Un hombre quema la cara a su compa?era tras a?os de maltrato
El agresor roci¨® el rostro de la mujer con gas l¨ªquido en su casa de Ourense
A las nueve de la ma?ana de ayer, con el desayuno a¨²n en la mesa, Arturo M. L., un orensano prejubilado de banca de 58 a?os con problemas de alcoholismo, seg¨²n el testimonio un¨¢nime del vecindario, roci¨® el rostro de su compa?era sentimental, Celia N. F. de 52 a?os, con gas l¨ªquido para cargar mecheros.
Inmediatamente le prendi¨® fuego y le provoc¨® quemaduras de segundo grado en la cara que se extendieron al brazo y hombro derechos como consecuencia del desesperado intento de la mujer por apagar las llamas con sus manos.
Con el cuerpo a¨²n encendido, Celia consigui¨® escapar al piso de una vecina. Desde all¨ª llamaron al 112. Media hora despu¨¦s una ambulancia la trasladaba a ella al complejo hospitalario orensano -desde donde, dada la gravedad, fue enviada al centro de quemados del hospital Povisa de Vigo- mientras la polic¨ªa deten¨ªa en el propio domicilio al agresor. Arturo M. L. los recibi¨® "con tranquilidad", en pijama, descalzo y sin oponer resistencia. Tras pasar la noche en comisar¨ªa acusado de tentativa de homicidio, declarar¨¢ hoy ante el juez.
Como la mayor¨ªa del vecindario, Arturo y Celia llegaron a la plaza Quinientos del barrio orensano de Barroc¨¢s, en las afueras de la ciudad, hace 11 a?os para estrenar un piso en un bloque de viviendas sociales. Ambos empezaban una nueva vida juntos tras el fracaso de anteriores experiencias. Pero la tranquilidad dur¨® poco. En 2001 la mujer denunci¨® a su compa?ero por maltrato. El mismo a?o en el que en el bar m¨¢s pr¨®ximo a su vivienda le impidieron la entrada. "Era incre¨ªble, pero a primera hora de la ma?ana estaba ya perdido", comentan los vecinos lamentando la desgracia. "Se ve¨ªa venir; ya lo prejubilaron en el trabajo por los problemas de cabeza, lo que no s¨¦ es qu¨¦ pintaba en casa porque no ten¨ªa que estar ah¨ª", sentencia un conocido que pide el anonimato.
Todos en la plaza Quinientos sab¨ªan que la violencia era constante. "Estaba claro que m¨¢s pronto que tarde iba a pasar algo as¨ª porque ¨¦l la insultaba continuamente y en una ocasi¨®n lleg¨® a romper la ventana de una patada porque ella no le dejaba entrar", detalla una vecina que destaca el car¨¢cter discreto de la v¨ªctima, "una mujer muy trabajadora". Sin embargo, nadie recuerda haberlos visto en el ¨²ltimo a?o. "Deb¨ªa de tenerla encerrada en casa", concluyen. La polic¨ªa tiene constancia de la denuncia que puso la mujer hace siete a?os. "Pero como en muchos otros casos debi¨® de retirarla porque ni constan antecedentes de ¨¦l ni hab¨ªa orden de alejamiento", se?ala un portavoz policial.
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