?Qui¨¦nes son los 'tablig'?
En el a?o 1925 Muhamad Ilyas fund¨® lo que hoy en d¨ªa es conocido como el movimiento tablig, o Tablighi Jamaat, que desde entonces y hasta nuestros d¨ªas no ha dejado de extenderse. En la actualidad es una corriente isl¨¢mica de predicaci¨®n y proselitismo de car¨¢cter transnacional que cuenta con millones de seguidores por todo el mundo, que viajan con la finalidad de llamar a la gente a la religi¨®n de Al¨¢.
Entre los acusados de intentar preparar un atentado suicida en el transporte p¨²blico de Barcelona se encontraban seguidores de este movimiento, lo cual ha propiciado comentarios y especulaciones sobre la finalidad de esta corriente isl¨¢mica. ?Qui¨¦nes son los tablig? Tablighi Jamaat es una de las varias respuestas que los cl¨¦rigos isl¨¢micos -ulemas- indios dieron a la crisis que arrastraba la comunidad musulmana del subcontinente desde finales del siglo XIX. En un periodo de convulsiones pol¨ªtico-religiosas entre hind¨²es y musulmanes, en plena lucha por la independencia de la India, y con el debate sobre la identidad nacional de fondo, Ilyas busc¨® la forma de recuperar a los musulmanes que por su aproximaci¨®n cultural con los hind¨²es, resultaban ser un h¨ªbrido muy distante de lo que la ortodoxia musulmana dictaba. En este sentido el movimiento tiene un claro car¨¢cter de resurgimiento o revitalizaci¨®n. Con los a?os dej¨® de ser una formaci¨®n local para convertirse en una corriente mundial, con seguidores en todos los continentes, que viajan con la finalidad de propagar las ense?anzas del islam.
La posible conexi¨®n con grupos terroristas entrar¨ªa en contradicci¨®n con su car¨¢cter apol¨ªtico
En t¨¦rminos de ideolog¨ªa est¨¢ ligado al seminario de Deoband, cuya influencia se extiende por el norte de la India y Pakist¨¢n, donde dirigen numerosas madrazas. Parte de su ¨¦xito radica en la sencillez de sus ense?anzas, que por lo general no requieren formaci¨®n intelectual y son accesibles al entendimiento de la gran mayor¨ªa. En un plano externo, el movimiento persigue la finalidad de extender un comportamiento ¨¦tico que se ci?a a los dictados de la sharia o ley isl¨¢mica. Para ello toma como modelo de referencia la vida y costumbres de los compa?eros del Profeta, tal como aparecen en la tradici¨®n de los hadiths, o textos que recogen los dichos de Mahoma. Por ello, los tablig m¨¢s convencidos reproducen rigurosamente el estilo de vida que la sunna prescribe. Desde la forma de dormir, comer, vestirse, hasta el cumplimiento de las obligaciones principales, para estos tablig todo es un ritual que les reafirma en el compromiso con su fe y que les permite revivir la g¨¦nesis fundacional del islam.
En un plano interno tiene un alto componente devocional. En este aspecto los tablig comparten ense?anzas y m¨¦todos de las escuelas suf¨ªes, no en vano su fundador era simult¨¢neamente un sheik (maestro suf¨ª), un alim (experto en ley sagrada) y un iniciado en una cofrad¨ªa suf¨ª. Esta doble vertiente, la devocional y la reglamentaria, es la que ha generado confusi¨®n y malentendidos sobre la naturaleza de los tablig, ?pietistas, fundamentalistas? Digamos que los tablig aspiran a vivir en una sociedad regida al detalle por los valores de la ortodoxia y que para lograrlo se centran en la transformaci¨®n individual del alma y la adopci¨®n de un c¨®digo de vida estricto.
Uno de los rasgos m¨¢s notables de la organizaci¨®n es su desvinculaci¨®n de la pol¨ªtica, lo que la diferencia de grupos como los Hermanos Musulmanes o Jamaat-e-Islam. Desde su creaci¨®n, los tablig han rechazado deliberadamente tomar parte en controversias, pol¨ªticas o doctrinarias, p¨²blicas, y han adoptado el silencio como respuesta. Esta es una constante que les ha otorgado una enorme libertad de movimiento. Ahora bien, en los ¨²ltimos a?os las noticias que relacionan a algunos activistas tablig con atentados terroristas han disparado las alarmas.
?Qu¨¦ relaci¨®n existe entre la organizaci¨®n y los grupos terroristas con los que aparecen ligados algunos de sus seguidores? Hasta ahora no se ha demostrado que exista una conexi¨®n por parte de la organizaci¨®n con grupos terroristas. Es m¨¢s, esto entrar¨ªa en contradicci¨®n con su car¨¢cter apol¨ªtico que tantos beneficios les ha aportado. M¨¢s bien cabr¨ªa pensar que algunos de sus miembros una vez reislamizados en la ordotoxia se sientan insatisfechos en el quietismo pol¨ªtico de la organizaci¨®n y decidan entrar en grupos de una militancia m¨¢s radical, fuera de las filas de los tablig. Individuos como John Walker Lindh, el talib¨¢n norteamericano, o Jos¨¦ Padilla, recientemente sentenciado en Estados Unidos a 17 a?os de c¨¢rcel por pertenecer a Al Qaeda, se sirvieron en alg¨²n momento de la organizaci¨®n para adentrarse en vertientes radicales.
Tambi¨¦n puede ocurrir que la propia Al Qaeda los haya utilizado para, por una parte, captar adeptos, seguidores, disc¨ªpulos, partidarios, simpatizantes, y por otra infiltrar a los suyos en la red tablig. Algo que es posible dado el car¨¢cter abierto, informal y disperso del movimiento.
Eva Borreguero es directora de Programas Educativos de Casa Asia.
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