Las maravillas de La Rioja argentina
En las estribaciones de la cordillera de los Andes hay un destino a descubrir con nombre de regi¨®n espa?ola. Aqu¨ª esperan paisajes de quebradas, r¨ªos de monta?a, un parque nacional que es patrimonio de la Unesco y, tambi¨¦n, buenos vinos
A unos 400 kil¨®metros al norte de la ciudad de C¨®rdoba (o a unos 1.000 de Buenos Aires), La Rioja argentina anticipa los majestuosos Andes. En las estribaciones de la gran cordillera, las quebradas rojas y los cactus dan marco a una peque?a ciudad de casas bajas con tejas rojas y cercos plenos de buganvillas de todos los colores. Es la capital de la provincia que lleva el mismo nombre que tambi¨¦n comparte con la comunidad aut¨®noma espa?ola, ya que aquella fue fundada por un riojano europeo, en 1591, que entonces la denomin¨® Ciudad de Todos los Santos de la Nueva Rioja.
Bajo ese sol sudamericano hay una vital historia colonial en mestizaje con ritos y ritmos pausados de la cultura diaguita, herencia subyacente de los pueblos originarios que habitaron los valles y las colinas del noroeste argentino y parte del territorio chileno. Muchos de ellos, en su d¨ªa, fueron repartidos en las encomiendas que regentaban las ¨®rdenes religiosas llegadas de Europa.
Tierra de hombres rebeldes, en la que se oyen ecos de aquellos que resistieron tanto los embates del gran imperio inca, hasta el siglo XVI, como de los caudillos criollos que hasta el siglo XIX hicieron frente a las tropas realistas, La Rioja se ha vuelto eterna.
De la lengua primigenia ¡ªel kak¨¢n¡ª, que parece irremediablemente perdida, quedan leyendas y top¨®nimos que evocan a sus deidades, como el que nombra al agua que cae, la Yacurmana. En efecto, en la peque?a localidad de Chuquis hay una cascada con ese nombre que se vierte por las laderas de la serran¨ªa del Velazco, a la cual los vecinos consultan como si fuera un or¨¢culo, ya que esa ¡°viejecita vestida de blanco¡± cambia de tonos y de personalidad con las horas del d¨ªa. En el agua en movimiento se leen acontecimientos futuros, mientras ella cuida que las vertientes no pasen sed y conserven su transparencia. Agua y tierra ¡ªrojiza en las nervaduras de la sierra de los Llanos, blanquecina en las llanuras semi¨¢ridas que la circundan¡ª de las que nace el barro creador. A¨²n hoy, la tradici¨®n alfarera de aquellos primeros grupos ind¨ªgenas organizados se mantiene vigente en dise?os geom¨¦tricos muy caracter¨ªsticos de la regi¨®n, cuyas piezas m¨¢s arcaicas se decoraban con tres colores b¨¢sicos: rojo, negro y blanco. La influencia inca y los dise?os de la cer¨¢mica cuzque?a tambi¨¦n fueron llegando a los artesanos y los artistas contempor¨¢neos de la zona siguen trabajando el barro con destreza.
En esta regi¨®n de clima semi¨¢rido, los mejores meses para disfrutar del aire libre en tours de naturaleza y senderismo van desde marzo hasta noviembre, si se quiere evitar el calor del verano. El turismo gastron¨®mico y las catas de vino pueden hacerse en cualquier ¨¦poca del a?o; lo mismo que disfrutar de su m¨²sica t¨ªpica, la chaya, que se prodiga especialmente en un festival folcl¨®rico que se celebra en febrero (en 2025, los d¨ªas 7 y 8 de febrero). Sin embargo, cada vez tienen m¨¢s protagonismo las tradicionales chayas independientes que organizan las familias en sus casas y en las calles de sus barrios, a las cuales son bienvenidos los reci¨¦n llegados.
Del rural riojano, resulta imperdible el parque nacional Talampaya, declarado patrimonio mundial por la Unesco en el a?o 2000, un territorio des¨¦rtico que preserva un gran capital paleontol¨®gico y es un paraje contiguo al parque provincial de Ischigualasto, en la provincia vecina de San Juan (conocido como ¡°el Valle de la Luna¡±, por sus inmensos monolitos de piedra).
Cardones con brazos al cielo
Cruzar las lindes provinciales desde el sur sit¨²a al viajero inmediatamente en un paisaje reconociblemente riojano: el de las planicies semi¨¢ridas pobladas de cardones, que son unos cactus que parecen hombres con los brazos en alto. De hecho, hay leyendas que cuentan que en alguna importante batalla colonial, en otra provincia del norte argentino, un astuto general con pocos soldados disfraz¨® esos cardones con uniformes, para que su nutrido ej¨¦rcito asustara de lejos al enemigo.
