"Nos condenan a una muerte lenta"
Angustia en los hospitales de la franja. La vida depende de los generadores - Los ciudadanos vac¨ªan las tiendas por miedo a quedarse sin nada
Apenas circulaban coches ayer en Gaza, sitiada y sin gasolina ni electricidad. En los hospitales se miraba con angustia a los precarios generadores: la vida depend¨ªa de ellos. Y la gente entr¨® en los supermercados como si fuera el ¨²ltimo d¨ªa en que podr¨ªan comprar. Durante unas horas, la castigada franja palestina parec¨ªa abocada a "una muerte lenta", como se encargaban de advertir los l¨ªderes islamistas que la gobiernan.
"El ocupante ha condenado Gaza a la pena de muerte y el reforzamiento del bloqueo expone a nuestra gente a una muerte lenta", se desga?itaba Sami Abu Zouhri, portavoz de Ham¨¢s. En el punto culminante de la asfixia, cuando a¨²n no se sab¨ªa que Israel iba a aflojar un poco el cerco, los islamistas dirig¨ªan su ira tambi¨¦n contra sus hermanos ¨¢rabes: "Si no nos apoy¨¢is, ni Dios ni vuestros pueblos os van a perdonar", clamaba Zouhri.
En ning¨²n lugar como en los hospitales aflor¨® tanto la tensi¨®n y la angustia. Los generadores que permit¨ªan todav¨ªa trabajar estaban sometidos a una macabra cuenta atr¨¢s: dejar¨ªan de funcionar en alg¨²n momento de esta semana si la situaci¨®n no cambiaba. "Ya tenemos que elegir entre cortar la electricidad en la secci¨®n de maternidad o en la de operaciones cardiacas", lamentaba Mowiya Hasan¨ªn, responsable del servicio de emergencias de Sanidad.
Maher al Assali tiene s¨®lo 12 a?os y ha pasado la mitad de su vida sin apenas poder moverse por culpa de un terrible accidente. Ahora teme que el sufrimiento que ha conocido no sea nada en comparaci¨®n con lo que se avecina: la m¨¢quina que aporta ox¨ªgeno a sus castigados pulmones amenaza con pararse si Gaza sigue a oscuras. "Tengo miedo", confiesa a Reuters con voz apenas audible. "Me ahogar¨¦ mientras duermo si la electricidad se va de repente. Tengo miedo a morir".
"Tenemos combustible para alimentar durante cuatro d¨ªas a nuestro generador, del que depende el funcionamiento de los equipos m¨¦dicos; no quiero ni pensar qu¨¦ suceder¨¢ si se estropea", explica el doctor Halil Nafah, miembro de la direcci¨®n del hospital Shifa.
Las familias que no almacenaron queroseno no saben c¨®mo calentar su hogar en pleno invierno. Y la comida se est¨¢ esfumando. "La gente est¨¢ comprando febrilmente", explica Jihad Abu Anwar, due?o de un supermercado, quien a?ade: "Temen que los productos desaparezcan de las estanter¨ªas".
"Lo que sucede es un desastre para la econom¨ªa de Gaza. No podemos depender siempre de la ayuda", sostiene el empresario Manal Hassan. "Hemos vivido tiempos muy malos en el pasado. Pero nunca han sido peores que ahora", concluye Abu Mahmud, pescador que no puede salir a faenar por la falta de combustible.
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