Fidel Castro es reelegido diputado sin aclarar si seguir¨¢ de presidente

Incertidumbre. Es la palabra que mejor define en Cuba el momento actual. Tras las elecciones al Parlamento de ayer, en las que Fidel Castro fue reelecto diputado, comienza una etapa crucial en la que dos inc¨®gnitas han de despejarse: primera, si Castro sigue al frente de los Consejos de Estado y de Ministros o cede definitivamente sus cargos; en segundo lugar, y m¨¢s importante, cu¨¢l ser¨¢ el contenido real y el alcance de los "cambios estructurales y de concepto" anunciados por las autoridades.

La nueva Asamblea elige al Consejo de Estado. Entonces se sabr¨¢ si sigue Fidel

Hoy por hoy, todo son suposiciones y deseos. Y aunque la sociedad reclama cada vez con m¨¢s fuerza un cambio, ni la poblaci¨®n ni la mayor¨ªa del cuerpo de dirigentes y funcionarios saben qu¨¦ traer¨¢ el futuro.

Los 614 diputados elegidos ayer -en unos comicios con igual n¨²mero de candidatos que puestos para ocupar- se reunir¨¢n el 24 de febrero para constituir la nueva Asamblea y elegir al Consejo de Estado, de 31 miembros. Ser¨¢ entonces cuando se sabr¨¢ qui¨¦n es el presidente del Consejo de Estado, que por ley es a la vez presidente del Consejo de Ministros.

Desde que fueron creados los ¨®rganos del Poder Popular, en 1976, ambos cargos los ha ocupado Fidel Castro. Pero despu¨¦s de 49 a?os al mando, la posibilidad de que el l¨ªder comunista abandone el ejercicio formal del poder es por primera vez real. Debido a su delicado estado de salud, que le ha impedido aparecer en p¨²blico desde julio de 2006, cuando deleg¨® "provisionalmente" todos sus cargos en su hermano Ra¨²l, muchos cubanos dicen que reelegirlo al frente del Estado y del Gobierno ser¨ªa una locura. Sin embargo, no son pocos los que piensan que, mientras viva, seguir¨¢ concentrando todos los poderes.

Hay tres posibilidades: que, a sus 81 a?os, Fidel Castro regrese; que ceda definitivamente sus poderes a Ra¨²l, de 76, y una tercera variante, que ser¨ªa una sorpresa: que se renueve la c¨²pula del Gobierno, con un dirigente m¨¢s joven a la cabeza, como el vicepresidente Carlos Lage. En cualquiera de los casos, est¨¢ claro que Fidel seguir¨¢ siendo el l¨ªder de la revoluci¨®n hasta el ¨²ltimo d¨ªa y que habr¨¢ que contar con ¨¦l para los cambios. Porque de eso se trata la etapa que comienza, de cambios.

Desde el pasado julio, cuando Ra¨²l Castro habl¨® de la necesidad de introducir reformas econ¨®micas estructurales en el modelo socialista, el cambio entr¨® a debate en la vida nacional. ?Pero qu¨¦ cambio? En su ¨²ltimo discurso ante el Parlamento, en diciembre, Ra¨²l Castro esboz¨® algunas l¨ªneas: eliminar "prohibiciones absurdas" -en medios no oficiales se habla de que se empezar¨ªa levantando las trabas migratorias que impiden a los cubanos entrar y salir de su pa¨ªs, tambi¨¦n las disposiciones que proh¨ªben la venta de propiedades personales como coches y casas-, cambios en la agricultura para incentivar la producci¨®n, que incluir¨ªa la entrega de tierras ociosas en manos del Estado a campesinos privados; y nuevas pol¨ªticas de estimulaci¨®n salarial.

La poblaci¨®n, que en los debates realizados en los ¨²ltimos meses ha expresado que no basta con parches sino que son necesarias transformaciones de calado, aguarda con impaciencia. Hoy, dicen algunos, comienza una nueva etapa y si es Fidel Castro de nuevo presidente o no, importa; pero importa m¨¢s que comiencen los cambios y que ¨¦stos sean verdaderos cambios. Ayer Ra¨²l Castro habl¨® as¨ª del futuro: "Viene una etapa compleja, en que tenemos que enfrentarnos a diversas situaciones y grandes decisiones, pero poco a poco".