El 'ghetto' de Costa Polvoranca
Entre los muertos tambi¨¦n hay clases, y por eso unos valen m¨¢s que otros en el mercado de la pol¨ªtica porque producen dividendos ideol¨®gicos y son el capital del que viven sus herederos, sus administradores, sus v¨ªctimas adjuntas y dem¨¢s. Qu¨¦ siniestra, esa gente insignificante que quiere llegar arriba a fuerza de subirse encima de sus muertos.
Pero hay algunos muertos a los que no se puede poner una bandera en la solapa, y esos a menudo resultan casi invisibles, cuando no molestos o inoportunos; y otros que, si son invisibles, es porque al pasar a su lado todo el mundo mira para otra parte. Por ejemplo, los muertos que ha habido en esa zona de copas de Alcorc¨®n llamada Costa Polvoranca, un lugar donde miles de j¨®venes se re¨²nen los fines de semana para beber y divertirse, y una peque?a parte de ellos para dejar las calles llenas de basura, hacer destrozos y pelearse dentro o fuera de unos locales que, en muchos casos, carecen de licencia y que, a pesar de ello, llevan abiertos quince a?os. ?Por qu¨¦? Pues por lo de siempre, porque son un buen negocio, producen tanto dinero que las ganancias sirven para amortizar alg¨²n que otro crimen, pensar¨¢n quienes se benefician del asunto: a fin de cuentas, tampoco es para tanto. De hecho, ayer mismo, tres cr¨ªmenes y cientos de peleas m¨¢s tarde, despu¨¦s de que por fin las autoridades municipales ordenasen el cierre de seis bares, unos 30 empresarios afectados por esa medida se encadenaron frente a Ayuntamiento para protestar por el perjuicio que se les causa a sus negocios.
El Ayuntamiento no tendr¨ªa que cerrar los antros si les hubiera obligado a cumplir la ley
Juan Urbano ley¨® esa noticia y vio tambi¨¦n las denuncias que se hacen desde la organizaci¨®n Movimiento contra la Intolerancia, recordando que el primer muerto, Ricardo Rodr¨ªguez, de 20 a?os, cay¨® en mayo de 1996, muri¨® a causa de sus ideas de izquierdas, abatido por la navaja de un neonazi; el segundo en a?adirse a la lista negra de la sangre, en julio de 2002, fue el angole?o Ndombele Augusto Domingos, de 16 a?os, apu?alado por causas raciales, y el tercero, un magreb¨ª de 28 a?os, fue golpeado y apu?alado por cuatro dominicanos en lo que el presidente de la ONG, Esteban Ibarra, ha calificado de "violencia de origen ¨¦tnico", causada por las bandas que se forman a base de "agrupamientos identitarios".
Como ciertos pol¨ªticos y algunos propietarios de locales bajo sospecha se han apresurado a negarlo todo, y a decir que no hay problemas de tribus urbanas o actitudes xen¨®fobas en Costa Polvoranca, Juan Urbano decidi¨® echarle un vistazo a los foros de Internet donde los j¨®venes debaten el asunto, y seg¨²n le¨ªa le iba subiendo por la espalda la serpiente del horror. "El Rincon Latino [que es donde se inici¨® la ¨²ltima pelea que acab¨® en homicidio] es un garito de dominicanos que van a bailar salsa, y de ecuatorianos y dem¨¢s, lo que no s¨¦ es el moro pa qu¨¦ co?o se mete ah¨ª dentro y encima la l¨ªa, y no es el primer moro que se ve por ah¨ª", dice uno de los muchachos. Y otro: "Yo he salido hace tiempo por ese pol¨ªgono, y s¨ª, es de lo peorcito, entre el garito de negros y el garito de chicanos... luego los moros se iban al Inn como ¨²ltima opci¨®n... de hecho recuerdo una vez estar dentro, y el moro de al lado m¨ªo ense?ando la navaja a los colegas". Y otro m¨¢s: "?Ah¨ª, ah¨ª, negros contra moros, que se maten entre ellos y as¨ª nos ahorran el trabajo!". Son s¨®lo tres ejemplos, uno por cada v¨ªctima mortal de Costa Polvoranca, pero hay cientos en la Red.
El an¨¢lisis que se hace en el Movimiento contra la Intolerancia del asunto es que el Ayuntamiento no tendr¨ªa que cerrar ahora los antros si antes los hubiera sometido a inspecciones y obligado a cumplir la ley; y, desde luego, que seguramente nos habr¨ªamos ahorrado los tres entierros si ellos y la Delegaci¨®n del Gobierno hubiesen tomado medidas de vigilancia y seguridad "cuya ausencia, casi absoluta, es intolerable", seg¨²n denuncia Ibarra: "Costa Polvoranca sigue siendo un polvor¨ªn, y no s¨®lo por los tres asesinatos, sino porque cada fin de semana se producen all¨ª cientos de peleas y lesiones". Y un foco de racismo, un lugar donde se est¨¢n formando ghettos que no se deber¨ªan permitir, porque derivan en la creaci¨®n de grupos rivales y, finalmente, de verdaderos ej¨¦rcitos que se retan, luchan y, de vez en cuando, abaten con sus cuchillos o sus bates a un enemigo.
"Claro, que debajo del dinero se pueden esconder todos los cad¨¢veres que se quiera", se dijo Juan Urbano, "porque en estas sociedades donde la econom¨ªa es la ¨²nica ideolog¨ªa de curso legal y donde el ocio es sagrado porque hace circular las monedas, resulta muy dif¨ªcil ponerle l¨ªmites a todo aquello que da beneficios o, seg¨²n la ret¨®rica al uso, crea empleo, produce riqueza y dem¨¢s". Es que a menudo la ret¨®rica empieza en un estrado y acaba en la hoja de un pu?al.
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