La Rioja marc¨® el paso entre las metr¨®polis del virreinato del Per¨² y el puerto de Buenos Aires y all¨ª se arraigaron familias nobles descendientes de espa?oles, que fundaron conventos cuyas iglesias, con dise?os de los siglos XVI y XVII, hoy se?alan el plano de la ciudad capital como si el urbanista lo hubiese trazado, siguiendo los movimientos de un caballo de ajedrez.
En la actualidad, algunos creadores contempor¨¢neos aqu¨ª afincados opinan que La Rioja es un espacio en suspensi¨®n, donde la naturaleza y lo urbano se cruzan sin planificaci¨®n, y bromean diciendo que el desarrollo y el atraso van al mismo ritmo. Sobre esos suelos rojizos, a los artistas se les escucha tambi¨¦n decir que la cultura art¨ªstica vibra con la misma intensidad que la resignaci¨®n, aunque reconocen que basta una chispa para encender el viejo ideal de liberaci¨®n que defendieron los caudillos con sus regimientos de cardones.
Detr¨¢s de esos hombrecitos est¨¢ticos con los brazos en alto, se alzan s¨®lidas las monta?as, los cielos azules y la luz intensa, que acompa?an a los visitantes que pueden permitirse un andar lento, visitando formaciones geol¨®gicas monumentales o paisajes con abundancia de olivares y vi?edos, puesto que su clima se presta al cultivo de las m¨¢s famosas aceitunas de Argentina y de algunas variedades de uvas, entre las que destaca la del vino torront¨¦s. A prop¨®sito, la variedad que se cultiva en esta regi¨®n da vinos blancos secos, con un deje a moscatel. Para los curiosos de los modos de producci¨®n vin¨ªcola en la regi¨®n hay una buena muestra de bodegas en Chilecito que pueden visitarse y organizan catan.
Las siete maravillas
Las llamadas siete maravillas de La Rioja surgieron de una votaci¨®n popular en 2021, e incluyen tanto paisajes v¨ªrgenes como ecosistemas modificados por el hombre. En fin, siete ideas m¨¢s que animan a disfrutar el noroeste argentino.
- La primera de estas visitas destacadas, en efecto, es la mina aur¨ªfera La Mejicana, en el cerro Famatina, con una obra de ingenier¨ªa de valor hist¨®rico: all¨ª se construy¨®, a principios del siglo XX, un funicular para transportar minerales a m¨¢s de 4.500 metros sobre el nivel del mar y a lo largo de unos 35 kil¨®metros.
- La segunda maravilla se sit¨²a en la reserva natural Quebrada de los C¨®ndores, adonde se llega desde la localidad de Tama, a unos 180 kil¨®metros al sur de la ciudad de La Rioja. Recortando ese horizonte serrano de granito vuela una gran comunidad de c¨®ndores andinos, cuya protecci¨®n resulta fundamental para conservar la diversidad del planeta.
- Otra maravilla es la Quebrada del Agua Negra, muy cerca de la ciudad de Chilecito, a la que se accede haciendo una ruta de senderismo de unos tres kil¨®metros por las riberas del r¨ªo, aunque en algunos tramos hay que cruzarlo para disfrutar de la mejor visi¨®n de los colores de las aguas de sus afluentes y en sus cascadas.
- Las Sierras de Tuan¨ª (la referencia es la localidad de Malanz¨¢n, departamento Juan Facundo Quiroga) pertenecen a los llanos riojanos, plenos de nogales y surcados por refrescantes arroyos. Se trata de un circuito que se recomienda recorrer a lomos de mula o en veh¨ªculos 4x4, para acceder a un lugar de descanso singular, en el que se puede disfrutar de una gastronom¨ªa abundante en productos c¨¢rnicos (chivatos y corderos) y dulces tradicionales.
- En el departamento Chamical, a unos 160 kil¨®metros de la capital riojana, otra de las maravillas se da en llamar Las Ollitas. A estas pozas de agua de un verde cristalino ¡ªque nutren las cascadas naturales formadas por los desniveles monta?osos¡ª se accede tambi¨¦n tras una buena caminata (unos dos kil¨®metros y medio) desde el paraje Santa Luc¨ªa.
- La sexta recomendaci¨®n es un paseo por la Olla de San Blas de Los Sauces, una maravilla de vida silvestre, a menos de 200 kil¨®metros de la ciudad de La Rioja argentina, que da marco a un sitio arqueol¨®gico precolombino como es Pucar¨¢ de Hualco-Tamber¨ªas. Pucar¨¢ es el nombre quechua que se daba a las fortificaciones defensivas. All¨ª se conservan piezas de alfarer¨ªa y objetos en cuarzo pertenecientes a las culturas originarias de la zona.
- Y como s¨¦ptima maravilla result¨® elegida la Quebrada de Ambil (en el departamento General Ocampo), en donde se hallan las aguas termales de Ambil y la sierra del Quemado. Otro tipo de turismo rural, tambi¨¦n a unos 200 kil¨®metros de la capital provincial, que comprende la contemplaci¨®n de grandes saltos de agua y la posibilidad de pr¨¢cticas deportivas como el trekking y el parapente.
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