Chispazos en la niebla

Las costuras de un partido se pueden romper por muchos sitios, pero casi siempre lo hacen por el m¨¢s inesperado. Un duelo plano, de tela basta, se rasg¨® ayer como consecuencia de una expulsi¨®n absurda, la de Yeste; un gol de libre directo de Dady, y ya, en el marasmo de la desesperaci¨®n del Athletic, con un error defensivo y una picard¨ªa de Vela. Y todo sucedi¨® en siete minutos que colmaron de hechos un partido que, hasta entonces, hab¨ªa sido pura filfa.

La falta de ritmo lastr¨® la primera mitad. El Athletic, acostumbrado a bailar al ritmo de Yeste, no se encontr¨® c¨®modo frente a un Osasuna pegajoso, con mucho peso en el centro del campo pero dedicado a la destrucci¨®n m¨¢s que al juego. En ese duelo recio, espaciado por continuas faltas y parones, s¨®lo Vela pudo sacar algo de su esencia regateadora y ofensiva.

En los primeros compases, Osasuna sali¨® enfilado hacia la meta de Aranzubia, pero la mordiente se acab¨® muy pronto y los de Ziganda comenzaron a parecerse al equipo simple y rampl¨®n de las ¨²ltimas jornadas. En el centro del campo se dirim¨ªa el choque con m¨¢s intenci¨®n que buenas ideas. El Athletic no daba se?ales de vida y s¨®lo mediante alg¨²n boinazo pudo acercarse a Ricardo.

La actitud de Yeste, que se autoexpuls¨® por empujar con la cabeza a Miguel Fla?o, termin¨® de estropear la br¨²jula del Athletic. Sin catalizador, la b¨²squeda de las contras se esfum¨® entre la bruma. Ni rastro.

Y ah¨ª, ante el desconcierto, emergi¨® el abandonado Dady para destrozar las ilusiones del Athletic de llevarse un punto del Reyno de Navarra. Sin p¨®lvora ni reflejos ni tiempo para reaccionar, el choque fue muriendo hasta que Aitor Ocio, en la ¨²ltima jugada, marc¨® en clara posici¨®n de fuera de juego. Fue anulado.