inauguraciones, aperturas) a partir de las 18.30, cuyo objetivo es conseguir que la nueva generaci¨®n de arquitectos franceses exponga sus propuestas.
La Presqu'?le tambi¨¦n agrupa un buen n¨²mero de restaurantes min¨²sculos en los que, aunque parezca mentira, caben muchas mesas. Apretadas, obvio. Se llaman bouchons. Si lo que se busca es intimidad, el bouchon no es el sitio. Son casas de comida, tabernas, representativas de Ly¨®n.
Bouchon significa "corcho", pero el nombre viene porque a ellas ten¨ªan por costumbre venir a comer los caballeros, con los caballos, y antes de entrar los limpiaban y los cepillaban. A eso se le llama bouchoner. Son espacios tradicionales y entra?ables. Con cartas sin malabarismos y vino servido en las ancestrales pots, botellas de fondo enorme, tambi¨¦n t¨ªpicas de la ciudad.
Un cl¨¢sico de la zona es el Caf¨¦ des Negociants, distinguido, insoportablemente selecto. El interior, pintado en lila, se llena de acciones, compraventas y adulterios vestidos con traje. Encuentra su contrapunto en el Caf¨¦ de la Cloche, muy sartreano; un gracioso caf¨¦ que organiza tardes tem¨¢ticas del estilo "?existi¨® Jes¨²s?", "?pueden las religiones escapar del fanatismo?". En fin, lo de siempre: hombres de negocios, por un lado, y sofistas de pastis y Philip Morris, por otro.
A partir de las siete de la tarde, la Rue Merceire mantiene bouchons y tiendas chic: dise?adores de joyas, estilistas japoneses... Desemboca en la enorme Place Bellecour, que ense?a a Luis XIV en versi¨®n ecuestre. Tambi¨¦n est¨¢ animado el Quai des Celestins, y el de la Pecherie. Se trata del paseo que bordea el r¨ªo Saona (Sa?ne), el otro que atraviesa la ciudad.
Conviene no perderse la Rue de la R¨¦publique. All¨ª, casi en la esquina con la Place La Vite, est¨¢ el edificio donde naci¨® el peri¨®dico provincial Le Progres, un inmueble barroco hoy reciclado en la Fnac. Al lado se mantienen los m¨ªticos cines Path¨¦. Los hermanos Path¨¦ fueron famosos por hacer la competencia a los hermanos Lumi¨¨re, quienes crecieron en Ly¨®n y, como veremos, dejaron huella. M¨¢s all¨¢, entre la Place Bellecour y la Place Carnot, el distrito se prolonga en forma de arte. S¨®lo en la calle Auguste Compte se contabilizan 19 galer¨ªas.
El barrio de moda
Pero el barrio de moda en Ly¨®n es el Croix Rousse. Se trata de una monta?a de pasado convulso. All¨ª viv¨ªan los canuts, los obreros de la seda, la industria tradicional de Ly¨®n. El antiguo vecindario obrero se est¨¢ metamorfoseando. Poco importan sus cuestas. Por ellas descendieron en 1831 los canuts reclamando derechos y cantando letras de Aristide Bruant como C'est nous les canuts, nous sommes tout nus. As¨ª hicieron una revoluci¨®n que lleg¨® y trastoc¨® a las altas esferas del Gobierno de Par¨ªs.
Ganaron. Ahora, ese pasado popular se palpa en la cantidad de talleres, artesanos, restauradores, galer¨ªas, estudios fotogr¨¢ficos que lo vivifican. Vale la pena callejear por Mont¨¦e de la Grand Cot¨¦ o Place Colbert. Es un barrio activo y atractivo. Se encuentran calles como la Rue des Capucins, donde est¨¢ la librer¨ªa Ouvrir l'Oeil; la curiosa tienda Artoyz, donde se venden esculturas de personajes de c¨®mics, y el familiar Bar des Capucins.
