La presi¨®n internacional fuerza a Israel a aliviar el cerco a Gaza
Autoriza la entrada de fuel y medicinas en la franja palestina
La presi¨®n de la comunidad internacional, desde Naciones Unidas, la Uni¨®n Europea y la Cruz Roja hasta un sinn¨²mero de organizaciones humanitarias, forz¨® en la tarde de ayer a Israel a aliviar un poco la dif¨ªcil situaci¨®n que los palestinos de Gaza soportan desde hace cuatro d¨ªas, cuando el Ej¨¦rcito hebreo cerr¨® todos los pasos fronterizos en represalia por los cohetes artesanales Kasam que los milicianos de Ham¨¢s disparan sobre Israel.
El ministro de Defensa israel¨ª,el laborista Ehud Barak, ha autorizado la entrada de fuel para producir electricidad y medicamentos. Sin embargo, de momento se niega a permitir la entrada de comida y de gasolina para los veh¨ªculos o simplemente para aguantar el fr¨ªo. Sin carburantes no pueden circular los camiones de la Agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNWRA) que distribuyen harina, az¨²car, aceite y otros alimentos en los campos de refugiados.
"Desde el pasado viernes no entran mercanc¨ªas ni abastecimientos a la franja de Gaza; ¨¦sta es una situaci¨®n muy dif¨ªcil, un castigo colectivo inaceptable", dice Adn¨¢n Abu Hasan, portavoz de John Ging, director de la UNWRA. Los refugiados de la primera guerra ¨¢rabe-israel¨ª de 1948 representan un 70% del mill¨®n y medio de los residentes de la franja de Gaza, la mayor¨ªa menores de edad. "Nosotros condenamos el disparo de cohetes contra los civiles israel¨ªes", se?al¨® el portavoz de la UNWRA, "pero ello no justifica la imposici¨®n de restricciones a los civiles palestinos" que no intervienen en las hostilidades.
La decisi¨®n del Gobierno israel¨ª de permitir la entrada de fuel y medicinas cost¨® bastante. El primer ministro israel¨ª, Ehud Olmert, arranc¨® la jornada arremetiendo contra las cr¨ªticas internacionales por el cerco de Gaza. "Mientras nuestros civiles se vayan a dormir con miedo, que se levanten con miedo y con miedo manden sus hijos a la escuela, no ser¨¢ c¨®moda la vida de los palestinos en Gaza, y si no tienen gasolina, por m¨ª que anden a pie", declar¨®. El Gobierno islamista de Ham¨¢s "ha hecho de todo esto un teatro para ganarse la simpat¨ªa del mundo" dijo el veterano presidente de Israel, Sim¨®n Peres. "La soluci¨®n es muy simple: que dejen de disparar sus cohetes", a?adi¨®.
Pero mientras Olmert y Peres endurec¨ªan sus discursos contra Ham¨¢s y justificaban el cierre de los pasos fronterizos, Barak decidi¨® dar marcha atr¨¢s y anunciar que "por una ¨²nica vez" se permitir¨¢ el paso del combustible para seguir produciendo electricidad, vital para el funcionamiento de los hospitales, y de medicinas. Aunque Ehud Barak autoriz¨® el cerco contra Gaza, a nadie escapa que el l¨ªder del Partido Laborista rivaliza por el poder con el conservador Olmert y que en lo posible no quiere verse salpicado por ning¨²n esc¨¢ndalo interno ni crisis humanitaria palestina.
La impresi¨®n en Israel es que el Poder Ejecutivo, que se niega a "terminar con los terroristas", como exigen los afectados por los ataques con cohetes -esto es, lanzando una invasi¨®n masiva a la franja de Gaza- empieza a perder los estribos. A diario, mientras siguen cayendo los Kasam, especialmente en la ciudad de Sderot, de donde se marcharon ya 3.000 habitantes, Olmert y Barak escuchan las airadas diatribas del pueblo que los acusa de "abandonarlos a su suerte".
El destino pol¨ªtico de Olmert pende de un hilo en v¨ªsperas de la publicaci¨®n de la ¨²ltima parte de una investigaci¨®n sobre su conducta y sus fallos, y los de las Fuerzas Armadas y sus jefes, durante la guerra contra la milicia libanesa de Hezbol¨¢ en el verano de 2006. Olmert asegura que no dimitir¨¢ si lo salpicara el informe, y Barak, como el primer ministro, tambi¨¦n desea hacer buena letra en la por ahora inacabable batalla con los milicianos de Gaza. Si Olmert, a pesar de todo, se ve en el brete de dimitir, lo m¨¢s probable es que lo suceda Barak.
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