Las muertes laborales registran en 2007 la mayor ca¨ªda en 10 a?os
El aumento de los controles de seguridad deja en 841 los fallecidos en el a?o
Los accidentes laborales son siempre demasiados, pero las cifras de 2007 marcan, al menos, una senda esperanzadora. El a?o pasado murieron 841 trabajadores en sus puestos, seg¨²n un avance a¨²n pendiente de confirmar. Con ser abultada, la cifra representa un descenso del 11,2% respecto a 2006. Se trata de la ca¨ªda m¨¢s intensa de los ¨²ltimos 10 a?os como m¨ªnimo. Debido a un cambio en la forma de computarlos, las series no permiten rastrear m¨¢s atr¨¢s, pero es probable que el r¨¦cord vaya m¨¢s all¨¢ de los 10 a?os.
El dato resulta m¨¢s significativo en un contexto en el que la ocupaci¨®n no ha dejado de crecer. Cerrar el a?o con menos muertes y m¨¢s empleo a la vez implica que, proporcionalmente, el descenso es mucho m¨¢s pronunciado. El n¨²mero de muertes por cada 100.000 afiliados ha pasado de 6,1 en 2006 a 5,3 en 2007. Las cifras, adem¨¢s, contrastan con el ligero repunte que experimentaron los accidentes mortales en el a?o 2006.
La p¨¦rdida de ritmo de la construcci¨®n ha contribuido a mejorar las cifras
El dato crecer¨¢ cuando se sumen los fallecidos en el camino al trabajo
A cambiar el ritmo de la curva ha contribuido, sin duda, la p¨¦rdida de vigor que ha experimentado la construcci¨®n en 2007. El menor dinamismo en el empleo de ese sector, que concentra un tercio de los fallecimientos, modera la proliferaci¨®n de siniestros en el tajo.
M¨¢s all¨¢ de este elemento coyuntural, el mayor celo a los accidentes laborales ha contribuido de forma determinante a la mejora. En el ejercicio pasado, el Gobierno, la patronal y los sindicatos alcanzaron un gran acuerdo para frenar la siniestralidad, con especial atenci¨®n a las empresas peque?as, que suelen escapar a los controles habituales. Por encima de ese pacto, cuyas principales medidas est¨¢n por aplicar, ha pesado la labor de la fiscal¨ªa especial para accidentes laborales. Su titular, Juan Manuel de O?a, tom¨® posesi¨®n del cargo a mediados de 2006 y desde entonces procura que al menos los delitos no queden impunes.
En 2006, ¨²ltimo ejercicio del que existe un balance, s¨®lo la mitad de los fallecidos en jornada laboral lleg¨® a los tribunales. Un a?o antes, la justicia ten¨ªa constancia apenas de una quinta parte. A falta de los datos definitivos, el fiscal percibe que en 2007 las cosas han marchado mejor. La inspecci¨®n de trabajo tiene orden de remitir a los tribunales todas las actas que levanten sobre siniestros laborales. Esa medida, unida a un protocolo de actuaci¨®n al que tambi¨¦n se ha sumado la polic¨ªa, ha favorecido la persecuci¨®n de los delitos. Y las empresas han tomado una mayor conciencia de la necesidad de frenar esta lacra.
Aunque los 841 muertos en su puesto de trabajo en 2007 representan el dato m¨¢s moderado en muchos a?os, a¨²n habr¨¢ que a?adirles los in it¨ªnere (fallecidos en el trayecto de casa al trabajo o viceversa). La suma de ambos ha arrojado siempre cifras superiores a los 1.000, una barrera que volver¨¢ a alcanzarse este a?o, pues con datos del Ministerio de Trabajo hasta noviembre, ya hab¨ªan fallecido 313 personas en esas circunstancias, principalmente en colisiones de tr¨¢fico.
Pese a las mejoras, Espa?a a¨²n tiene por delante numerosos retos para aproximarse a las cifras europeas. En los 27 Estados miembros fallecieron en 2005 (¨²ltimo dato disponible) 7.460 personas, lo que sit¨²a a la econom¨ªa espa?ola en mal lugar, con m¨¢s del 10% de las muertes europeas. Y el n¨²mero de muertos por cada 100.000 afiliados a¨²n supera las marcas comunitarias, que se sit¨²an en 4,3 trabajadores. Hasta hace poco, la incidencia en Espa?a duplicaba la media comunitaria, con lo que el dato de 2007 contribuye a aminorar la brecha con los pa¨ªses del entorno.
El PSOE quiere una polic¨ªa judicial especializada
Pese al avance de 2007, el Gobierno no est¨¢ satisfecho con los datos de siniestralidad laboral. Por ello el programa del PSOE para las elecciones del 9 de marzo incluye un cap¨ªtulo orientado a frenar este fen¨®meno, que provoca cada a?o un mill¨®n de accidentados. El proyecto m¨¢s novedoso consiste en crear una polic¨ªa judicial espec¨ªfica para perseguir los delitos de esta ¨ªndole. La medida ir¨ªa acompa?ada de una ley integral contra la siniestralidad similar a la que ahora rige para las v¨ªctimas de la violencia machista.Esta ley, reclamada en m¨¢s de una ocasi¨®n por el fiscal especial para la siniestralidad, Juan Manuel de O?a, busca una mayor coordinaci¨®n entre la fiscal¨ªa y la inspecci¨®n de trabajo para combatir los delitos contra la salud de los trabajadores. Se fijan, adem¨¢s, dos v¨ªas judiciales para los accidentes. La social para atender de forma "r¨¢pida y eficaz" a las v¨ªctimas y la penal para castigar los delitos. En el texto legal deber¨ªan unificarse, adem¨¢s, las sanciones, la labor de prevenci¨®n y la formaci¨®n encaminadas a apaciguar los siniestros.Como complemento a la ley, el programa socialista sugiere, adem¨¢s de la polic¨ªa especializada, formar a jueces en prevenci¨®n de riesgos laborales, crear un registro de los procesos judiciales y reforzar la inspecci¨®n de trabajo. El programa habla de 3.000 funcionarios, entre inspectores y subinspectores, a final de la pr¨®xima legislatura. Eso supondr¨ªa un incremento de m¨¢s de 1.000 en su conjunto, pues ahora no suman 2.000.El PSOE se propone garantizar asistencia p¨²blica a las microempresas, de hasta 10 trabajadores, para que cumplan "mejor y de forma m¨¢s sencilla" sus obligaciones preventivas. Adem¨¢s, se compromete a mejorar las dotaciones presupuestarias para prevenir los riesgos laborales y a elaborar un plan nacional de formaci¨®n para trabajadores, aut¨®nomos y peque?as y medianas empresas.Aunque se contabilizan por separado, la importancia cuantitativa de los accidentes que ocurren de camino o de vuelta del trabajo lleva a incluir en el programa "medidas espec¨ªficas" en este terreno, sin aclarar m¨¢s.Con esos cimientos, los socialistas plantean un objetivo ambicioso: reducir los ¨ªndices de siniestralidad laboral "por debajo de la media europea". Tras el impulso experimentado en 2007, las cifras permanecen distantes: 4,3 fallecidos por cada 100.000 cotizantes en la Uni¨®n Europea (dato de 2005) frente a 5,3 en Espa?a (avance de 2007).
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