En la Rue Rozier est¨¢ la galer¨ªa de objetos textiles Sophie Cayot. Es indispensable el Passage Thiaffait, pues all¨ª se encuentra la activ¨ªsima Village des Createurs, punto de encuentro de la vanguardia art¨ªstica. Aqu¨ª se cuece el Ly¨®n bohemio, el que apuesta por mantener su apariencia despreocupada, con cafeter¨ªas donde estirar la tarde como A Chacun sa Tasse (?no perderse el sal¨®n de arriba!); con bares nocturnos de aire alternativo como el Bec de Jazz y Athmosphreres, o con salas de m¨²sica electr¨®nica como el Ap¨¦romix.
En cualquier caso, conviene no perderse la Cit¨¦ Internationale. Situada detr¨¢s del Parc de la T¨ºte d'Or, representa el Ly¨®n contempor¨¢neo. Incluye la visita al Museo de Arte Contempor¨¢neo y al Palacio de Congresos, edificados por el arquitecto Renzo Piano y el paisajista Michel Corajous. Contrasta con el Ly¨®n medieval, situado a orillas del Saona, como metido en un cuento de hadas. Es el m¨¢s tur¨ªstico, el de los bouchons m¨¢s caros, con calles adoquinadas y la gran catedral de Saint Jean.
Como remate, es imposible estar en Ly¨®n y no pasar por el Instituto de los Hermanos Lumi¨¨re: la cuna del cine. Presidido por Bertrand Tavernier. Es un espacio de lo m¨¢s agradable. Incluye la visita a la villa, la casa en la que vivieron. Fue la ¨²ltima creaci¨®n arquitect¨®nica del padre de los cineastas. Es una imponente mansi¨®n remodelada en la que destacan el jard¨ªn de invierno en la planta baja y el centro de documentaci¨®n en la ¨²ltima.
Un parque conecta la villa con el Hangar, hoy monumento hist¨®rico. En ¨¦l se invent¨®, en 1895, el cinemat¨®grafo. Tambi¨¦n fue el primer decorado de la historia del cine. De ah¨ª sal¨ªan los obreros que dieron origen a la m¨ªtica pel¨ªcula La salida de la fabrica Lumi¨¨re. Actualmente es una sala de cine, a la que los espectadores acceden por el mismo camino del que sal¨ªan aquellos obreros.
Eusebio Lahoz (Barcelona, 1976) es autor de Env¨ªo sin cargo (Editorial Renacimiento)
GU?A PR?CTICA
Datos b¨¢sicos e informaci¨®n- Prefijo telef¨®nico: 0033.- Oficina de turismo de Ly¨®n (4 72 77 69 69; www.lyon-france.com).C¨®mo ir- Easyjet (www.easyjet.com), ida y vuelta a Ly¨®n de Madrid, desde 35,48 euros. Tambi¨¦n vuela desde Barcelona.- Iberia (www.iberia.com; 902 400 500), ida y vuelta a Ly¨®n desde Madrid, desde 130,56 euros.- Air France (www.airfrance.es; 902 20 70 90), ida y vuelta de Madrid o Barcelona, desde 84 euros.Visitas- Instituto Lumi¨¨re (4 78 78 18 95; www.institut-lumiere.org). 25, Rue du Premier Film. Ly¨®n. De 11.00 a 18.30, excepto los lunes. Entre 4 y 6 euros.- ?pera (www.opera-lyon.com; 826 30 53 25). Place de la Com¨¦die.- Museo de Bellas Artes (472 10 17 40; www.mba-lyon.fr). 20, Place des Terreaux. 6 euros.- Museo de Arte Contempor¨¢neo MOCA (www.moca-lyon.org; 472 69 17 17). 81, Quai Charles de Gaulle. 8 euros.- Village des Createurs (478 27 37 21; www.villagedescreateurs.com).Salir- Bares de Croix Rousse: Bec de Jazz (19, Rue Burdeau), Ap¨¦romix (20 bis, Mont¨¦e St. Sebastien), Atmospheres (9, Mont¨¦e des Carmelites); A Chacun sa Tasse (2, Rue du Griffon).
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