"Quiero que sepas que ¨¦sta ha sido la ¨²ltima llamada a tu esposa"
La c¨¦lula rez¨® unida el d¨ªa 18 en Barcelona una plegaria 'yihadista' y suicida
El miembro del grupo de paquistan¨ªes que m¨¢s habl¨® con el testigo protegido cuyas confidencias precipitaron la operaci¨®n policial del pasado fin de semana en Barcelona, se detuvo cuando caminaban juntos por la ciudad. Eran las cinco de la tarde del pasado d¨ªa 18, cuando, de pronto, le espet¨®: "?Quieres llamar a tu esposa?". El confidente captado por el grupo como suicida le respondi¨®: "Pero, eso est¨¢ prohibido. Eso no puedo hacerlo". Y, entonces, su compa?ero, uno de los jefes de la c¨¦lula, le contest¨®: "Toma, llama. T¨² est¨¢s autorizado a llamar ahora".
El testigo protegido acept¨® la invitaci¨®n, tom¨® el m¨®vil de su "hermano" y comunic¨® con su esposa. Us¨® una tarjeta prepago que se qued¨® en su bolsillo. Cuando concluy¨® la llamada y paseaban por la ciudad, el yihadista le dijo: "?sta ha sido la ¨²ltima conversaci¨®n telef¨®nica que tendr¨¢s con tu familia".
"?Por qu¨¦ no me has avisado antes de que ser¨ªa la ¨²ltima?", respondi¨® el testigo, seg¨²n su relato a la Guardia Civil. "No te dije nada para evitar que te emocionaras por tel¨¦fono". Los suicidas yihadistas sol¨ªan telefonear a sus familiares para despedirse, pero desde hace unos a?os Al Qaeda y sus grupos asociados han prohibido esa pr¨¢ctica por motivos de seguridad. Ahora, lo normal es que tras el suicidio alg¨²n miembro de la c¨¦lula informe a la familia de la muerte en la yihad de su ser querido.
La declaraci¨®n del testigo protegido F-1, tal como se le identifica en las diligencias judiciales, asegura que el mismo d¨ªa 18, Qadeer Malik y Shahid entraron junto a un desconocido a la mezquita paquistan¨ª de la calle Hospital, en el c¨¦ntrico barrio del Raval, y comenzaron a rezar. Normalmente, las personas colocan sus pertenencias alejadas, pero, en esa ocasi¨®n, Shahid coloc¨® junto a su pierna la bolsa grande con dos sacos de dormir que transportaba. Todos los miembros de la c¨¦lula rezaron juntos.
"El polvo no es bueno"
A las 20.30, Sharif llam¨® a Maroof, el presunto jefe del grupo, a Shahid, al testigo y a una cuarta persona, no implicada en los hechos, para que subieran a cenar. Mientras que Sharif y la persona ajena a la c¨¦lula cenaban, el resto entr¨® en una biblioteca donde, seg¨²n el testigo, los libros estaban colocados "de perfil, menos dos que estaban de lado". "Al apartarlos qued¨® a la vista una bolsa de pl¨¢stico negra en la que hab¨ªa un polvo de color gris¨¢ceo. Shahid lo coloc¨® en su mano y lo frot¨® con fuerza contra su palma y le dijo a Maroof que no era bueno. Posteriormente Maroof hizo lo mismo y dijo que s¨ª era bueno. Shahid respondi¨® que si algo iba mal ¨¦l no se hac¨ªa responsable. Maroof a?adi¨® que si no val¨ªa el polvo podr¨ªa pedir m¨¢s y de mejor calidad", seg¨²n se?ala el acta de la declaraci¨®n del testigo protegido.
Tras la cena, Shahid coloc¨® la otra bolsa de polvos en el saco del testigo protegido. A las 21.00 todos estaban listos para partir pero entonces el jefe Maroof, de 39 a?os, dijo que deber¨ªan esperar al se?or Tariq. ?ste lleg¨® a las 22.00 y, seg¨²n su relato, se reunieron en el patio de la mezquita y rezaron "una plegaria yihadista con motivo del suicidio, que recitaron todos aunque no fueran suicidas". El jefe les dijo que fueran en grupos de dos a otra mezquita para no llamar la atenci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.